La suba de tasas tuvo como víctima a otros activos de renta fija ajustados por CER, como el Boncer 21. Las letras largas ofrecen tasas reales positivas de hasta 8%
En las últimas semanas el Banco Central (BCRA) ha iniciado un proceso de suba de tasas de Lebac en el tamo más largo de la curva, en un intento por alivianar los abultados vencimientos de corto plazo que impulsó a los rendimientos de las letras a más del 27% anual.
Dicha movida ha invitado a los inversores a iniciar un proceso de rebalanceo de carteras hacia los tramos más largos, reduciendo los mega vencimientos de corto plazo. La suba de tasas de letras, sin embargo, dejó víctimas: los bonos ajustados por inflación se derrumbaron ante la migración de apuestas.
El mensaje de fondo que plantea mostrar el BCRA con el cambio de pendiente de la Lebac es que la institución que dirige Federico Sturzenegger está decidida en bajar la inflación y que no titubear a la hora de llevar las tasas a niveles elevados, incluso en un escenario en el cual la economía sigue sin despegar.
Por ello es que la suba de tasas en Lebac ha tenido como víctima a otros activos de renta fija ajustados por CER como el caso del Boncer 21. Si bien el bono acumula una baja de 4,8% desde los $ 122 registrados en marzo, desde la suba de tasas el Boncer 21 ha sufrido una caída de 2,4%, y opera con una tasa de 4,87% mas CER luego de haber rendido 3,68% más CER en su máximo de marzo.
El empinamiento de la curva de Lebac también golpeo al tramo más largo de la curva de CER con el Bono Discount Pesos (DICP), aunque en menor medida. Registró una baja de 2,3% en las últimas sesiones, llevándolo a rendir 20 puntos básicos adicionales hasta los 4,45% más CER.
Un operador de bonos de un banco en la City porteña sostiene que la suba de tasas en la parte larga de la curva de Lebac hace que tengamos tasas reales positivas en dicho tramo. «Antes de la suba de tasas en la parte larga de la curva de Lebac la tasa real positiva estaba en los papeles cortos y por ello había mayor apetito por los vencimientos a 28 días.
Ahora, al empinarse la curva y con la expectativa de inflación a la baja, hace que la tasa real en el tramo largo sea mayor y termine impactando negativamente en el Boncer 21. Para ponerlo en números, en el tramo largo podemos encontrar tasas reales positivas de entre 7% y 8%, dependiendo de como se calcule la inflación, contra el 4,8% que ofrece el Boncer 21».
El mismo trader agrega que «el mercado está esperando que la tasa siga alta por un tiempo más y por ello no creo que sea aun el momento de posicionarse en el Boncer 21. Sin embargo, apenas veamos que el BCRA comience a bajar las tasas y se reduzca el spread de tasa real positiva, ese puede ser el detonante que active las chances de comenzar a posicionarse en Boncer 21 nuevamente».
Para Nicolás Chiesa, jefe de operaciones de Balanz Capital, la baja de los bonos CER está 100% influidos por la suba de tasa de Lebac. «Las tasas altas de Lebac están impactando en los bonos CER y también en toda la gama de activos locales ya que estamos viendo un rebalanceo a nivel general de las cuentas hacia las letras del BCRA, es decir, los inversores están desprendiéndose de otros instrumentos para pasarse a Lebac».
Respecto del atractivo de los bonos que ajustan por CER, Chiesa sostiene que «las tasas reales están bastante atractivas. El Boncer 21, al ser un bono corto, cuando la inflación empiece a caer va a tener menos carry y no va a lograr compensar dicha baja con la compresión del spread debido a que es un bono que tiene un vencimiento corto.
En cambio en el caso del DICP, cuando la inflación baje, también lo hará el carry pero si el spread comienza a comprimirse, al ser un bono tan largo, seguramente veremos una compensación por encima de lo que baja el carry, permitiendo alcanzar mayores ganancias. Por ello el DICP no está sufriendo tanto y vemos mayores debilidades en el Boncer».