Al vender en los bancos se obtienen $58, mientras que para comprar hay que pagar casi $82. Para vender en la Bolsa, hay que esperar 5 días con bonos muy inestables en la mano.
Es una disyuntiva que se plantean varios ahorristas, sobre todo a esta altura del mes. A la hora de vender dólares cuando los pesos ya no pueden estirarse, ¿dónde conviene hacerlo? No fueron pocos los que antes y después de las PASO se lanzaron a una dolarización preventiva que hoy los obliga a ir desprendiéndose de a poco de ese “colchón” para obtener pesos y pagar sus gastos.
La situación deja a los ahorristas frente a tres escenarios: resignarse a la cotización del banco, venderlos en el mercado «blue» o atravesar estoicamente el “parking” del “dólar Bolsa”, que obliga a dejar el dinero invertido en bonos -muy inestables hoy- durante una semana.
De por sí, para el que compró dólares en agosto, la ganancia ya es considerable más allá del mercado en el que se venda, ya que antes de las primarias la divisa cotizaba a $ 46. Incluso con los $ 58 que ofrecen algunos bancos privados de primera línea se obtiene 26%.
Claro que para el que compró a $ 63 en un banco con los 200 dólares que permite el cepo, la ecuación claramente no cierra. Ahí, para obtener una cotización al menos algo mejor hay que tener en cuenta las apps bursátiles, donde algunas incluso no aplican spread (la diferencia de precio entre la punta vendedora y compradora) durante cierta franja horaria y la divisa puede conseguirse a $ 60,5.
Para los que acuden a una cueva, a sabiendas de que optan por un mercado negro para obtener mejor precio, pueden hacer lo que en la jerga se conoce como “puré” (comprar oficial y vender blue). Si se compró a $ 46, el rendimiento es de 63%.
Pero con un precio de $ 75, el dólar del mercado paralelo, renacido gracias al cepo hiper-restrictivo de Alberto Fernández que sólo habilita la compra de u$s 200 por mes y con un recargo del 30%, el blue de los arbolitos que hoy pululan de vuelta por calle Florida como en los viejos tiempos quedó más barato respecto a otros “dólares alternativos”.
“La mayor dolarización se dio en el blue. Las empresas incluso compraron dólares con el dinero que necesitaban para pagar sueldos. Y ahora el precio está pisado por los que necesitan vender para hacer frente a gastos”, explican en el mercado.
El “dólar Bolsa”, también conocido como “dólar MEP”, hoy cotiza casi a $ 82, equiparado con la divisa recargada con el impuesto, que también vale para las compras realizadas en el exterior (“dólar turista”). Esto es a un precio bastante más atractivo que el blue. Y cada vez más gente se familiarizó con esta operatoria en la que es posible dolarizarse vía la compra-venta inmediata de bonos con acceso a la cantidad de divisas que se desee. Pero la venta por este canal no es tan sencilla. Existe una traba: el “parking”.
Se estableció para combatir una pirueta especulativa llamada “rulo” que se popularizó en la época del cepo de los u$s 10.000 mensuales y que aprovechaba la brecha en torno al 10% entre el oficial y el “dólar Bolsa”. “Partías de pesos, lo girabas a tu cuenta comitente, venías MEP y volvías a pesos. Hacías toda la vuelta, por eso lo de rulo”, explican en una mesa. Para desincentivarla, se estableció la obligación, que sólo rige para personas físicas, de una pausa durante la que hay que dejar “estacionados” los bonos.
“Con el cepo de los u$s 200 ya no tiene ningún sentido. Te obliga a comprar con dólares los bonos y mantenerlos en cartera hasta el sexto día hábil y recién ahí lo podés vender. Eso crea una incertidumbre muy grande con la volatilidad que van a tener los bonos de acá a marzo”, comenta José Banco, el gerente de asesoramiento financiero de InvertirOnline.
“Según lo que pase, podés obtener un tipo de cambio muy malo o mucho mejor. Hasta 15% de diferencia. Genera un gran riesgo operativo. En cambio, cuando comprás, todo se hace en el mismo día y sabés exactamente cuál es el tipo de cambio”, agrega Bano, quien comparte que si bien ahora las cotizaciones se igualaron y el volumen se está calmando, cuando había una diferencia apreciable entre el dólar oficial y el “dólar turista”, los montos operadores llegaron a multiplicarse por veinte.
Nery Persichini, Head of Strategy de GMA Capital, coincide: “Es una restricción que ya no tiene sentido con este cepo tan duro. Hay un riesgo precio muy grande. Comprás el título a un precio pero no sabés a cuánto va a estar cuando lo puedas vender”.
Persichini también resalta que es necesario que los dólares no sean producto de operaciones de cambio en los últimos cinco días e insiste en que se podría “crear un incentivo para la descarga de dólares legales en la Bolsa y lograr así que la brecha se descomprimiera”.
En ese sentido, Fernando Díaz, socio de FDI, aseguró que “la regulación genera oferta adicional para el paralelo. Estás llevando plata blanca al mercado negro. Capaz me pierdo $ 5 o $ 6 pero si mirás los bonos podés perder más de eso”.
Lo cierto, cuentan en la plaza, es que en los casos de grandes montos hay una práctica instalada para gambetear el parking: se acuerda con el cliente una tasa de interés o descuento y le garantizan un precio conocido dentro de cinco días.