Costará 1,5% del PBI en cinco años, pero se espera que haga crecer más rápido la economía, al 0,5% del PBI adicional por año. Renta financiera suma 0,2% del PBI al inicio
El Gobierno dio ayer a conocer la esperada reforma tributaria, que busca promover la inversión mejorando la competitividad, con pasos graduales, y con la expectativa de que tenga un efecto neutro para el fisco. De acuerdo con los cálculos oficiales, tendrá un costo de 1,5% del PBI al cabo de cinco años, pero la apuesta es que se compense con un mayor crecimiento económico, anunció ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
«En el corto plazo tenemos dos objetivos que compiten entre sí, que son la baja del déficit y la baja de los impuestos. Entonces, tenemos que ser graduales con reducción de los impuestos», señaló Dujovne. Con palabras medidas y con talante nervioso, el ministro expuso el proyecto en el que viene trabajando desde hace ocho meses, flanqueado por el secretario de Política Económica, Sebastián Galiani, y el subsecretario de Ingresos Públicos, Andrés Edelstein.
Se espera que la reforma también baje la evasión impositiva e impulse el crecimiento más rápido la economía, el 0,5% del PBI adicional por año.
El proyecto ingresará al Congreso en dos semanas, en un paquete de siete leyes: rebaja el Impuesto a las Ganancias corporativas que se reinviertan; toma a cuenta de Ganancias del impuesto al Cheque; el mínimo no imponible de remuneraciones para el pago de contribuciones patronales; devolución anticipada del IVA para las inversiones; rebaja impuestos internos para productos electrónicos y vehículos de gama media, y el aumento de la deducción especial para autónomos en Ganancias.
En cambio, cobra el IVA para los servicios digitales, crea un nuevo impuesto a los combustibles a través de un monto fijo y penalizando el consumo de combustibles contaminantes; elimina el Impuesto a la Transferencia de Inmuebles, pero cobrará Ganancias por la renta de la venta de una segunda propiedad. Y se anunció la simplificación del régimen de monotributo.
También se crea el impuesto a la Renta Financiera para las personas humanas y residentes locales, al aplicar un alícuota del 15% sobre la ganancia de activos en dólares o indexados y 5% sobre la renta en pesos, lo que implica una alícuota por debajo del 28% que aplican los países desarrollados. Con todo, la recaudación será de 0,2% del PBI al inicio porque el sistema financiero es «chico».
Dujovne justificó la medida («No parece que el pobrísimo apalancamiento sea por regulación») ante el ministro de Finanzas, Luis Caputo, reticente a la medida, sentado en la primera fila del auditorio, rodeado del ministro de Producción, Francisco Cabrera, y el titular de la AFIP, Alberto Abad, y una treintena de funcionarios de las tres carteras y Jefatura de Gabinete. Luego partió a presentar el proyecto a los bloques legislativos (ver página 5).
Pese a que es gradual, siguiendo el ejemplo de Chile y Uruguay, el ministro dijo que la reforma provee un camino de certidumbre al sector privado para proyectar el flujo de fondos. En tanto, adiciona la menor presión impositiva a los dos puntos del PBI que se redujo en 2016, de la mano de la eliminación de retenciones a las exportaciones, la ley para pymes, y a la baja del impuesto inflacionario.
Dujovne subrayó que la iniciativa busca dotar de «mayor equidad» al sistema tributario. «Tenemos que mejorar los impuestos que cobramos para poder prolongar este crecimiento» y sostuvo: «Vamos a poder expandir la base impositiva para tener más inversión eficiencia y competitividad».
Según indicó, las alícuotas sobre Seguridad Social bajarían al rango de 0 a 19,5%, desde el 17 a 21% actual (por encima del 13,3% de la región) y sobre la renta corporativa, de 35 a 25% (sobre el 27,98% de la región).
La reforma también apunta a reducir los impuestos en cascada, que se van acumulando en la cadena productiva, por lo que Dujovne prometió avanzar en acuerdo con las provincias para reducir Ingresos Brutos, Sellos y eliminar las aduanas internas, sobre lo cual se expidió la Corte Suprema de Justicia.
Las provincias también saldrían empatadas de esta reforma, ya que la menor coparticipación de impuestos se compensaría con el crecimiento económico y la contención del gasto que propone el proyecto de Responsabilidad Fiscal.