La divisa cerró 55 centavos por sobre el día anterior y este miércoles hay expectativa por el resultado de la licitación de Letes, uno de los principales factores para que los inversores decidan si siguen apostando al peso
Como si hubiera un conjuro, todos los males se desataron sobre el cepo monetario y el dólar respondió con subas de más de 1,5%. En dos días la divisa aumentó 2%.
Por supuesto, el mercado se puso tenso y vio que todo alrededor eran malos presagios. Si se pudiera resumir lo que atenta contra el estricto plan monetario, aquí están las razones.
– S&P le redujo la nota a la deuda argentina. Es la segunda calificadora que le baja la nota. La semana pasada lo hizo Fitch.
– La nueva baja de las tasas de interés en las Letras de Liquidez (Leliq). Desde su máximo de los primeros días de octubre al martes, bajaron casi 9 puntos.
– La incertidumbre por las renovaciones de Letras en dólares. Los vencimientos son altos, USD 2 mil millones, y la tasa ofrecida es de 4,75%, un punto más baja que la de la licitación anterior, cuando las condiciones del mercado mundial eran más benignas.
– El clima. Las inesperadas inundaciones en la provincia de Buenos Aires con la soja recién sembrada que se va a cosechar en abril próximo.
– Estimaciones de la inflación. Las de noviembre son más altas que las previstas. Las consultoras la calculan entre 3,8 y 4%.
– La caída del petróleo. Fue de 8%. Y si bien no afecta a las inversiones en Vaca Muerta donde casi todo va a gas y beneficia al Gobierno porque no pone presión en el precio de los combustibles, aleja a los inversores de los mercados de riesgo. Son muchas las empresas petroleras y las que trabajan para las petroleras.
– El derrumbe continuo de Wall Street y la suba de los bonos de EEUU. Nadie duda que en diciembre suben las tasas y esperan una desaceleración de la economía, mientras EEUU insiste en aumentar el voltaje del enfrentamiento con China.
– Contexto externo. La revaluación del dólar en el mundo que volteó a todas las monedas del planeta en particular a las de Latinoamérica. La crisis de México que tiene efectos negativos sobre el continente. Recordar el efecto Tequila. Además, las continuas devaluaciones del real brasileño que se empeña en no quedar atrasado ante el dólar. La moneda de Estados Unidos subió 1,3% contra el real. Y la crisis europea provocada por las negociaciones de la Unión Europea con Inglaterra y la crisis de Italia con un presupuesto con elevado déficit fiscal.
Mar de dudas
En este mar de dudas, hubo coberturas en la Argentina. En bancos y casas de cambio los ahorristas compraron el dólar 55 centavos más caro que el día anterior a $36,97.
El dólar mayorista, tuvo un fuerte despegue de la banda inferior que está en $35,44. A la suba de 16 centavos del día anterior le sumó 49 centavos y cerró a $36,09. A pesar de que con la suba aparecieron vendedores, fueron inmediatamente neutralizados por la demanda.
Las malas decisiones tienen precio. «El Banco Central tensó demasiada la cuerda al llevar al dólar a la línea más baja de la flotación. Se equivocaron otra vez, pero no creo que afecte a los plazos fijos, al menos por ahora», opinó Martín Redrado.
Los operadores en el mercado coincidieron en que la suba del dólar es algo más que un despegue de la banda más baja. «Mucha gente se pone nerviosa cuando ve dos días de alzas de la divisa y un mundo en crisis con el dólar revaluándose frente a todas las monedas. Si el mercado busca dolarizarse no le va a quedar al Banco Central otra herramienta que subir la tasa y esta vez el mercado le va a pedir una tasa más alta que al principio», señaló Federico Sidi, de Compass Group.
El problema es que los vencimientos de plazos fijos son diarios. ¿Cuántos los renovarán desde el miércoles en adelante a 30 días ante esta suba del tipo de cambio?
En la Argentina, el dólar asusta al primer amague de suba. Y los bancos, si no les renuevan los plazos fijos, van a deshacerse de Letras de Liquidez (Leliq) para devolverles el dinero a los ahorristas.
En la licitación del martes, a pesar de las nubes que preanunciaban tormenta, el Banco Central se animó a bajar la tasa de Leliq en un día que no había vencimientos porque el martes de la semana pasada fue el día del bancario y no hubo licitación.
Por eso se adjudicaron $ 73.420 millones a una tasa de corte de 65,2% anual a 7 días, que es 0,80 puntos inferior a la del día anterior. Por supuesto, la baja de tasas los bancos la trasladan a los plazos fijos y esto, en un contexto donde el dólar reaccionó, puede jugar en contra.
El otro problema es que un porcentaje de los plazos fijos está en fondos de inversión, es decir que los ahorristas salen cuando quieren. Los depósitos mayoristas, los de las grandes empresas, son los que están anclados a sus vencimientos. Pero se les aproxima diciembre y deben pagar no solo el medio aguinaldo sino el bono de $5.000 que dispuso el gobierno. Estas empresas tienen una masa importante de asalariados.
En tanto, las reservas bajaron USD 53 millones a 52.293 millones. En el exterior por la baja del euro, principalmente, se perdieron USD 27 millones.
A Brasil se le pagaron USD 3 millones.
Los bonos tuvieron un fuerte retroceso en las paridades. Bajaron a pesar de la suba del dólar. El Bonar 2024, el título en dólares más representativo, cedió 0,40%. El Discount, el bono de más largo plazo, cedió 1,13%. Por eso el riesgo país tuvo un aumento de 3,08% a 635 puntos básicos.
La Bolsa padeció la crisis
El índice Merval de las acciones líderes perdió 2,99% con negocios por $510 millones. Los inversores aguardan el ingreso de los balances de los bancos con ansiedad. Pampa Energía (-7,24%), fue el papel más castigado.
En Wall Street, los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares- tuvieron bajas casi generalizadas. Solo tres papeles lograron subir. Las caídas más notables fueron las de Pampa (-7,90%) y Banco Supervielle (-6,98%).
El miércoles es clave para el destino del dólar. El resultado de la licitación de Letes, será uno de los principales factores para que los inversores decidan si siguen apostando al peso. También puede aparecer una solución intermedia: que el Banco Central se anime a sostenerlo en un nivel más cercano a la banda superior.