Mientras los plazos fijos no tienen ningún tipo de comisión, las Lebac sí lo tienen. Además, los bancos suelen tener comisiones más altas que las sociedades de bolsa.
Mensualmente, el Banco Central establece, mediante licitación pública, las tasas en pesos que les paga a los inversores que le prestan su dinero, a cambio un título llamado Lebac, que lo emite y respalda el propio Banco Central. Como estas letras hoy pagan 25,5% anual a 35 días, se popularizaron tanto que el mercado se “lebaquizó”, a tal punto que muchos “plazofijeros” ahora se “lebaquearon”.
Ahorristas minoristas se ven tentados con la nueva tasa, que implica una diferencia de más de 7 puntos con respecto a 18,27% que pagan en promedio los bancos por los plazos fijos, que son a 30 días en lugar de a 35.
Pero hay una diferencia grande entre ambos instrumentos: mientras los plazos fijos no tienen ningún tipo de comisión (ser cliente de un banco es gratis, ya que por disposición del Central no pueden cobrar nada por tener una caja de ahorro y tarjeta de débito), las Lebac sí lo tienen. Por lo general, los bancos suelen tener comisiones más altas que las sociedades de bolsa.
Cuando el spread (la diferencia entre la inversión en letras del BCRA y los plazos fijos) es alto, los bancos se tientan a subir las comisiones, así la tasa neta de Lebac no es tan alta y no tienen migraciones de plazo fijo a Lebac.
En las páginas de Internet de las entidades se puede ver la tabla de comisiones, que es un aspecto primordial a tener en cuenta antes de invertir. En algunos casos de bancos grandes, llegan hasta 0,62%, más el 0,04% de gastos por el mantenimiento de cuenta. O sea, una comisión total de 0,66% cada 35 días, lo que implica casi 7% anual negativo.
De esta forma, la Lebac, que rinde bruta 25,5% pasaría a rendir 18,5%, prácticamente igual que un plazo fijo, aunque hay variaciones de tasas según el banco (lo más chicos suelen pagar más) y cómo se realiza, ya que al hacerse por Internet varios bancos ofrecen mejor tasa, para incentivar que los clientes utilicen los canales electrónicos.
Desde ya, las comisiones que se cobran dependen si el cliente es corporativo o minorista, el volumen que renueve y el banco en particular.
Prestar atención a la letra chica es fundamental, ya que algunos bancos pueden no cobrar nada por suscripción, pero sí por amortización. Y un mínimo de $ 100 por mantenimiento de cuenta. Por lo tanto, si alguien invierte $ 10.000, los $ 100 pasan a ser el 1% mensual: «Es que si viene un cliente con $ 10.000 perdés plata con todo el papelerío que hay que pedirle y el tiempo que requiere de back office, compliance y operadores. En general las cuentas más chicas que abren son de $ 100.000, sino la gente no se calienta en invertir», confiesan en el sector.
«Por eso quienes estén pensando en invertir en Lebac no deben dejar de consultar previamente las comisiones que deberán pagar. Es importante también de preguntar por los costos ocultos: comisión por custodia y por amortización, que las cobran tanto bancos como sociedades de bolsa», advierte Mariano Sardáns, CEO de FDI.
«Las Lebac hoy son el instrumento preferido del inversor minorista. Dan una tasa esperada alta y la brecha con el plazo fijo se amplió. Cuando esta brecha se agranda más de 4 o 5 puntos, el minorista nota el costo de oportunidad y se va pasando de plazo fijo a Lebac. Actualmente, con un mercado secundario de Lebac bastante líquido esto se refleja en un goteo diario», señala Rafael Di Giorno, director de Proficio.