La caída del yuan acentuó la carrera entre las monedas del mundo por recuperar competitividad. En la región, sólo Venezuela hizo caer menos su cotización oficial. El peso argentino no puede sumarse a la carrera por su alta inflación y sufre en materia de competitividad
Las dificultades económicas que aquejan a Asia y Europa desataron una verdadera carrera de devaluaciones competitivas en la que los países buscan ganar competitividad por la vía cambiaria y en la que el peso argentino corre desde atrás. En esa pelea por abaratarse sólo el bolívar venezolano corre detrás de la moneda argentina en la región. La devaluación del 5% del yuan chino sumó a muchas otras monedas a la carrera.
El dólar subió cuatro milésimas de peso ayer hasta los $ 9,255, por lo que en términos nominales el peso se devalúa 8,53% frente a esa moneda en lo que va del año. El retroceso en el precio de la moneda se queda corto e comparación con prácticamente cualquier otra de la región. A excepción del bolívar venezolano, que se mantiene estable respecto al dólar en el año (al menos en su cotización oficial, existe un mercado paralelo más añejo aún que el argentino), todos las monedas latinoamericanas se devalúan más que el peso. El sol peruano cae 8,60% en el año, el peso chileno 11,88%, el peso mexicano 12,20%, el peso colombiano 22,39% y el real brasileño 23,16%.
Pero esas devaluaciones en el año no tienen en cuenta la inflación en cada país. En la Argentina la devaluación está por debajo del avance de los precios, con lo cual en realidad el tipo de cambio se aprecia en términos reales, complicando aún más la situación competitiva del país.
Con la Reserva Federal de los Estados Unidos a punto de hacer la primera suba de tasa desde 2008 y un ritmo de actividad económica cada vez más lento en el mundo emergente los países devalúan para tratar de recuperar capacidad exportadora.
El caso de Brasil, el principal socio comercial de la Argentina, es el más cercano para entenderlo.»En Brasil las exportaciones caen un 15% en el primer semestre y salen capitales privados, combinación que derivó en un menguado flujo de dólares que impactó de lleno en el mercado de cambios. La devaluación ya supera el 50% interanual, dado que el Banco Central decidió no sacrificar ni un dólar de las reservas acumuladas por defender la moneda», señaló Ramiro Castiñeira, economista de Econometrica en un informe.
El fenómeno no es de este año, desde que en 2013 se empezó a perfilar el final de la era del dólar barato que arrancaron las devaluaciones frente al dólar. Desde 2013 el tipo de cambio real bilateral argentino respecto del dólar mejoró 5%, mientras que en el mismo período el brasileño con la misma moneda mejoró 47%, el peso colombiano 58% y el peso chileno 35%.
La Argentina intentó acompañar esta tendencia en enero de 2014, cuando subió el dólar 23% en sólo 30 días, pero en seguida la suba se trasladó a precios y la ganancia competitiva se esfumó gracias a una inflación que rozó el 40% según privados.
«Los que pueden devaluar así de fácil son los que tienen una moneda y un banco central con reputación, sino corrés el riesgo de generar más inflación sin ganancia de competitividad», dijo Marina Dal Poggetto, de Bein & Asociados.
«Sin ello, el único margen que tenés es el de política fiscal, vos tenés impuesto sobre las exportaciones que te agudizan el problema de competitividad. Las retenciones eran inevitables en 2002, hoy no», agregó Dal Poggetto.