Se debe a la línea subsidiada que impulsa el Gobierno y a la menor demanda de préstamos de las grandes empresas, fruto de la incertidumbre y el cepo cambiario
La línea de préstamos a tasa subsidiada para pymes que impulsa el Banco Central (BCRA) y una menor demanda de crédito por parte de las corporaciones, por la menor actividad económica y el cepo cambiario hicieron que las financiaciones bancarias a pequeñas empresas llegaran al 44,4% del total otorgado a empresas.
El último informe de Bancos de la entidad monetaria explicó que la Línea de Créditos para la Inversión Productiva (LCIP), a tasa subsidiada, contribuyó a que el volumen de los préstamos a las pymes se incrementara 3,8 puntos en el acumulado de los primeros once meses de 2014.
La contra cara es la caída de la demanda de crédito por parte de grandes empresas, no sólo por el menor interés en encarar proyectos de inversión, sino porque la imposibilidad de repatriar dividendos las deja con pesos ociosos, según contaron los bancos. También pudo pesar el corte de crédito a los productores agrícolas para que liquiden su cosecha desde el último tramo del año pasado. En 2014, los adelantos de cuenta corriente y los descuentos de documentos crecieron 19,4% en conjunto, según el BCRA, lo que significó una caída de casi 20 puntos en términos reales.
Las pymes avanzan más rápido porque desde el segundo semestre de 2012, cuando comenzó la LCIP, hasta noviembre pasado se otorgaron $ 116 mil millones, asignados mayormente a mipymes. A noviembre de 2011, el 27,2% del total de préstamos a empresas estaba destinado a las pequeñas, lo que implicó un alza de 17,2 puntos en tres años.
«El sistema bancario argentino es muy chico; no tiene ahorro y es cortoplacista. Estos movimientos porcentuales sobre una base chica no nos acercan a las reales necesidades que tienen las empresas, porque el sistema financiero y el mercado de capitales son pequeños», dijo Miguel Arrigoni, Ceo de la consultora First. «La línea productiva ayuda, y no hay que dejar de hacerlo, pero ayudaría a las empresas tener plazos más largos».
En este primer semestre, el BCRA agregó otro tramo de $ 37.400 millones a una tasa fija del 19% por tres años, por lo que se espera otro avance de las pymes en el total. «En un contexto de alta incertidumbre macroeconómica al que se suma la obligatoriedad regulatoria, obviamente que las pymes van a ganar share. A menos que se asusten si la facturación no les alcanza para pagar los créditos», dijo Juan Manuel Pazos, economista del estudio Broda.
Para Arrigoni, las pymes crean más del 90% del empleo y suelen financiarse en los bancos, por lo que requieren aún más crédito del que puede ofrecer el sistema financiero local.
Para Pazos, el sesgo hacia las pymes puede aparejar riesgos a mediano plazo: «Ante algún tipo de crisis, una pyme puede tener más dificultades para repagar su crédito que una empresa grande. La tasa no refleja la prima de riesgo de prestarle a una pyme», dijo. También, con este marco regulatorio y con los mercados cerrados por el default, si las empresas grandes demandan crédito, que el sistema no pueda abastecer a todos. «La pregunta es si el crédito está yendo a los mejores proyectos de inversión», agregó.