El pago de un préstamo a bancos disparado por la baja de los precios de los bonos fue el principal factor. Pero también una fallida colocación de Letes y las intervenciones del Banco Central en cambios.
Las reservas del Banco Central (BCRA) perdieron otros u$s 500 millones ayer para cerrar en u$s 58.892 millones, un retroceso que ya acumula poco más de u$s 7400 millones desde que se conoció el resultado de las primarias presidenciales.
Una combinación de pagos de deuda disparados por la baja en el precio de los bonos, dificultades para refinanciar Letes en dólares, el regreso de las intervenciones cambiarias y algo de salida de depósitos de bancos explican la sangría que ayer remarcaron asesores económicos de Alberto Fernández en una reunión con el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza.
Entre analistas, el dato se sigue de cerca. «Este nivel de uso de reservas no es sostenible en largo plazo, eso seguro. Pero nadie planteó eso. Se planteó construir un puente hasta las elecciones. Después, se supone que la incertidumbre baja y las expectativas se alinean de otra manera. Para bien o para mal», dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.
Las tenencias brutas de la entidad que conduce Guido Sandleris están en un nivel alto en términos históricos gracias más que nada a las periódicas inyecciones que forman parte del acuerdo con el FMI. Tras cada desembolso, tienden a caer a medida que el Tesoro va cancelando vencimientos de deuda que no puede refinanciar en el mercado a tasas inviables: precisamente para eso se pidió la asistencia al Fondo.
Pero luego del veredicto de las urnas, la dinámica tomó características nuevas.
El lunes 12 las tenencias del BCRA cayeron u$s 513 millones. Ese día, por primera vez desde que Sandleris llegó a la entidad en septiembre del año pasado, hubo ventas de reservas por u$s 105 millones para intentar moderar el salto del dólar de ese día. Desde entonces, Sandleris y equipo hicieron ventas por un total de u$s 709 millones, menos del 10% de lo que perdieron las reservas.
Más relevantes fueron los golpes que le propinaron a las arcas del Central dos operaciones de deuda que se vieron complicadas por el derrumbe financiero y bursátil posterior a las PASO. Primero, una licitación de Letes que aspiraba a renovar un vencimiento por u$s 950 millones pero consiguió sólo u$s 409 millones (y con fuerte participación de la ANSeS). Ese vencimiento quitó unos u$s 500 millones a reservas, según estimaciones privadas, y contribuyó a que el viernes pasado cayeran u$s 1281 millones.
Más importante aún fue la cancelación de un préstamo «repo» por u$s 2615 millones concretada este martes, en un día en el que las reservas cayeron u$s 3006 millones. El pago fue disparado por el derrumbe de los bonos soberanos argentinos, tres de ellos funcionaban como garantía, y la caída en el valor hizo que ese aforo no fuera cubierto.
Por supuesto, las ventas diarias de u$s 60 millones que hace el Tesoro también afectan, pero ese factor ya pesaba desde abril. Lo que si es nuevo es la salida hormiga de depósitos en dólares de bancos, que al viernes ya acumulaba u$s 1749 millones.
«Lo que hay que monitorear es la película hacia adelante, si el Tesoro no puede renovarlas Letes en dólares vas a tener un impacto en reservas que va a derivar del programa financiero», dijo Federico Furiase de EcoGo.
El 30 de agosto vencen u$s 1600 millones en Letes, de los cuales u$s 909 millones están en manos de privados.