El Banco Central recibió el efecto de la última colocación de deuda. El mercado quiere ver datos de ajuste en las finanzas públicas
La postergación de la decisión de Morgan Stanley de elevar a la Argentina de país de frontera a la condición de emergente provocó que la cotización del dólar subiera casi 1% por ciento a $16,53 en bancos y casas de cambio, pero los que apostaron al peso todavía tienen esperanzas porque en el mes el billete aumentó 0,8% y los rendimientos de las Lebac y los nuevos bonos, superan el 2% a un mes.
El «blue» tuvo un avance más modesto. Tocó $16,75 pero cerró en $16,70, 5 centavos por encima del lunes.
La incógnita es cómo continúa la historia. Una pista la dan los números del cierre de los mercados que fueron mejor que los de la apertura. El tobogán se interrumpió una hora antes del cierre. El dólar comenzó a ceder desde sus máximos y la Bolsa, a recortar sus mínimos.
Lo que sucede es que un importante grupo de inversores comenzó a deshacer posiciones desde las primeras horas de la rueda para tomar ganancias y dejar de pensar en lo que se venía. Esto hizo que algunas acciones rozaran precios de liquidación y aparecieran en la última hora vendedores de dólares que se jugaron a comprar acciones porque tenían valores de oportunidad.
El mercado mayorista, donde negocian sus divisas bancos y empresas, fue un reflejo fiel del mercado. Los negocios fueron elevados: USD 567 millones. El mercado abrió a $16,40 y 45 minutos después estaba operando en los máximos del día de $16,47. Pero al cierre quedó en $16,36 por unidad, 29 centavos por encima de la rueda anterior.
El mercado de futuros siguió el mismo patrón. Si bien subieron todos los plazos, los de más ruido fueron los más cortos. Por caso, fin de mes aumentó 0,74%, a $16,3150 y fin de año subió 0,45%, a $17,9079 por dólar.
El mercado de bonos de la deuda fue refugio para los que tomaron ganancias en la Bolsa. Se negociaron $8.644 millones y el Bonar 2024, un título en dólares con legislación argentina que es referencia de los inversores, aumentó 0,83%. En cambio, el Discount en dólares que vence en 2033 y también tiene legislación local, perdió 0,73%. Mientras el Bonar 2024, tiene una tasa de retorno de 4%, el Discount rinde casi 7%. Todas las miradas están puestas en el corto plazo.
La Bolsa terminó con una caída de 4,81% en el índice líder, aunque en el peor momento del día, a 10 minutos de la apertura, llego a perder 5,48%. El monto de negocios de $1.060 millones, el más elevado del año, fue una clara prueba del comportamiento bipolar. Allí está el dinero de todos los que decidieron vender al principio y de los que compraron al final.
Un solo papel se salvó de la debacle: Banco Macro 0,35%, después de haber caído más de 3% a comienzo de la rueda. En el lado opuesto quedó Pampa Energía con baja de 8,35%. Es uno de los papeles que más subió en el año, 90,45 por ciento.
Que los bonos en dólares sean refugio y hayan subido menos que el billete, indica que sigue la confianza, sólo que ahora es más cara. En otras palabras, a la Argentina le van a cobrar más por tomar deuda. El riesgo país creció al no ascender en la calificación que da una de las entidades que maneja los fondos de inversión más grandes del planeta.
Las preocupaciones del mercado
El Gobierno se olvidó que para que el mercado financiero tenga consistencia, debe hacer un ajuste del gasto público y profundizar las reformas que elevan el costo argentino.
Los inversores golondrinas pueden transformar cualquier mercado en un paraíso endeble, pero si no hay condiciones para invertir en el sector productivo, todo es efímero. Y eso lo saben los que manejan los grandes fondos.
La Argentina es un país con un presente deslumbrante en los mercados, pero con un futuro incierto porque sigue el déficit fiscal, la elevada presión impositiva y porque producir en la Argentina es más caro que en cualquier otra parte del planeta.