Hay un rumbo para la economía real y otro más calmo para la plaza financiera que sabe que se debe mover en un escenario de tasas altas y una divisa extranjera más o menos estabilizada
El dólar bajó en la Argentina y esta puede ser una escena que se repita hasta no más allá de setiembre, porque se volvería al retraso cambiario.
Para el Gobierno el dólar, además de una herramienta económica es un arma electoral. Por eso eligió el camino menos costoso para la economía. Si hubiera bajado las tasas y liberado el dólar, la economía se hubiera paralizado tanto o más, con un alto costo inflacionario y con un derrumbe del consumo porque todos irían a refugiarse en la divisa que no tendría techo para su precio.
Se prefirió que los inversores busquen la tasa de interés con un dólar más o menos quieto. El resultado de ambas estrategias es una economía inmóvil.
Para Juan Manuel Pazos, Head Strategist de Puente, «ahora hay que enfrentar la caída del nivel de actividad que va a ser profunda». Para el economista, cambió el escenario y se tornó más negativo para este año. «No esperé que la actividad económica caiga en mayo tanto en términos mensuales. Me obligó a rehacer los cálculos y creo que este año no solo no habrá crecimiento, sino que caerá la economía». De todas maneras, Pazos es optimista para el año próximo.
Hoy se asiste al réquiem del gradualismo que inauguró Alfonso Prat-Gay, quien se había lanzado a endeudarse sin tomar ningún recaudo a futuro, para que no se sientan los efectos del ajuste. También terminó la era de Federico Sturzzenegger. Ellos fueron reemplazados por la ortodoxia económica que trajo el ajuste más duro. Los discursos de Mauricio Macri y Marcos peña, su jefe de Gabinete, advirtieron a la gente de la tormenta, pero les dijeron que como premió los espera un mejor futuro. En la intimidad rezan para que ese futuro sea cercano a las elecciones presidenciales de 2019.
El trabajo del Central
Todo este tiempo la gente de Luis Caputo en el Banco Central hizo el trabajo «sucio» de secar la plaza. Quitarle pesos a la gente para que compre dólares. Pazos definió este movimiento como «quitarle combustible a la economía para dolarizar».
La baja del dólar, que puede continuar en el próximo tiempo se explica en estas seis razones:
– Se redujo el stock de Lebac emitiendo otros títulos para reemplazarlo.
– Se quitó efectivo a los bancos aumentando los encajes.
– Se elevaron las tasas a niveles paralizantes cercanos a 50% anual.
– Se sacrificó la actividad económica. Solo los sectores que pueden exportar serán rentables.
– El Banco Central dejó de vender dólares. Ese rol ahora lo tiene el Tesoro.
– La entidad que preside Luis Caputo, tienen más libertad para evitar que la plaza esté liquida, que sobren pesos que vayan al dólar.
Dólar y mercados
Si bien se puede alegar que el martes el dólar bajó en el mundo, no hay que olvidar que cuando el lunes la divisa de Estados Unidos estaba en su apogeo, en la Argentina el peso se mantuvo firme.
El martes, en Chile, la divisa de Estados Unidos perdió 1,20%, en Brasil el real se fortaleció 1% y en México la moneda local tuvo una leve apreciación de 0,10%. Frente a las principales monedas del mundo, el dólar perdió 0,03%. El día anterior, el dólar marcó un máximo frente a todas las monedas del mundo porque el Banco Central de Japón inundó la plaza de Bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo que hizo bajar su precio y subir sus rendimientos a 2,95%.
Ahora con el dólar más débil en bancos y casas de cambio, perdió 14 centavos y cerró a $28,13. El «blue» perdió 10 centavos y se operó a $28,70.
En la licitación de USD 100 millones que hace el Banco Central por cuenta del Tesoro, la divisa cortó en $27,4518, es decir 14 centavos por debajo de la subasta anterior.
En la plaza mayorista, el monto de negocios fue regular. Se operaron USD 528 millones que hicieron que el dólar cerrara comprador en $27,47, 13,5 centavos por debajo del lunes.
Los futuros del dólar retrocedieron. Fin de mes cerró en $27,68 (-0,56%) y fin de año bajó a $32,2686 (-0,63%). Los analistas hablan de un dólar a fin de año que rondará los $30. Hasta no hace mucho tiempo, el dólar a fin de año cotizaba a $34.
Las reservas del Banco Central perdieron USD 324 millones y quedaron en 59.110 millones. Por la suba de las principales monedas, se ganaron USD 14 millones. La ganancia pudo haber sido mayor, pero el oro siguió en baja.
En la plaza de títulos de la deuda, los negocios se mantuvieron en el rango de los $ 14 mil millones. El Bonar 2024, el título en dólares que sirve de referencia, subió 0,20%, lo que implica una suba de su paridad y una caída de su rendimiento. Eso se reflejó en el riesgo país que bajó 3 puntos y cerró a 578 puntos básicos.
En la plaza secundaria de Lebac, el Banco Central vendió títulos para absorber $23 mil millones y quitar más dinero a la plaza. Nuevamente bajaron la tasa más corta de 22 días que de 47,75% anual cedió a 45,10%. El viernes esta tasa estaba en 49%. La de 58 días quedó en 45% anual y la de 86 en 43,70%.
La Bolsa, con el dólar quieto, quedó a disposición de un grupo de jugadores que se agrandó, pero sigue siendo reducido en comparación al año pasado. Se operaron $ 521 millones -50% más que las ruedas anteriores- y el índice Merval de las acciones líderes aumentó 2,05%. Fue la mayor de las subas de estas cuatro ruedas de alzas consecutivas.
Las compañías de energía fueron las más buscadas. Distribuidora de Gas Cuyana anotó un aumento de 10,85%, Ternium la siguió con 5,24% y Transener con 4,22%.
En Wall Street, los ADR’s argentinos que cotizan en dólares y son certificados de acciones, tuvieron una rueda notable. Edenor (+6,01%), Banco Supervielle (+5,60%) e YPF (+4,20%), encabezaron el lote de las elegidas.
Como se ve, hay un rumbo de tormenta para la economía real y otro más calmo para la plaza financiera que sabe que se debe mover en un escenario de tasas altas, muy altas, y un dólar más o menos estabilizado. Los que gustan del riesgo, tienen una plaza accionaria que puede tener subas elevadas pero selectivas.