Ayer los inversores podían elegir entre una letra ajustada por inflación y otra a tasa fija. Se volcaron por tasa fija, lo que indica que esperan que pague más que la inflación
La licitación de Letras del Tesoro a tasa fija o ajustada por CER sorprendió por el poco dinero recaudado y la ausencia casi absoluta de entrada de inversores o-shore. Eso no deja de ser un llamado de atención para un Ministerio de Hacienda a la que no le viene mal acumular dólares por fuera del acuerdo con el FMI para manejarse sin tantos condicionamientos. Pero, por otro lado, las preferencias de los inversores a la hora de elegir entre el menú disponible de letras no deja de dar una señal interesante: la mayoría de los que suscribieron ayer la emisión de deuda de corto plazo creen que la inflación de noviembre y diciembre va a promediar 2,2% o menos, una importante desaceleración respecto del fogonazo de septiembre y octubre.
Ayer los inversores, parte de ellos ex tenedores de Lebac que no renovaron el martes, podían elegir entre una Lecap (a tasa fija, capitalizable mensualmente) y una recientemente creada Lecer (ajustada por el índice CER, es decir, por inflación), ambas a tres meses de plazo (ver tapa de Finanzas y Mercados).
Las preferencias fueron claras: hubo ofertas por $ 32.560 millones por la emisión a tasa fija y por $ 4561 millones por la alternativa, una relación de 7 a 1.
La colocación no estuvo exenta de accidentes. Primero, porque ambas letras fallaron en atraer el interés de inversores del exterior y, segundo, porque algunos operadores hablaban ayer de que la flamante Lecer no llegó a ser entendida, entre otras yerbas.
Pero también se leyó como que el mercado tiene en la cabeza que los datos mensuales de inflación en el corto plazo se acercarán al nivel crucero de alrededor de 2% después de la debacle de septiembre (6,5%) y octubre (5,4%).
«Es claro que con el dólar en el piso de la zona de no intervención no hay tanto atractivo para apostar por carry trade», dijo Juan Manuel Pazos de Puente. «Y también que el mercado entiende que los datos de inflación de los meses que vienen no van a ser suficientemente altos como para que la Lecer resultara más atractiva que la Lecap», agregó.
En base a los rendimientos fijados en la licitación para dos letras con plazos prácticamente idénticos, una a tasa fija y la otra ajustada por inflación, se puede estimar cuál es la expectativa de inflación implícita en las apuestas hechas ayer.
El director de EcoGo, Federico Furiase, estimó que si la inflación promedia 2,2% en noviembre y diciembre el resultado va a ser idéntico para los que invirtieron en las dos letras. Si el promedio de inflación en ese período se ubica por encima de ese valor, los que invirtieron en Lecer hicieron mejor negocio y, a la inversa, si la inflación promedia un número inferior a ese, salen ganando los que fueron por las Lecap.
Así, con $ 7 en Lecap por cada uno que fue a Lecer, los inversores marcaron que en su opinión los datos futuros de inflación van hacia abajo. Algo parecido a lo que hace la Fed estadounidense cuando marca con puntos las previsiones de tasa de los miembros de su comité de política monetaria, pero con las expectativas de inflación del mercado. Un «dot plot» de Lecer.
«Ante la expectativa de una baja rápida de la inflación en noviembre y diciembre, el mercado exigió un retorno extra para las letras con ajuste por inflación vía un ajuste en el precio de entrada, frente a la alternativa de las Lecap», dijo Furiase. «Tomando el precio de corte de la Lecer y descontando que por el desfasaje del CER paga una parte de la inflación de septiembre y la inflación de octubre, la expectativa de inflación mensual break even para igualar el rendimiento de la Lecap a tasa fija se ubica en la zona de 2,2% mensual», concluyó.