En un día con excesiva liquidez en moneda local debido al desarme de Lebac y al vencimiento de un bono, el Tesoro logró una buena colocación de letras en pesos. Recaudó más de $ 107.000 millones, con tasas de alrededor del 50%. Hacienda quiere darle profundidad a este mercado pero sin alcanzar los volúmenes que supieron tener las Lebac, ya que no quieren cambiar una «bola de nieve» por otra
En lo que el mercado interpretó como una señal positiva tras el test del desarme de Lebac, el Ministerio de Hacienda recaudó ayer $ 107.374 millones en Letras del Tesoro Capitalizables en Pesos (Lecap) a 132, 160 y 374 días. Los rendimientos llegaron al 50% y estuvieron por debajo de lo que esperaba el mercado. Captó el 81% de lo que se había inyectado por las Lebac que el Banco Central (BCRA) no les había renovado a los privados el martes.
Para las Lecap a 132 días hubo posturas por $ 48.761 millones de los cuales fueron adjudicados $ 42.712 millones a una tasa nominal anual (TNA) de 49,99%. Por los instrumentos a 160 días, Hacienda recibió órdenes por $ 28.654 millones, de los cuales fueron adjudicados $ 20.624 millones con una TNA de 48,91%. Para las Lecap a 374 días hubo órdenes por $ 44.342 millones y se colocaron $ 44.038 millones que pagaron 50,51%. En Hacienda entienden que los rendimientos de alrededor de 50% que se convalidaron ayer dieron una señal de tasa a la baja para la economía real, más allá de que el BCRA mantenga el rendimiento de las Leliq, exclusivas para bancos, en 60%.
Operadores destacaron la buena adherencia que tuvo la emisión, que recibió ofertas por $ 121.667 millones y señalaron que habrían entrado inversores del exterior, por un monto de alrededor de u$s 900 millones. Pese a que hubo relativamente pocas órdenes (2023), por el monto recaudado se infiere una buena participación de los inversores institucionales, acompañados por algunos minoristas.
Si bien el Tesoro no actúa como agente de contracción monetaria porque sus emisiones de deuda no aspiran pesos en el sentido estricto de la palabra (como sí lo hacen las colocaciones del BCRA), ayer Hacienda se puso temporalmente en ese papel. Sucede que este miércoles era un día de exceso de liquidez. Por un lado, estaban los $ 132.000 millones que habían sido liberados por el desarme de Lebac en manos de privados. Por otra parte, vencía el Bote 2018, que incorporaba otros $ 20.000 millones al dinero circulante.
Para evitar que esos $ 152.000 millones presionen al tipo de cambio o generen una suba aún más violenta de la inflación de septiembre, Hacienda salió a tratar de captar esos fondos. El resultado de la colocación de Lecap, dijeron fuentes del Ministerio, será contractivo en tanto y en cuanto el Tesoro no gaste ese dinero. Lo recaudado quedará en Banco Nación y se irá dosificando según las necesidades de financiamiento y previo análisis del efecto monetario de cada operación.
En ese marco, la emisión de Lecap atrajo el 81% de los $ 132.000 millones que se quedaron afuera de la licitación de Lebac y el 70% de los $ 152.000 millones expandidos entre el desarme de letras del BCRA y el vencimiento del Bote 2018. Fue un buen resultado en comparación con lo ocurrido en agosto, cuando el BCRA dejó $ 100.000 millones afuera de las Lebac y el Tesoro solo logró levantó un tercio de ese monto con sus emisiones.
El martes, con la sobreoferta de $ 64.000 millones que hubo para las Lebac, el mercado le había dado una señal positiva a la tasa en pesos. El Tesoro acusó recibo y ayer agregó una tercera serie de Lecap (a 160 días) a la licitación que había empezado con instrumentos a 132 y 374 días.
Las sucesivas emisiones de Letes en pesos le darán mayor profundidad al mercado, para tentar a los inversores que se están quedando afuera de las Lebac, prontas a desaparecer. De todos modos, fuentes de Hacienda afirmaron que no están buscando replicar el mercado secundario que supieron tener las letras del BCRA, que llegaron a sumar $ 1,2 billones. «Sería cambiar la bola de Lebac por la bola de Letes», dijeron. «Queremos ofrecer un stock que permita cierto manejo de liquidez pero los inversores tendrán que entender que si quieren una tasa alta van a tener que resignar en parte la posibilidad de entrar y salir permanentemente, como pasaba con las Lebac», agregaron.