Cuáles son las mejores alternativas para quien pueda ahorrar; el perfil del inversor y sus planes futuros son factores clave al elegir
El tiempo pasa. Y así se fue el primer semestre del año. Tiempo de balances (parciales) de todo tipo. Y si de cuestiones terrenales se trata, llega el bienvenido aguinaldo. Qué hacer con los fondos es la pregunta que surge. Resolver un consumo postergado, pagar deudas o tomarse vacaciones son algunas opciones. Pero si esas cuestiones ya están resueltas (o no son un objetivo), lo ideal es buscar la inversión ideal.
Cuál es el mejor instrumento disponible es algo que depende no sólo del monto disponible, sino también del perfil del inversor. En los últimos tiempos, el mercado ha desarrollado varias opciones para diferentes grados de aversión al riesgo.
En principio, el dinero del aguinaldo que llegará a una caja de ahorro, encontrará seguramente un mejor destino en una cuenta de inversión. Y entonces, entre las opciones la primera es ir a Letras del Banco Central, que ya no esconden misterio y que a esta altura forman parte de la mayoría de las carteras. Riesgo bajo (o nulo, considerando quién es el emisor), liquidez y rendimientos atractivos, se suman como rasgos atractivos al hecho de que la operatoria resulta sencilla.
Las tasas de referencia de la última licitación se ubicaron entre 25,5% y 23,75% anual para plazos que van de 28 a 273 días. La próxima colocación primaria será el 18 de julio, pero el mercado secundario ha crecido en liquidez, algo que permite entrar y salir con facilidad en las letras que están en circulación.
Un dato destacado de esta inversión es que, si bien se espera que las tasas ofrecidas vayan cayendo a medida que la inflación se desacelere, se mantendrían positivas en términos reales. Y además, el retorno hoy supera en varios puntos a cualquier colocación tradicional bancaria. Un plazo fijo en pesos, e incluso con la desventaja de la inmovilización, ofrece en promedio entre 17 y 20% anual, según la entidad.
Otra alternativa son las Letes en dólares. Una opción para los más conservadores, que temen quizás una posible aceleración de la devaluación en los próximos meses. La agenda marca emisiones por parte del Tesoro cada 15 días, aproximadamente. En cada llamado se establecen las series a colocar, los plazos, el precio y el rendimiento. La suscripción se puede hacer en dólares, o en pesos, y en este último caso al tipo de cambio mayorista, un punto no menor para minoristas. Se usa como referencia el BCRA3500. La última colocación, para tener como referencia, ofreció rendimientos de entre 2,85% y 3,4% anual, para plazos de entre 224 y 532 días.
Dos datos destacados de las Letes: primero, la prioridad de la que gozan los inversores minoristas de hasta US$ 50.000; segundo, en cuestión de rendimientos, estas letras ofrecen tasas muchos más atractivas que una colocación bancaria tradicional e incluso que la parte corta de la curva en dólares.
Otra opción para poner el dinero a rendir son los FCI (Fondos Comunes de Inversión). Son atractivos por el universo de opciones, por su liquidez (en la gran mayoría de los fondos se pueden hacer rescates entre las 24 y las 72 horas) y por su retorno. Es un buen combo de ventajas, que se combina también con la simplicidad de la operatoria.
Hay fondos de diversos tipos: de renta fija, de renta variable, de renta mixta y los money markets. Y pueden ser en pesos o en dólares. La elección dependerá del horizonte de inversión. En cuanto a rendimientos, hay fondos en pesos (con prácticamente el 100% de su composición en letras del BCRA), con una rentabilidad directa mensual de entre 1,4 y 1,8% en promedio. En cuanto a fondos en dólares con ON y Letes, hubo rendimientos que, en mayo, rondaron el 3 o 4% anualizado.
Hay un punto no menor. La elección de la moneda dependerá en gran medida del escenario que uno proyecte cuál será la variable ganadora entre tasa, inflación y devaluación, y entendiendo que están las elecciones legislativas de por medio. Para el segundo se espera cierta aceleración en la evolución del tipo de cambio entre septiembre y octubre, pero de entre 1,5 y 1,7% mensual. Se acumularía una suba no mayor al 10% si tomamos como referencia la cotización de los futuros de Rofex a diciembre ($ 18), o de menos aún si consideramos los resultados del Relevamiento de Expectativas de Mercado, el REM ($ 17,5). En cuanto a las tasas en pesos, la tendencia se determinará en función de qué ocurra con la inflación. Se busca que la suba de precios se acerque más al 1% mensual que al 2% (en promedio, la expectativa es de 1,4% mensual).
Para los menos conservadores y más atrevidos hay opciones de renta variable y de renta fija. En renta variable, la coyuntura amerita tener cautela de corto plazo. En las opciones de renta fija podemos encontrar diferentes niveles de riesgos (por duration y emisor) con su lógico correlato en términos de rendimientos. En dólares, la curva de deuda soberana refleja tires (tasas internas de retorno) de entre 3,5% y 7,3% anual para títulos de entre 1,5 y 12 años. La deuda provincial, en cambio, rinde entre 2% y 9,5% para bonos de entre 1 y 8 años. Pero en este caso, la inversión mínima requerida supera lo que usualmente alguien puede cobrar por su aguinaldo.
Estas no son las únicas posibilidades que brinda el mercado para hacer rendir los ahorros e incluso hacerlos eficientes en términos impositivos. Sólo hay que perder el miedo a la palabra inversión, y asesorarse, si uno aún desconoce.
Cifras para tener en cuenta
25,5% Lebac
Es la tasa para el plazo más corto; el dato es de la última licitación
17/20% Plazo fijo
Es el rendimiento anual promedio que ofrecen los bancos por colocar el dinero en un depósito