El BCRA bajó los encajes que impone a los depósitos. Este año los billetes en manos de bancos, por los que no obtienen ningún rendimiento, crecieron $ 18.300 millones. La medida compensa ese aumento del efectivo en entidades.
El directorio del Banco Central (BCRA) redujo ayer la porción de los depósitos que los bancos están obligados a inmovilizar y por el que no obtienen rendimiento alguno. La reducción de costos para los bancos compensa las pérdidas que sufren las entidades desde que la entidad conducida por Federico Sturzenegger dejó de aceptar billetes ociosos, libera unos $ 30.000 millones en capacidad prestable y puede achicar el spread que separa a las tasas de los préstamos de la de los depósitos, mejorando la remuneración de los plazos fijos.
Los «encajes» bajan así del 22% al 20% para los depósitos a la vista, del 16% al 14% para los plazos fijos a más corto plazo. Después la tasa va bajando hasta cero para depósitos a 180 días: toda esa curva fue reducida 2 puntos.
La baja de encajes retrotrae parcialmente la suba de cuatro puntos que había hecho el BCRA el año pasado para reducir la posturas de bancos en Lebac.
Para los bancos esto supone contar con $ 30.000 millones que antes tenían inutilizados. Por la negativa del BCRA a aceptar billetes de parte de los bancos, con la idea de que los intercambien entre ellos, el promedio de billetes en los bancos aumentó $ 18.300 millones desde diciembre hasta febrero. Es un aumento del 26%, cuando la masa monetaria subió 5% en ese período.
«A principios de 2017, el BCRA decidió dejar de tomar de los bancos billetes de buen uso y a fomentar el intercambio de efectivo entre los bancos, para minimizar costos operativos», dijo la entidad en un comunicado. «Un efecto colateral de la medida es que, al no poder descargar automáticamente en el Banco Central sus tenencias excedentes de billetes, el sistema bancario en su conjunto debe mantener en promedio un mayor nivel de efectivo en sus tesoros. En la práctica, ello implica un aumento en la proporción de dinero inmovilizado. La reducción de encajes viene a contrarrestar este efecto», explicó.
La semana pasada Sturzenegger había adelantado durante un almuerzo con ejecutivos de finanzas, además, que no estaba conforme con la tasa que pagan los bancos por los depósitos de sus clientes.
En febrero, los plazos fijos de menos de $ 100.000 promediaron una tasa de 16,8%, casi 3 puntos por debajo del 19,5% de inflación que esperan para los próximos doce meses los especialistas que responden el relevamiento de expectativas que elabora el propio BCRA. Esto es una tasa negativa en términos reales porque no llega, siquiera, a cubrir frente a la inflación.
«El BCRA considera además que la reducción de encajes puede mejorar las tasas que las instituciones pagan por los depósitos a plazo. El encaje actúa en la práctica como un impuesto a los depósitos bancarios; al reducirse, el atractivo para los bancos de tomar depósitos es mayor», explicó el BCRA.
En mesas financieras explicaban ayer que esto implica un impulso para los bancos. «En principio tienen $ 30.000 palos que ayer pagaban cero y pueden ir al 24% que pagan los pases pasivos, agotado eso es posible que la Badlar [tasa de plazos fijos mayoristas] que está hoy a 20% pueda subir porque la brecha es suficiente. Después eso podría ir además a crédito», dijeron.