Oficializan que se eliminan las trabas para vender al exterior los productos agrarios. Los impuestos se pagarán a la fecha de anotación de la venta y habrá un plazo para embarque
Entre hoy y mañana quedará oficializado el fin de los Registros de Operaciones de Exportación (ROEs), el sistema que trabó el comercio exterior de granos, carnes y lácteos desde 2008, y cuya eliminación fue una de las promesas de campaña del ahora presidente Mauricio Macri para impulsar al sector agropecuario, junto a los cambios en las retenciones y la unificación cambiaria.
Como informó El Cronista la semana pasada, el Ministerio de Agroindustria terminó de ultimar los detalles para desactivar el esquema instaurado por el ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno y que trabó las ventas externas principalmente de trigo y maíz, bajo la consigna de «cuidar la mesa de los argentinos».
Según indicaron fuentes de la nueva gestión, y luego de que el jueves pasado el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay reafirmó la eliminación de los ROE durante la rueda de prensa en la que se levantó el cepo cambiario, la idea es volver al esquema que se regía por la resolución 1256 de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que contempla el registro de Declaración Jurada de Ventas al Exterior (DJVE).
«La exportación va a ser libre», garantizaron desde Agroindustria, donde enfatizaron que el esquema de ROEs desvirtuó el comercio y no cumplió con su anunciado fin que fue proteger la mesa de los argentinos.
El sistema de DJVE apunta a que los exportadores deben declarar las compras para venta externa de granos y oleaginosas. Se pagan impuestos ?para el caso de soja también retenciones? en base a los precios que rigen el día de su registro. En el esquema que regía antes de 2008, una vez declarada la venta, el exportador tenía un año de plazo para realizar el embarque.
En Agroindustria consideraron que al menos en una primera etapa ese plazo debería ser menor, a fin de facilitar los controles y evitar que se produzcan anotaciones demasiado abultadas.
Los funcionarios desestimaron que el fin de las retenciones a los cereales y otros productos, salvo el complejo sojero, sumada a la eliminación de los ROE vayan a tener un impacto negativo en lo que se refiere al mercado interno y fundamentalmente precios de los alimentos.
Al respecto, recalcaron que mientras estuvo vigente el esquema de DJVE «jamás faltó trigo para el consumo interno», dado que el mercado se autoregulaba.
«Hoy el consumidor argentino paga por el pan el precio más caro de la región, con un trigo que estaba regalado a comparación de otros países. Y las distorsiones (generadas por el intervencionismo del gobierno kirchnerista) hicieron que en 2013 en plena cosecha tuviéramos el trigo más barato del mundo, incluso de países que estaban en guerra, y ocho meses después tuvimos el trigo más caro del mundo, que cotizaba al doble de la soja», resumió un funcionario.
En el Ministerio a cargo de Ricardo Buryaile confían en que las señales positivas, en el mediano y largo plazo, se transformen en un incremento notable de la producción. Incluso el ministro planteó que en la campaña 2016/17 podrían superarse las 120 millones de toneladas producidas, contra cerca de 100 millones de los últimos cinco años.