En lo que va del año se acumulan u$s15.300 M. Los precios de los granos siguen en máximos históricos..
La liquidación de divisas del agro no para de acumular récords en este 2022. Mayo cerró con un ingreso de poco más de u$s4.200 millones, mostrando así un incremento del 33% respecto al mes previo y un acumulado en lo que va del año de más de u$s15.300 millones. A pesar de este escenario, el BCRA no logró sumar reservas tal como se esperaba y cerró el mes con un saldo positivo de apenas u$s784 millones, pero a partir del mes en curso se abre una nueva ventana en la que se prevé que el campo aporte al menos unos u$s3.800 millones y en julio otros u$s4.000 millones, según se desprende de las ventas de los productores y las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) que ya está declarando la industria exportadora.
El agro, una vez más, se convierte en quizás el únicos sector generador de divisas de manera genuina para la economía argentina, en un contexto de máxima presión para las reservas y con una necesidad muy marcada de los sectores importadores para no frenar la actividad. Lo cierto es que el panorama se presenta al menos como complejo: el BCRA debería comprar durante junio $s3.000 millones para llegar a la meta acordada con el FMI. La encrucijada se presenta, pero por lo pronto se sabe que el campo seguirá fuerte aportando dólares. Incluso, según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, hasta octubre próximo ningún mes cerraría con una liquidación por debajo de los u$s3.500 millones, para cerrar el año con un récord de más de u$s41.000 millones.
En este escenario, si se le suman exportaciones de economías regionales y carne vacuna, entre otros productos, el campo aportaría alrededor de u$s50.000 millones. Los dólares estarán, el conflicto se centra entonces en cómo actuará el BCRA en las siguientes ruedas para atender la demanda y aprovechar a la vez el aluvión de dólares del campo.
A favor de la economía argentina, los precios de los commodities del agro, en un contexto de extrema volatilidad por diversos factores, pero principalmente por la guerra entre Rusia y Ucrania, se mantienen en niveles máximos históricos.
La soja tuvo un martes negro, luego de que el contrato julio de soja perdiere u$s18 para cerrar la rueda en u$s618,49, pero este miércoles consiguió nuevamente retomar la senda positiva tras subir u$s2,57 por tonelada, para terminar la jornada a u$s621,06. La oleaginosa, se mantiene entonces firme en el terreno de los u$s600 por tonelada, asegurando así un ingreso no menor a los u$s20.000 millones durante este 2022 a la economía local.
Para los cereales la historia es distinta, aunque todavía se encuentran en valores altos. Con resultado negativo se volvió a negociar el maíz en Chicago, en sintonía con la nueva caída del trigo, que contagió su tendencia al resto de los forrajeros, pero, también, por la presión que ya ejerce la segunda cosecha de maíz brasileño, que en pocas semanas comenzará a ingresar en el circuito comercial. En definitiva, el cereal perdió u$s8,76 para cerrar la rueda a u$s287,88 la tonelada.
En este escenario el trigo fue el cultivo más castigado tras mostrar ayer una baja de más de u$s20 por tonelada y en la jornada de este miércoles de u$s17, para cerrar la rueda a u$s382,59.
Entre los factores que acentuaron las pérdidas se mantuvo la chance latente de que se logre destrabar la salida de los granos retenidos en Ucrania desde el inicio de la guerra. En este sentido, la iniciativa de Turquía de generar “corredores seguros” para los buques recibió el visto bueno de la Casa Blanca. “Entendemos y apoyamos firmemente los esfuerzos diplomáticos de nuestros aliados turcos para poner fin a esta guerra, principalmente para reducir la violencia y, al mismo tiempo, para encontrar formas de facilitar la exportación de alimentos, incluido el trigo ucraniano”, dijo el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price.