Actividad, inflación, consumo y salarios La actividad muestra una mejora, pero es sólo por el sector del agro. El consumo repuntó por los incentivos, aunque el salario real aún está por debajo de fines de 2015.
A tres días del primer gran test electoral del año, la economía argentina llega a las PASO con aparente «buen lejos»: la actividad parece que empieza a repuntar, pero en con un zoom en los datos se ve que la mejora es acotada al agro; la inflación muestra guarismos menores al pico de 4,7% de marzo, pero aún está elevada, arriba del 2% mensual; y el salario real empieza a recuperar parte de lo perdido el año pasado, aunque ese repunte no será suficiente para compensarlo.
Por el lado financiero, el dólar se mantuvo con calma suficiente para evitar la corrida cambiaria que se temía, pero el riesgo país se aceleró y, aún en los momentos en los que descendió, no logró extirpar el riesgo argentino que le suma un plus relevante al diferencial de tasas con los bonos de Estados Unidos. Ayer osciló en torno a los 900 puntos básicos.
En la actividad, 2019 será el primer año electoral recesivo desde la crisis de 2009, y el primero también en el que el consumo privado llegue a las elecciones por debajo de sus niveles del año previo, identificó Lorena Giorgio, economista de Econviews.
Puntualmente, «el consumo privado llegará a las PASO del próximo domingo cerca de un 8,5% por debajo de sus niveles del año pasado, presionado por un salario real que aún no logra crecer en términos interanuales». No obstante, en el mes a mes pareciera haber encontrado un piso y empezado a recuperarse muy lentamente, «favorecido en el margen por un gran paquete de incentivos oficiales y por salarios privados creciendo en línea con la inflación acumulada desde diciembre pasado, lo que contribuyó también a la recuperación de la confianza del consumidor en los últimos meses», agregó.
También en el Estudio Broda reconocieron que el paquete fiscal de «anabólicos para el consumo» parece estar dando efecto, aunque se cuestionan qué ocurrirá una vez que se terminen. «Los indicadores vinculados al consumo (recaudación, ventas minoristas, autos, motos, electrodomésticos) mostraron en junio mejoras en el margen. Las medidas de estímulo (Ahora 12, créditos Argenta, subsidios a la compra de autos, entre otros), ayudaron», sostuvieron.
Sobre la actividad en general, recordaron que en mayo subió 0,2% (sin estacionalidad) y, que si bien mostró en la comparación interanual la primera variación positiva de los últimos 12 meses (de un 2,6%), la dinámica sectorial es heterogénea, «con el agro que tracciona fuerte y el resto de los sectores más rezagados».
En ese punto, también Giorgio recordó que «a fines del año pasado, el gobierno esperaba que la actividad económica tocara su piso en el primer trimestre y que a partir de allí comenzara a mostrar una recuperación lenta pero sostenida, que le permitiera crecer en torno a 2,5% punta a punta, pero finalmente, la recuperación se postergó hasta el segundo trimestre».
Así, la economía seguramente mostrará su primera variación trimestral positiva (aunque muy modesta) desde el cuarto trimestre de 2017 y llegará a las elecciones del domingo iniciando su remontada. «Sin embargo, los primeros números que se dieron a conocer para el mes de junio reflejan un freno del repunte en algunos sectores, como la industria y la construcción», dijo.
De hecho, tras dos meses en los que la actividad fabril empezaba a repuntar, en junio volvió a mostrar datos negativos: cayó 6,9% respecto del mismo mes de 2018 y registró una contracción acumulada en el primer semestre de 9,4% si se compara con el año pasado.
También Guido Lorenzo, de LCG, reconoció que la economía llega a las PASO con menos dinamismo del esperado. «La polarización y el riesgo cambiario se hicieron presente antes de lo esperado y por ello la tasa de interés alta se sufrió durante casi todo el primer semestre impidiendo la recuperación de la actividad», describió.
No obstante, reconoció un punto a favor, que tiene que ver con el mercado cambiario. «Hay que destacar que a días de las PASO el dólar se mantuvo estable que era el mayor riesgo en un año electoral. Incluso soportando mejor de lo esperado y gracias a la intervención en el mercado de futuros del BCRA los cimbronazos de la economía internacional», dijo.
Inflación, salario y empleo en modo stand-by
Para el domingo, la inflación habrá mostrado una desaceleración, pero la comparación es contra elevadísimos registros que llegaron a tocar este año un 4,7%. El salario real habrá comenzado a recuperar parte de lo perdido el año pasado, que terminó con una baja de 12% en el poder de compra. Pero por el lado del empleo no habrá mejoras.
Así se suman más indicadores para evidenciar que la economía llega a las PASO en modo stand-by, con cierto atisbo de mejora aunque aún insuficientes para confirmar el rumbo.
Desde el Estudio Broda dijeron que tras el 2,7% en el IPC de junio y el número que el Indec dé a conocer el próximo jueves, de en torno a 2,4%, muestra que la inflación comenzó a ceder «pero a un paso demasiado lento», ya que aún no puede perforar el umbral de 2%.
También Guido Lorenzo, de LCG, reconoció que «la inflación, si bien cedió respecto a los peores registros, aún se encuentra en niveles altos». Así, «los salarios no logran recuperarla pérdida de poder adquisitivo del año anterior y la inversión, por otro lado, está frenada por el comportamiento de esperar a ver el rumbo que tomará la política y la política económica».
Lorena Giorgio, de Econviews, señaló que este año los salarios reales caerán en promedio en torno a 7% en comparación a 2018, «bastante por encima de la caída de 0,5% de 2009, la última registrada en un año electoral».
Uno de los puntos es que, según dijo, si bien es usual observar políticas fiscales o monetarias expansivas, planes de facilidades de pagos, préstamos a tasas subsidiadas, u otras políticas de ingreso para incentivar el consumo antes de las elecciones, este año algunas de estas opciones están limitadas. «La política fiscal contractiva adoptada en el marco del acuerdo con el FMI llevará a que el gasto primario caiga en torno a 1,5 puntos del PBI, mientras que la tasa de interés de referencia seguramente se mantendrá por encima del 50% durante prácticamente todo el año y el crédito al consumo (como porcentaje del PBI) caerá en un año electoral por primera vez desde 2003», describió.
Por el lado del empleo, los datos del Ministerio de Trabajo son abrumadores: entre mayo de 2018 y el mismo mes de 2019 se perdieron 217.100 puestos de trabajo registrados. De este total, en la industria la baja fue de 67.000; en el comercio, 50.000 y en la construcción, 14.000. «Con el agravante de que estos sectores, que explican el 80% de la pérdida de empleos privados en el último año, son los que según el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica)siguen mostrando las mayores caídas interanuales», relacionaron en el Estudio Broda. Así, las perspectivas en este indicador no lucen favorables.