Las tasas de los plazos fijos minoristas no alcanzaron para compensar a los ahorristas frente al 4,7% acumulado de inflación y la suba del 8% del dólar en el año
Los plazos fijos minoristas, es decir, aquellos depósitos de hasta $ 100.000 a un plazo de entre 30 y 44 días, tuvieron una rentabilidad negativa del 1% en el primer bimestre de 2018. La suba del dólar y los malos datos de inflación de enero y febrero generaron este efecto.
De acuerdo a los cálculos de MB inversiones, los retornos nominales de los plazos fijos minoristas subieron un 3,7% entre el último día de diciembre y el 28 de febrero. Sin embargo, con una inflación acumulada del 4,7% en igual período y un alza del dólar de 7,7%, el rendimiento real de esa inversión cayó 1%.
La renovación de Lebac, el instrumento de absorción monetaria del Banco Central (BCRA) que desde hace un tiempo le viene disputando con el plazo fijo el favoritismo entre los inversores minoristas, también perdió contra la inflación y el dólar en el primer bimestre del año. La caída, sin embargo, fue la décima parte de la registrada por los plazos fijos: solo el 0,1% en términos reales.
Parte de la política monetaria del BCRA se basa en mantener una tasa real positiva, es decir, que le gane a la inflación. En su último Informe de Política Monetaria, el organismo señaló que a fin de 2017 dicho retorno era de 10,5%. Sin embargo, eso no se tradujo en rendimientos reales para los ahorristas que apostaron al plazo fijo minorista o renovaron sus Lebac en lo que va de 2018. En cambio, la inversión más tradicional, es decir, la compra de dólares billete, fue la mejor entre las opciones clásicas por las que optan los minoristas: quien adquirió divisas estadounidenses a fines de diciembre ganó un 2,9% en términos reales.
La baja de la tasa de referencia de política monetaria que realizó el BCRA en enero, con dos recortes consecutivos de 75 puntos básicos cada uno, no afectó a la tasa nominal ofrecida por los bancos privados a los pequeños ahorristas. El promedio de los retornos apenas bajó 0,2% entre diciembre y febrero, ya que pasó de 20,8% a 20,6%. Sin embargo, la acción de la inflación y la devaluación del peso licuaron los rendimientos reales de las colocaciones a plazo.
Las tasas nominales para depósitos de mayor monto, en cambio, sí sufrieron un impacto mayor de la reducción realizada por la autoridad monetaria. La Badlar de bancos privados (que mide la remuneración de los plazos fijos de más de $ 1 millón de pesos) pasó de un promedio 23,3% en diciembre a 22,8% en febrero. Por su parte, la TM20 (que muestra las tasas que pagan las entidades por depósitos de más de $ 20 millones) cayó con más fuerza: mientras que el promedio de diciembre en los bancos privados fue de 24,3%, en febrero cayó a 23,3%.
Los depósitos a plazo en los bancos constituyen la capacidad prestable de las entidades. En este momento, de acuerdo con un cálculo de Elypsis, la liquidez bancaria se encuentra en un mínimo desde abril del año pasado, con los préstamos en plena etapa de crecimiento. Por tal motivo, la consultora estimó que la necesidad de fondeo podrá acortar la distancia entre las tasas de los plazos fijos y las de las Lebac, que hoy puede llegar a superar los 6 puntos porcentuales.