Ayer se conoció que el IPC-GBA que elabora el Indec varió 1,2% en diciembre. Sólo un mes atrás, los analistas que el BCRA utiliza para decidir la tasa esperaban 1,7%
A la pelea de Federico Sturzenegger por llevar a la inflación de este año dentro de la ambiciosa meta de entre 12% y 17% que el Banco Central (BCRA) que él conduce se impuso el año pasado todavía le faltan muchos meses. Y si bien todavía no cuenta con el apoyo del consenso de los economistas, que prevén que los precios suban 21% este año, al menos ayer logró una momentánea victoria: la inflación de diciembre que mide el Indec terminó en 1,2% cuando, sólo un mes atrás, los economistas que encuesta la autoridad monetaria esperaban 1,7%.
«Las proyecciones de los analistas indican que la tasa mensual de inflación minorista medida a través del IPC Nivel general para el Gran Buenos Aires (GBA) sería de 1,7% en diciembre de 2016», se lee en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de noviembre último. El REM es una encuesta mensual entre alrededor de medio centenar de economistas, bancos y fondos de inversión que hace el BCRA para conocer con qué escenarios trabajan los especialistas para el futuro cercano.
En particular, entre muchas otras variables por las que consulta, el REM le sirve a Sturzenegger para guiar su régimen de metas de inflación, ya que la tasa con la que lo conduce busca ubicarse por encima de las expectativas futuras de precios, una «tasa real positiva», como estrategia desinflacionaria.
Así, por ejemplo, en octubre mantuvo sin cambios la tasa de referencia la Lebac a 35 días en 26,75% para tratar de torcer las expectativas de inflación para este año, aunque con poco éxito.
Las expectativas de inflación de sus encuestados para 2017 se mantuvieron rebeldes en los meses siguientes, tanto que pasaron del 19,7% en la encuesta de octubre al 21% en la de diciembre (las bajas de tasas de noviembre, con comunicados que no convencieron a todos de la necesidad de esos recortes, colaboraron en esa dirección).
El dato publicado ayer por el Indec, el 1,2% de suba del nivel de precios en diciembre, es una pequeña revancha. Al fin y al cabo, la mediana de expectativas de sólo un mes atrás terminó muy lejos del dato real.
«Es un gol para Sturzenegger, nosotros teníamos 1,4% y terminamos sorprendidos por la forma en que se movieron los productos estacionales», dijo Soledad Pérez Duhalde de Abeceb.com, consultora que responde el REM. «Sin embargo esto no cambia mucho nuestras previsiones para el año que viene, yo creo que vamos a ver una baja hacia adelante pero no extrema, porque va a seguir el ajuste de precios regulados con efectos directos y de segunda vuelta.»
En el BCRA celebraron que en la segunda mitad del año el ritmo de avance anualizado es decir, si la velocidad de avance de los precios en medio año se mantuviera un año entero cayó al 18,5% con este dato.
«Hay que pasar del ritmo de 18,5% del segundo semestre a uno entre 12% y 17% en el año 2017. Haremos más que todo lo posible: todo lo necesario», tuiteó ayer el vicepresidente de la entidad, Lucas Llach.
Tampoco Fausto Spotorno, de Orlando J. Ferreres y Asociados, reduce sus expectativas de inflación para el año que viene. «Al BCRA le cuesta mucho bajar expectativas porque la inflación núcleo viene alta (que abstrae movimientos de precios de una sola vez, como por ejemplo las subas de tarifas). Al mercado le va a costar mucho bajar expectativas hasta que no vea que pasa con paritarias y como afectan las subas de regulados, dos datos clave.»
Otro de los economistas cuya consultora responde el REM del BCRA, Hernán Hirsch de FyE Consult coincidió con sus colegas en que todavía quiere ver más antes de cambiar sus previsiones. «Hace cuatro meses que la inflación núcleo IPC-GBA está en 1,7%, nosotros calculamos que tiene que caer a 1,1% para poder alcanzar el tope de las metas, el 17% anual», dijo.
«Es claro que la tendencia es a la desaceleración, pero con los aumentos de regulados, el componente inercial y paritarias de este año, nuestra previsión se mantiene apenas arriba de 20%», concluyó Hirsch.