Una inversión accesible para ahorristas
Debe haber sido la semana más corta del año porque solo tuvo dos días verdaderamente operativos, el martes y miércoles. Es que luego del feriado local del lunes, el jueves no operó la Bolsa de Estados Unidos por el Día de acción de gracias y el viernes lo hizo solo media rueda. Esto evitó que el dólar contado con liquidación siga subiendo y contenga al dólar MEP. También fue una mordaza para las acciones.
La mala suerte fue que, a pesar de tan pocos días operativos, el derrumbe del oro provocó que el martes 24 se perdieran USD 214 millones de reservas y a lo largo de una semana tan corta, USD 241 millones. Las reservas quedaron en un nivel crítico de USD 38.705 millones de las que solo un puñado son de libre disponibilidad. Y ese derrumbe puede seguir hoy porque el viernes el oro perdió 1,40% de su valor y en el mercado overnight, tenía una pequeña recuperación de esa baja.
El desinfle del oro
El oro, como otros activos de cobertura, perdió poder, después de haber superado los USD 2.000 dólares por onza, cuando la semana pasada hubo euforia en las Bolsas del mundo por las noticias sobre los avances con las vacunas. El oro, en la medianoche del domingo cotizaba a USD 1.792 por onza. También bajaron los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
En otras palabras, las más afectadas son las reservas de libre disponibilidad porque el Banco Central tiene 68 toneladas de oro que en su máximo esplendor equivalían a USD 4 mil millones hoy esas reservas valen 10% menos que en los días en que el oro era refugio por la incertidumbre. La euforia hizo perder USD 400 millones de las reservas más necesarias porque son de las que se podía disponer libremente y donde cada dólar cuenta porque son necesarios para llegar a abril el momento en que comienza a liquidarse la cosecha e ingresan dólares disponibles al Banco Central.
Ahora abril parece el larguísimo plazo y los inversores lo saben. Por eso apuestan al mercado de futuros con precios de fines de mes que marcan una devaluación porque los que están vendidos a los plazos más largos, lo hacen a un dólar que conlleva una tasa de 84% anual.
Estas cotizaciones harán que enero y febrero sean una pulseada descarnada, porque tanto los vendedores como compradores de dólares futuros se cubren.
Los compradores, echan mano a lo que se llama el dólar sintético; compran bonos del Tesoro en pesos a tasa de interés y los calzan contra la compra de dólares futuro, que dan una tasa de interés más alta, para transformar la tasa en pesos en una tasa en dólares.
Los exportadores son vendedores para asegurarse un precio real más alto que el actual porque el dólar futuro cotiza por encima de la tasa de inflación esperada y de la tasa de devaluación actual. Por eso, se sientan sobre sus silobolsas y solo sacan lo que necesitan para su caja chica. Así se explican las escasas liquidaciones en la plaza mayorista mientras crece la demanda de los importadores -también ven una devaluación- que quieren anticipar sus compras con el dólar a los precios actuales. El resultado es una lenta y prolongada sangría de divisas. El viernes el Banco Central tuvo que vender USD 30 millones para satisfacer a los importadores, ante la desaparición de exportadores.
Grandes ganadores
Si bien el Banco Central fue un gran perdedor, hubo grandes ganadores en el mes. Los que apostaron a los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron ganancia en dólares superiores a 85% como fue el caso de los seguidores de Corporación América (+85,47%).
También ganaron los que apostaron a YPF (67,70%), Tenaris (65.69%) y Despegar (60%). Estos ADR’s, se pueden operar en pesos en la Argentina bajo la denominación de Cedears. Son accesibles al público en bancos y agentes de bolsas locales que han puesto montos mínimos bajos para entrar a este tipo de inversión. Un pequeño ahorrista con un monto similar al mínimo de un plazo fijo puede hacerse de Cedears y obtendrá los mismos rendimientos que los ADR’s en dólares porque su cotización en moneda local, se hace calculando el precio del dólar contado con liquidación que el viernes cerró a $ 148,92 pero que casi siempre estuvo por encima de los $ 150.
Esta semana comienza una etapa donde para el Banco Central no será tan simple como en noviembre controlar al dólar y las presiones de devaluación del mercado. El convenio con el FMI, que era la gran carta que quería jugar el Gobierno, se aleja para después de abril. Es decir, se perdió el estímulo que podría mantener a los dólares alternativos bajo cierto control. Diciembre siempre fue el mes más difícil para todos los gobiernos y comienza mañana.