En una conferencia del Instituto de Finanzas Internacionales se dialogó sobre la compleja situación del país, la dolarización y la relación con el FMI y los inversores privados, entre otras cuestiones
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según su sigla en inglés), advirtió que la Argentina está en el “borde de una hiperinflación” y admitió que no será fácil implementar las reformas tras el cambio de gobierno para corregir la situación. Además, anticipó que habrá una fuerte devaluación en el mercado cambiario oficial y un “ajuste muy doloroso” luego del balotaje.
En el evento del think tank de los bancos internacionales sobre las perspectivas políticas y económicas de la Argentina hablaron Martin Castellano (jefe de economistas del IIF para América latina) y Kezia McKeague (Directora regional para América latina de McLarty Associates).
Castellano dijo que la última elección dejó como lección que “nunca hay que subestimar al peronismo, ni en momentos complicados para la Argentina; Massa logró aislarse de la mala situación del gobierno y, a la vez, presentarse como alternativa”.
Además, indicó que un gobierno de Massa adoptará una perspectiva gradualista para afrontar la situación y Milei una más ortodoxa, para una “economía que está al borde de la hiperinflación”.
“Pero ambos son pragmáticos para moverse al centro, para ajustar sus propuestas y esperamos un escenario mejor, pero no sabemos si alcanzará para poner en práctica medidas muy duras y dar vuelta la situación en 2024; es difícil dado el mal track record de implementación de políticas en la Argentina”, aclaró.
En particular, recordó las críticas vertidas por el IIF y otros economistas internacionales a la dolarización que promueve Milei, por su “difícil implementación” y sus efectos colaterales más allá de que pueda bajar rápido la inflación.
El economista indicó que “la transición, será dura, Massa tratará de mantener la política expansiva actual, con una alta inflación que ya superó la devaluación de agosto, con más controles que afectarán las reservas internacionales y las importaciones”.
“El swap con China permitirá pagarle los vencimientos al FMI de esta semana, mientras las reservas internacionales son negativas. No hay duda que habrá una devaluación después de las elecciones y el FMI aceptó esta decisión”, indicó.
Sobre la reacción del mercado, dijo que Massa se mostró más pragmático que lo esperado y que el apoyo de “Mauricio Macri a Milei al menos pospuso la implementación de sus propuestas más radicales y controvertidas, además de brindarle apoyo técnico y de un equipo del que carece”.
“Cualquier signo de estabilización y de trabajo conjunto será tranquilizador para el mercado, pero la gran pregunta de los inversores es si habrá suficiente apoyo para estabilizar el país”, aclaró.
En cuanto a la dolarización, indicó que “más allá de que exige una ley, en el corto plazo está fuera de la agenda, pero puede ocurrir de facto si hay una falla en las decisiones económicas”.
“No se pueden posponer las medidas muy dolorosas en términos fiscales y monetarios para reducir las actuales distorsiones. Hace falta un plan de varios años para bajar la inflación con un plan integral y un banco central independiente”, aclaró.
“La pregunta es si el nuevo gobierno podrá implementar este plan, con reformas profundas. Hay una gran oportunidad pero se requiere un gran consenso y el país es especialista en perder buenas oportunidades”, afirmó.
El panorama político
En tanto, McKeague comenzó con una descripción de los candidatos y del “sorprendente” resultado en la primera vuelta, basado en la “división de la oposición antiperonista, la decepcionante elección de Juntos por el Cambio y de la baja del voto para el peronismo. Sin embargo, destacó que esa caída no le impidió quedar primero en la elección a Massa, “un peronista pragmático”. La analista dijo que todavía resulta muy difícil hacer pronósticos sobre el balotaje.
La experta dijo que no se sabe qué versión de Massa se verá, si “una más tradicional del peronismo o una más pragmática como Carlos Menem”, mientras que en el caso de la oposición consideró que se enfrentará a un congreso muy dividido desde diciembre.
Además, opinó que no se puede comparar a Milei con el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, porque “no tiene un partido grande que lo apoye, tiene poca experiencia en la gestión pública y un grupo pequeño de colaboradores”. En cuanto a Massa, dijo que “no es kirchnerista, aunque lo hayan señalado como tal”.
Ambos coincidieron que, a diferencia del cambio de gobierno en 2015, esta vez no habrá financiamiento internacional para que el ajuste sea más suave.