• Son fondos que perdieron en 2014.
• Hay tensión entre Prat Gay y Sturzenegger por el manejo de la liquidez.
La menor liquidez que se percibe en el mercado ante la fuerte absorción de pesos que realiza el Banco Central, y el aumento en los costos de fondeo que deben afrontar los bancos tras la suba de tasas de interés convencieron a algunas entidades del sistema financiero de pedir con algo más de énfasis al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, eliminar la suba que se dispuso en 2014 sobre los aportes al Sedesa -el fondo de garantía que cubre los depósitos del sistema financiero- y permitirles con esto recuperar más de $ 4.000 millones anuales que les pertenecen.
Las entidades nacionales y extranjeras hicieron llegar el pedido a través de las cámaras que las representan. A todas les preocupa que la regulación impuesta hace 14 meses por el ex banquero central Alejandro Vanoli, que los obligó a cuadruplicar el aporte a este fondo de garantía, mantenga congelado un monto considerable de pesos que, en un contexto de alta inflación, podrían disponer para otras inversiones. El sector entero pide ahora que se desactive la medida y que los valores de estos depósitos retornen a los niveles que tenían previamente.
La ampliación del aporte al Sedesa fue dispuesta por la gestión anterior para incrementar una fuente de financiamiento adicional que tenía a disposición el Tesoro. Esto porque la regulación oficial permite que hasta la mitad de este fondo pueda ser invertida en títulos públicos nacionales. El mismo atractivo fiscal de estos depósitos en efectivo podría mantener su vigencia en estos días: en las mesas de dinero advierten que el Ministerio de Hacienda parece ahora más preocupado por financiar el gasto público que por esterilizar pesos del mercado. El mercado entero comentó ayer el presunto fastidio que hizo explícito Alfonso Prat Gay ante la fuerte absorción que realiza semanalmente Sturzenegger, que a su juicio quita recursos al Tesoro para financiarse.
La inmovilización de este fondeo que queda «encajado» hace afrontar a los bancos un costo de oportunidad, porque no puede ser colocado en créditos o inversiones con buen rendimiento (por ejemplo, las Lebac) y les impide protegerse de un encarecimiento de precios que ya avanza casi al 30% anual.
En su momento, la normativa de Vanoli aumentó el coeficiente que deben aplicar para respaldar cada peso de sus ahorristas del 0,015 al 0,060 mensual (es decir, del 0,018 al 0,072 al año), e incrementó también el monto garantizado, de los $ 120.000 a los $ 350.000. Considerando estos dos cambios, el respaldo total por estos depósitos pasó entonces de los $ 1.400 millones a los $ 5.600 millones.
Los pesos que forman parte del fondo de garantía no son contabilizados por los bancos como una pérdida en sus balances, porque aún les pertenecen (podrían, incluso, volver a tenerlos disponibles ante la salida del depósito). Pero es dinero que se ve afectado en términos reales en un escenario en el que la inflación sigue firme en los dos dígitos.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=828001