Los controles de cambios tuvieron en las primeras jornadas el efecto deseado por el Gobierno. Pero a medida que se acercan las elecciones podría volver el nerviosismo
A casi un mes de las PASO y control de cambios mediante, los bancos tuvieron un respiro. Ayer se confirmó una tendencia a la desaceleración de la salida de depósitos en dólares, aunque todavía no hay cifras oficiales. Sin embargo la tendencia está lejos de haber llegado a su fin a juzgar por la cantidad de gente que sigue haciendo cola en muchísimas sucursales.
El comportamiento de los depósitos en pesos también llevó cierto alivio. Luego de una caída en las dos primeras semanas luego de las PASO se produjo un repunte y el primer dato de septiembre arroja niveles similares a los de fin de julio. En total 2,4 billones de pesos, contabilizando cuentas a la vista y plazos fijos.
La estabilidad de los depósitos privados en pesos es un dato positivo a medias. Considerando que la tasa de interés superó en agosto el 4,5% mensual, como mínimo ése debería haber sido el incremento, además en línea con la inflación esperada del mes (alrededor de 4,2%). Por lo tanto, el estancamiento de las colocaciones en pesos representa en realidad una caída significativa en términos reales. Sólo pudo haber sucedido por retiros de depositantes que sacaron los pesos del sistema para consumir o para comprar dólares.
La respuesta del Central de elevar en las últimas jornadas las tasas de interés al 85% anual en pesos parece ser la respuesta para evitar una mayor sangría de depósitos en moneda local. La mayoría de los bancos respondió a la señal y puso las tasas para plazo fijo arriba del 60%. En la medida que el dólar mantenga la estabilidad de esta semana, es probable que algunos se vuelvan a tentar con estos rendimientos en pesos aún a pesar del fuerte clima de nerviosismo que se desató luego de las PASO.
En lo que respecta a los depósitos en dólares, la caída tras las elecciones primarias es impresionante. Desde un récord de USD 32.500 millones el 9 de agosto, el stock cayó a USD 25.700 millones el 2 de septiembre. Esta caída registrada hasta el lunes pasado representa una pérdida de USD 6.800 millones o un 21% del total.
Todavía no hay cifras oficiales sobre lo sucedido en los tres últimos días hábiles, pero el dato favorable es que las reservas están cayendo mucho más lento. Ayer fueron «sólo» 371 millones. De esta evolución puede inferirse que se desaceleró la caída de depósitos en moneda extranjera. La estabilidad del dólar pero sobre todo la disponibilidad total de billetes calmó a muchos depositantes.
Es probable, sin embargo, que cuando se publiquen los datos oficiales la caída de depósitos privados en dólares en las últimas cuatro semanas haya llegado a nada menos que el 25% en relación al 9 de agosto.
No fue el único movimiento brusco sucedido luego de las primarias. El dólar saltó de $46 a $58, las acciones acumulan caídas superiores al 60% en dólares, aún luego del rebote de las últimas dos jornadas, y el riesgo país pasó de 800 a 2.200 puntos.
El control de cambios que implementó el Gobierno esta semana parecen haber calmado al menos un poco los ánimos. Por lo pronto se desaceleró la caída de reservas y el dólar se mantiene estable. En el escenario ideal, el Gobierno espera llegar en estas condiciones hasta las elecciones presidenciales, aunque todavía falta mucho. No sería razonable descartar nuevos episodios de nerviosismo extrema a medida que se acerca el 27 de octubre.