Los títulos locales pierden 10% en la parte larga de la curva y 5,5% en los vencimientos a 2026. La caída que sufrieron los bonos argentinos con vencimiento más lejano es más del doble de la experimentada por los bonos mexicanos.
Los bonos argentinos vienen sufriendo una baja importante en lo que va del año: pierden 10% en la parte larga de la curva y 5,5% en los vencimientos a 2026. Y la debilidad de los bonos locales supone rojos que más que duplican los que han registrado otros bonos de la región.
La elevada volatilidad en el mercado de bonos a nivel global está impactando de lleno en el mercado local. La mayor presión inflacionaria que están percibiendo los inversores en Wall Street implica que la Fed podrá elevar la tasa de interés de referencia con mayor agresividad de lo que se esperaba en una primera instancia, con chances de que no sólo veamos tres sino cuatro subas de tasas este 2018.
Es a partir de esta especulación que las tasas en el mercado financiero comenzaron a subir con mayor fuerza y es por eso que la tasa de los bonos del Tesoro americano se disparó para alcanzar niveles de 2,87%, acercándose a los máximos de 2014 de 3,05%.
La suba de esta tasa funciona como referencia para el resto de los mercados de bonos a nivel mundial. Un incremento implica una caída en los precios de los bonos y es eso mismo lo que estamos viendo en el resto de los bonos a nivel global.
A su vez, la suba de tasas genera un cambio en las valuaciones de los activos financieros que se ven directamente perjudicados por un nivel más alto del rendimiento del título a 10 años y potencian la baja por expectativas de que la tasa sea aún más alta en el futuro y por una toma de ganancias luego de meses sin generar una corrección importante.
Así, los inversores han desarmado posiciones en instrumentos de riesgo como el caso de las acciones y activos de emergentes (los bonos de mercados emergentes en dólares han sufrido su mayor salida de capitales en la historia) y buscado activos de cobertura, que casualmente, son los bonos del Tesoro americano a 10 años.
De esta forma, el rally alcista de la tasa se ve impulsado por expectativas inflacionarias y potenciales subas de tasas de la Fed así como por mayor un posicionamiento de los inversores ante escenarios de mayor riesgo global, lo que pone en marcha las llamadas estrategias de salto a la calidad («fly to quatlity»).
Este escenario de mayor volatilidad en los mercados y suba de tasas en EE.UU. genera un riesgo para los bonos de emergentes en general y de Argentina en particular. En concreto, los bonos argentinos son los que más sufren de este escenario alcista en las tasas.
Yendo directamente a los números vemos que, en lo que va de 2018, los bonos que se ubican en la parte larga de la curva han perdido más del 10% de su valor. Concretamente, el Bonar 2046 arrancó el año en niveles de 113,50 dólares y se ubica actualmente en 101,50 dólares, un retroceso de 10,4%, lo que implica una suba de 84 puntos básicos de la tasa desde 6,56% a fines de 2017 a 7,4%.
En la parte media de la curva, vemos que el Bonar 2026 sufre una baja del 5,5%, rindiendo actualmente 6,30%. Esto implica una suba de 86 puntos básicos en lo que va del año.
Si comparamos esta evolución con la del resto de los países, vemos que los bonos brasileños sufrieron un menor castigo. En la parte larga de la curva, el bono a 2047 sufrió una caída del 7% y una suba de 50 puntos básicos en la tasa (el rendimiento hoy es de 5,83% desde los 5,33% de comienzos de 2018). El bono a 2028 perdió un 3,85% de su valor y rinde 4,91%, sumando 49 puntos básicos al costo de la deuda.
Si hacemos la misma comparación con los bonos mexicanos, encontramos que la tasa en la parte larga de la curva soberana se elevó 32 puntos básicos, con una caída del precio de 4,85% en 2018 (el rendimiento pasó de 4,63% a 4,95%). En el vencimiento a 2028, el bono mexicano perdió 3,3% en este año, lo que implica una suba de la tasa de 40 puntos básicos.
Para el caso de Perú, el comportamiento es similar, con una caída de 5,7% para el vencimiento en 2050. Finalmente, comprando con los bonos colombianos, vemos que el bono a 2045 sufrió una merma de 6,05% en lo que va del 2018.
Este comportamiento tiene sentido en cuanto a que el mercado local opera con un nivel de volatilidad mayor que sus pares regionales.
Así resulta que la caída que sufrieron los bonos argentinos en la parte más larga de la curva implica más del doble de la merma experimentada por los bonos mexicanos para el mismo segmento en términos porcentuales. Y en términos de tasa, esos bonos mostraron una suba de más del doble de la que registraron los bonos mexicanos y peruanos.