En los últimos 6 meses del 2012 hemos visto una creciente aceleración en la velocidad de devaluación del dólar estadounidense. Durante todo el año 2011 y el primer semestre del 2012, rara vez el dólar se devaluó más de 0,70% en un mes o el 9% en términos anuales; sin embargo en los últimos 7 meses de este año la devaluación mensual siempre fue superior al 1,20%. Si anualizamos estos valores vemos que la tasa de devaluación es superior al 15% anual y más aún los últimos 3 meses está muy cercana a una tasa del 20%. Como puede apreciarse, la velocidad de devaluación del dólar oficial se ha prácticamente duplicado. Y ni que hablar de la brecha que existe entre el dólar oficial y el dólar paralelo que alcanza en estos días aproximadamente el 30%
Al mismo tiempo vemos que no ha ocurrido lo mismo con las tasas en pesos que si bien han tenido un incremento no ha sido tan marcado como la tasa de devaluación. Esto puede observarse en la tasa BADLAR para bancos privados. BADLAR comenzó el año 2011 en niveles cercanos al 11% y hoy tiene un valor cercano al 16%, si bien tocó máximos de 23% en diciembre del 2011. Como se puede apreciar aquí la suba de esta variable alcanza apenas el 50% que no es para nada despreciable, pero sí muy inferior a la suba de la tasa de devaluación que fue del 100%.
¿Cómo impacta este escenario a los inversores? Claramente, durante el año 2011 si un inversor depositaba su dinero a plazo fijo al 11% y el dólar se devaluaba en torno al 9% podemos calcular rápidamente que estaba obteniendo una tasa del 2% en moneda estadounidense. Ahora a fines del 2012, si hiciera la misma operación estaría perdiendo el 4% debido a que ganaría 16% en pesos pero la devaluación es del 20%.
Es por esta razón que los inversores están decidiendo dolarizar sus carteras y ante la imposibilidad de comprar dólares para atesoramiento por disposiciones del gobierno, buscan nuevas alternativas. Entonces aparece como la vedette del momento, los bonos dolar-linked.
En la jerga de mercado se denomina dolar-linked a cualquier instrumento financiero cuyo valor esté atado a la variación del tipo de cambio oficial pero donde los cobros y pagos son en pesos. Estos instrumentos que pueden ser títulos públicos, letras, obligaciones negociables de empresas o fideicomisos entre otros, están nominados en dólares pero todos los cobros y pagos asociados se hacen en pesos al valor del tipo de cambio oficial del día en que se produce el cobro o el pago. De esta manera el inversor se asegura obtener un rendimiento positivo en dólares ya que la tasa de interés que se paga se calcula en función del tipo de cambio del día en que deba producirse el pago.
Para realizar las suscripciones de estos instrumentos y luego calcular los pagos de amortización y renta, en general se utilizan como tipo de cambio de referencia el del Banco de la Nación Argentina o el que publica diariamente el Banco Central.
Veámoslo con un ejemplo. Una empresa emite obligaciones negociables en la modalidad dolar-linked con una tasa del 7% anual que pagará cada 6 meses y amortizará totalmente al año. El prospecto de la emisión dirá que la misma es en dólares estadounidenses pero la liquidación será totalmente en pesos. Un inversor suscribirá entonces por ejemplo la suma de USD 1.000. Al momento de la liquidación el inversor no deberá pagar los USD 1.000 sino que pagará $4.900 ya que el tipo de cambio del día era 4,90.- Luego a los 6 meses esta obligación negociable pagará los intereses semestrales, o sea el 3,5%, equivalentes a USD 35.- Pero aquí el inversor tampoco recibirá los dólares sino que recibirá los pesos equivalentes. Si suponemos que a ese momento el dólar vale 5,40, recibirá $189. Por último, al vencimiento deberá cobrar la segunda cuota de intereses más la devolución del capital por USD 1.035.- si el tipo de cambio en ese momento es de 5,90, nuestro inversor estará cobrando la suma de $6.106.- De esta forma el inversor obtuvo un rendimiento del 7% por encima de la tasa de devaluación cualquiera que este fuera.
A comienzos de este año no era muy común ver emisores, sean estos públicos o privados, que optaran por esta forma de financiarse, pero con el correr del año hemos observado un impresionante crecimiento. Entre las provincias que optaron por esta forma tenemos a Buenos Aires, Neuquén, Mendoza, Córdoba y Ciudad Autónoma de Buenos Aires como las principales. Entre las empresas y sólo por citar algunas de las más recientes encontramos a IMPSA, Molinos Río de la Plata, IRSA, Cresud, Don Mario y muchas más.
Con respecto al rendimiento que puede obtener un inversor con este tipo de activos, cómo es lógico, el mismo varía en función del riesgo del emisor y del largo del bono. En el mercado han podido observarse en la suscripción inicial para títulos provinciales rendimientos que van entre el 6% y el 9%. Para el caso de empresas se han podido observar rendimientos que van desde el 4% al 9%.
Por último, cabe una reflexión acerca de la liquidez. Si bien el mercado ha ido creciendo vertiginosamente, el tamaño de las emisiones no es aún lo suficientemente grande como para generar un mercado secundario líquido. Por lo tanto el inversor debe estar prevenido que si compra uno de estos activos, deberá mantenerlos en cartera hasta su vencimiento para no correr el riesgo de afectar demasiado su precio si desea venderlo antes de tiempo. Quien quiera evitar este riesgo, puede adquirir cuotas-partes de Fondos Comunes de Inversión en lugar de los bonos individualmente. A medida que el mercado de bonos dolar-linked va creciendo, los bancos van acrecentando sus opciones de Fondos Comunes de Inversión con nuevos fondos que invierten en este tipo de activos y hoy muchos bancos ya los están ofreciendo.
Esperemos que este artículo sirva para dar a conocer este importante instrumento que se está utilizando muchísimo en esta coyuntura, ya que permite obtener rendimientos positivos en dólares y al mismo tiempo estar protegido ante un escenario de brusca devaluación.