Las emisiones de renta fija de la Argentina se mueven sin una tendencia definida. Por un lado hay temor que no haya dólares suficientes; por otro, las tasas son atractivas
Los bonos argentinos, ese termómetro que aún no encuentra una tendencia definida volvieron a caer en la jornada de ayer. Consecuentemente, el riesgo país, que mide la sobretasa que paga una emisión soberana local por encima del bono del Tesoro de EE.UU. se ubicó por encima de los 800 p.b. Desde fines de junio que el indicador no probaba estos niveles en lo que algunos analistas ven como el final de un ciclo de 60 días donde se especuló con una salida al problema de los holdouts.
El bono Bonar X bajó 0,6% a $ 1.062 por cada lámina de 100 dólares, el Global 2017 cayó 1% a $ 1.000, el Boden 2015 avanzó 0,2% a $ 1.158 pesos y el Cupón PBI en dólares con ley local bajó 2,3%.
La fuerte devaluación que emprendió el Banco Central en las últimas horas puso blanco sobre negro en la tierra de los títulos públicos locales. A priori, para la City, no hay duda: endeudarse hoy es mucho más caro para la Argentina, por lo que las tasas de los títulos marcan ya ese comportamiento.
Es que el efecto “holdouts” se hace sentir. Por un lado, a tan sólo algunas horas de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner señalara su intención y enviara al parlamento un proyecto de ley para abrir el canje de deuda para los holdouts –y también para cambiar el domicilio de pago a aquellos bonistas que no pudieron cobrar por trabas judiciales– la caída de los títulos en dólares se hizo sentir.
En esta línea, según los especialistas consultados, una parte del mercado todavía aguarda la resolución del conflicto para después de enero, ‘leyendo’ en la reacción argentina una estrategia para encausar la negociación con los holdouts.
Sin embargo, a medida que pasan las horas, comienza a cernirse sobre el mercado bursátil un pesimismo creciente, que especula con una postura irreductible por parte del gobierno argentino. “Si el Gobierno no quiere pagarle a los holdouts entonces el mercado financiero internacional está cerrado y nosotros en desacato, lo que no es una buena noticia para aquellos que miran al dólar como refugio ya que tenderá a encarecerse”, sostuvo el jefe de la mesa de dinero de un banco.
“El panorama definitivamente no cambia para mejor, Argentina continúa aislada de los mercados internacionales de crédito en un momento en que los dólares son un bien escaso”, dijo la consultora Delphos Investment.
La segunda tendencia –de las últimas horas– es alcista, ya que a pesar del riesgo que existe en torno a los pagos de capital y vencimiento de títulos locales emitidos en dólares en medio de un escenario de escasez de divisas, una parte del mercado comienza a verse tentado por las tasas que tienen estos bonos y que al momento del vencimiento integrarán dólares billete.
La duda del Boden 2015, uno de los más líquidos de la plaza y que promete dólares para el año próximo es si el Gobierno tendrá o querrá pagar ese título o si cederá, en cambio, a la tentación de proponer un canje de deuda. Los fuertes vencimientos que operarán con este bono (unos u$s 6.000 millones) podrían ejercer suficiente presión a las reservas del Banco Central que en la City hay quien ya plantea la posibilidad de un escenario así.