La inflación implícita en los precios de los bonos en pesos se elevó un punto desde la relajación de la política monetaria del jueves pasado. Esperan ahora un promedio de 13% de inflación anual de acá a 2021, bien por encima de las metas oficiales. Antes de los cambios en el rumbo económico, especialistas consultados por el BCRA ya elevaban sus previsiones de inflación para este año
Las expectativas de inflación del mercado se mueven al alza tanto en los precios de los activos como en los cálculos de especialistas. En sólo cuatro ruedas desde la relajación de las metas de inflación y la inmediata reducción de las tasas de Lebac, las previsiones de inflación implícitas en bonos en pesos saltaron un punto porcentual. Ayer, además, se conoció que los analistas consultados cada mes por la autoridad monetaria habían corregido al alza sus perspectivas para 2018 aún antes de la modificación de la meta y la baja de tasas en pesos.
En los cinco días hábiles que pasaron desde que el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, tuvo que aceptar un cambio en las metas de inflación fijadas por el Gobierno y relajar su política monetaria, las cotizaciones de los bonos en pesos que en parte dependen de los escenarios futuros de inflación, se movieron de inmediato.
Los bonos ajustados por inflación con vencimiento en 2021 (Boncer 21) subieron 4,4% en el período, mientras que los títulos a tasa fija a mismo plazo (Bote 2021) ganó 0,46%. Esta diferencia de comportamientos permite estimar cuál es la expectativa de inflación del mercado por la que pagan los traders para los próximos cuatro años.
«El breakeven de inflación implícita entre el bono a tasa fija Bote 2021 (TO21) y el bono CER Boncer 2021 (TC21) se incrementó de un promedio en los 4 años 2018/2021 de 12% anual promedio en la primer quincena de diciembre a 13% actualmente. Este incremento se dio con una baja de 0,30% en la tasa nominal del TO21 y una compresión aún mayor (1,25%) en las tasa real del TC21 en un contexto de reducción de las tasas de Lebac», dijo Belisario Álvarez de Toledo, portfolio manager en Consultatio Asset Management.
En otras palabras, los inversores que calculaban una inflación del 12% promedio anual para los próximos cuatro años una semana atrás ahora la ven un escalón arriba, en el 13% promedio anual.
«Cabe destacar que este aumento puede deberse no solo a un cambio de expectativas sino también a un aumento de la prima de riesgo que implica comprar un bono tasa fija en comparación con la cobertura contra la inflación que otorga un bono CER», agregó Álvarez de Toledo.
La nueva meta fijada el jueves pasado establece un objetivo del 15% para 2018 (antes 10%), del 10% para 2019 (antes 5%) y del 5% para 2020. Es decir, una inflación promedio de algo menos del 9% anual.
Pero aún antes de la recalibración de la política monetaria anunciada la semana pasada, los especialistas que responden al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que lleva adelante cada año el BCRA ya movían al alza sus previsiones de inflación para este año.
La última versión del REM, correspondiente a noviembre, se publicó ayer. Como se hace a fin de cada mes y el volantazo en la política monetaria fue el día 28 de diciembre, sólo 19 economistas llegaron a responder antes de los anuncios. Por eso, sus previsiones no incorporan la intriga palaciega contra Sturzenegger.
Hasta ese día, los analistas participantes del REM indicaban una proyección de la inflación general se elevaron desde 16,6% a 17,4% para 2018 y desde 11,3% a 11,6% para el año que viene.
En la calle Reconquista, mientras tanto, trataban de enfocarse en el dato de inflación núcleo que no incorpora subas de tarifas reguladas y precios estacionales estable en 14,9% para 2018 y que desciende desde 10,4% a 10% para 2019. También en el hecho de que la inflación 12 meses se mantuvieron estables.