Pese a la compra de divisas de estas últimas 48 horas, persiste la tensión ante la necesidad de acumular al menos otros USD 2.000 millones antes del fin del actual semestre para cumplir con las metas del FMI.
Las autoridades del Banco Central vivieron como un logro el lunes la compra de USD 180 millones, hazaña que en menor proporción pudo repetir ayer al cerrar la jornada con un saldo positivo de USD 50 millones. Lleva así acumulados en mayo USD 230 millones, más de lo que dejó en sus arcas el ingreso de dólares de abril. Sin embargo, persiste la tensión ante la necesidad de acumular al menos otros USD 2.000 millones antes del fin del actual semestre para cumplir con las metas del FMI. En ese contexto, existe, una cuenta que es fundamental para lograrlo y que por ahora tiene un resultado incierto y muy debatido entre los analistas del mercado. La discusión es cuál será el saldo entre los mayores ingresos de dólares por la liquidación récord de la cosecha y el enorme aumento en la salida de divisas por la importación de energía, cuyos precios también hoy se encuentran en niveles récord. Todo ello como consecuencia de la guerra en Ucrania, que disparó la cotización de las commodities.
La cuenta del primer trimestre, en la que sólo marzo tiene algún impacto del conflicto bélico, es bien ajustada pero muestra que, comparado con el año pasado, el ingreso adicional de divisas no llegó -por poco- a compensar la salida por la importación de combustibles. No hay, por el momento, ningún impacto positivo en términos de reservas. Por el contrario, existen motivos para la alerta. El propio ministro de Economía, Martín Guzmán, lo admitió ante los funcionarios del FMI la semana pasada cuando participó de la Asamblea de Primavera del organismo en Washington. Insistió en que por ahora la ecuación es neutra, pero coincidió con sus interlocutores que el panorama es preocupante.
Los números indican que por la suba de los precios del agro, ingresaron unos USD 1.303 millones más que en el primer trimestre de 2021 -unos USD 8.684 millones contra los USD 7.381 millones del año pasado- mientras que el rubro energía insumió USD 1.327 millones, según los datos que se desprenden del balance cambiario del Banco Central. Es que en 2021, los primeros tres meses arrojaron un saldo positivo de USD 278 millones, pero este año ese resultado se revirtió a un déficit de USD 1049 millones. Es decir que, por ahora, se trata prácticamente de un empate que no termina de dirimir la discusión entre quienes proyectan que el Banco Central se quedará con un saldo positivo de al menos USD 1.000 millones y quienes creen que ocurrirá lo contrario. Entre los primeros se encuentra, por caso, el economista Fernando Marull, quien destacó que las cifras del balance cambiario aún no capturan en total dimensión los ingresos esperados del agro ya que en marzo recién comienza la liquidación, con abril, mayo y junio como los meses más fuertes. Sin embargo, en abril se liquidaron USD 3.100 millones, 6% más que en marzo, y el BCRA sólo pudo retener en sus reservas USD 165 millones.
Es que la cuenta de energía aprieta. Porque lo cierto es que tampoco en el primer trimestre se registra la “temporada alta” de importación de energía pero ya en marzo los nuevos precios del mercado internacional se hicieron sentir. De hecho, el pago de importación de electricidad, posiblemente el gas para generarla, pegó un salto a USD 613 millones.
El monto representa un pico mayor al que se registró en los últimos 10 años incluso en los meses más fríos, lo cual confirma que se avecina un esfuerzo descomunal para afrontar las compras de gas al exterior durante el invierno. Por caso, en las dos últimas licitaciones de importación de barcos de GNL, el Gobierno debió convalidar precios entre 3 y 4 veces mayores a los del año pasado. Esas compras se empiezan a pagar este mes.
Este salto en los precios, que se empezó a moderar en los últimos días pero que está sujeto a una alta volatilidad según la evolución de la crisis de la energía en Europa y la decisión de interrumpir el suministro de gas proveniente de Rusia a partir de fin de año, es el que, además complica la reducción de subsidios a las tarifas y, por ende, también el achicamiento del déficit fiscal comprometido con el Fondo Monetario. Otra vez, los precios récord de los granos generan recursos extraordinarios para el Fisco pero, al igual que el Banco Central que no logra acumular reservas, también al ministro Guzmán, esos fondos parece se le escurrirán entre los dedos.