La rueda del miércoles promete ser intensa y el mercado mira al Banco Central, que sigue haciendo dos licitaciones diarias de Leliq y continúa subiendo la tasa
Mientras en el Gobierno celebraban los dos días de fuerte baja del dólar y aseguraban que las tasas de interés en esos niveles, más las divisas del FMI auguraban un dólar quieto y calmo por un tiempo, unos pocos operadores con experiencia, escuchaban escépticos. Se hacían una pregunta: «¿Si el dólar va a estar bajo y las tasas altas porque no hay vendedores de dólares?».
Y parece que algo de razón tenían. En los planes funcionó todo, pero faltó sin aviso un protagonista: el vendedor de dólares.
Además, se anunció que la inflación mayorista de febrero fue de 3,4% y de 64% anualizada. Todos saben que ese índice se traslada en marzo a los precios minoristas y por eso hablan de una inflación de entre 3 y 3,5% para este mes.
El dato fue el argumento que le faltaba a los indecisos para dar rienda a los instintos de dolarización. Y fue así como en un día el dólar mayorista subió 46 centavos que, si se le suman los 6 centavos del día anterior, dan una recuperación de 1,27% en dos días. El precio de cierre del martes de 41,55 está a 99 centavos del valor de hace una semana que puso en alerta naranja al Gobierno que ordenó a Guido Sandleris, titular del Banco Central, que corrija la situación para reforzar los anuncios del FMI. La ilusión duró dos ruedas donde se logró bajar al dólar 3,85%, a 40 pesos.
En los quince minutos finales de la ronda mayorista, el dólar inició una escalada de $40,52 a $40,70, pero cada vez que subía una mano lo bajaba. Enseguida se dieron cuenta que había un banco oficial vendiendo por cuenta y orden del Gobierno y que se estaba apostando a los mercados de futuro desde el Banco Central. Esos 15 minutos fueron de cambio de golpe por golpe, pero en los 4 minutos finales lo bajaron a $40,55 y de allí no se movió.
Pero la leve suba del viernes y la más aguda del lunes, no es el principio de una disparada del dólar, sino un anuncio de la volatilidad provocada por la inflación que va a haber durante un tiempo. La suba de precios es un enemigo difícil de derrotar para el Gobierno.
En primer lugar, porque la estructura que tiene del Gasto Público se lo impide y en segundo, porque la estrategia elegida no es la mejor. Las elevadas tasas de interés son desalentadoras del consumo, pero también un inflador de costos que se traslada a los precios. Se vende poco, pero caro. Con los salarios en caída, la crisis no deja renta a los consumidores a futuro. Es un sacrificio inútil. Nadie va a salir mejor porque el ajuste se hizo sin modificar ninguna de las causas que provocan la inflación. Se la trató a la inflación como si fuera un fenómeno monetario exclusivamente, cuando el origen es el déficit fiscal, la presión tributaria y las elevadas tasas.
Además, no sólo no aliviaron la carga impositiva, sino que la elevaron. La ecuación, que tiene varias incógnitas, no parece que vaya a tener un buen resultado. Por otra parte, además de no ser adecuadas las medidas, el futuro juega en contra porque cuánto más cerca estén las elecciones, más difícil será controlar todas estas variables.
Como una suerte burla de la economía hacia quienes pretenden desafiar sus leyes (ajuste monetario con aumento de impuestos es una mezcla que fracasó en el mundo), la inflación puede ser la única que ceda y entre en una caja de 2% mensual a partir de julio. Pero nadie responde por el precio del dólar y el nivel de las tasas de interés.
El dólar al público, subió 57 centavos (+1,39%) a $41,59. El «blue» con más clientes de lo habitual, recuperó 54 centavos y terminó la rueda en 40,60 pesos.
Las tasas de Letras de Liquidez (Leliq) subieron 0,16 puntos a 63,87% y se captaron $ 209.081 millones. Las Leliq representan un tercio de los depósitos del sistema y están por igualar la base monetaria. Otro desorden que las leyes de la economía en algún momento castigan. Con este monto captado, se quitaron de circulación poco más de $6.000 millones que, no influirán en un mercado que no se inclina de manera contundente a apostar a las ganancias de la tasa de interés porque ya no solo compara su renta que es de 3,5% mensual para pequeños y medianos ahorristas y de 4% para inversores institucionales de más de $150 millones, contra el dólar, sino que la mide también contra la inflación. En otras palabras, si pierde contra el dólar también pierde contra el costo de vida. Un riesgo que pocos se animan a asumir.
La suba del dólar se agrava al compararla con la baja de las monedas en Brasil, México y Chile. El dólar desde el 7 de marzo perdió 1,21% frente a las seis principales monedas del mundo.
A todo esto, las reservas bajaron USD 53 millones a 68.247 millones a pesar de que en el exterior se ganaron USD 25 millones por la caída del dólar ante el euro y se hizo un solo pago de 2 millones a Brasil.
El riesgo país, no se favoreció con la leve caída de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, porque el Bonar 2024, el bono de referencia en dólares de la Argentina, aumentó 0,69% menos que el dólar billete y esto explica la suba del riesgo país de 0,14% a 726 puntos básicos.
La Bolsa, con un excelente monto de negocios de $ 1.074 millones, tuvo un buen comienzo, llegó a estar casi 2% arriba. Pero a las 15,30 entró en terreno negativo y el S&P Merval, el indicador de las acciones líderes, perdió 1,62 por ciento. Banco Supervielle (-5%) lideró las bajas, seguido por Pampa Energía (-3,61%) y Central Puerto (-3,53%).
Los ADR’s argentinos, certificados de acciones que cotizan en Wall Street, tuvieron una rueda negativa. Sólo dos alzas rompieron la monotonía de bajas: Loma Negra (+1,11%) y Banco Macro (+0,91%). Supervielle (-4,38%) fue el papel que más retrocedió.
La rueda del miércoles promete ser intensa. Todos esperan para ver que hará el Banco Central. Ya está haciendo dos licitaciones diarias de Leliq y sigue subiendo la tasa. ¿Estará pensando en profundizar este sistema que es la única herramienta que tiene para defender al peso o rezará para que no sigan las coberturas en dólares de los privados?