La suba de tasas es inocua. El mundo se vino encima. El Banco Central y su política monetaria no solo se ven superados por la búsqueda de refugio en los dólares de los inversores locales sino también por la situación externa, que el viernes golpeó a los bonos y monedas de países emergentes que soportaron fugas de capitales. El dólar se hizo fuerte frente a casi todas las monedas y cayeron las paridades de los bonos de la región.
El único dato optimista es que anoche el dólar redujo su alza frente a las seis principales monedas del mundo a 0,12% después de estar arriba 2,20 por ciento. Pero no hay que olvidar que subió 1,50% frente al peso chileno, 1.43% ante el peso mexicano y 0,60% frente al real de Brasil. Por eso el viernes las reservas perdieron USD 163 millones y están cerca de perforar el piso de los 68 millones, ya que ahora suman 68.038 millones.
Falta el ingreso de los dólares del FMI para que esta cifra aumente y tranquilice al mercado. Una parte de la caída de las reservas la explica la fortaleza del dólar frente a las demás monedas. La baja del euro y la libra esterlina hicieron perder USD 61 millones y se pagaron 5 millones a Brasil. Peor escenario, imposible, y ayuda a entender por qué el dólar mayorista llegó a tocar $42,20. Sobre la media hora final, muchos tomaron ganancias y otros vendieron por necesidad e hicieron retroceder el precio de la divisa a $41,83 que es 76 centavos (+1,85%) más alto que el precio del jueves. Hubo alguna mano de la banca oficial en este último movimiento porque el Central no quería que se perforara el techo de $42. Un problema que le quedó para el lunes.
Pero el golpe fue fuerte y cada vez hay menos posibilidades de detener al dólar con la suba de tasas. De hecho, en la licitación de Letras de Liquidez, el Banco Central las subió casi un punto a 66,66% anual a siete días. La tasa máxima pagada el viernes fue de 67,30%. Está a solo seis puntos del récord del 8 de octubre. Y la inflación está por encima de octubre. Y como los vencimientos diarios son tan elevados y los plazos fijos no se renuevan al ritmo necesario, cada vez le cuesta más al Banco Central absorber pesos y secar la plaza. El viernes tomó $210.027 millones y absorbió poco menos de $5.000 millones que, para un mercado tan ávido de dólares y escaso de compradores, no significa ninguna barrera de contención.
Pero si algo le faltaba a la política de Guido Sandleris, titular del Banco Central, para complicarse, es la huida de dinero de países emergentes que buscaron refugio en el dólar y los bonos del Tesoro norteamericano. El augurio de que la economía de Estados Unidos crecerá menos que el año pasado motivó a los fondos más conservadores a abandonar el riesgo para privilegiar activos más seguros. Sacrificaron renta por seguridad. En otras palabras, se desprendieron de las acciones y se fueron a bonos.
Y eso se vio en el riesgo país de la Argentina, que aumentó 5,21% a 768 puntos básicos. Al mismo tiempo, el bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años subió y su rendimiento, que siempre va en dirección opuesta al precio, bajó a 2,46 por ciento. Hace una semana estaba en 2,62 por ciento.
El Bonar 2024, el título en dólares de referencia de la Argentina, subió 1,32% pero fue bastante menos de lo que avanzó el billete, lo que fue determinante para la suba del riesgo país.
En bancos y casas de cambio, el dólar superó $44 pero finalizó a $42,86; 70 centavos por encima del día anterior.
El «blue» sigue mostrando su fuerza y cotizó a $42,20 pero su alza fue de 2,73% y no hay que olvidar que opera con menor «spread» (diferencia entre precio vendedor y comprador) y eso estimula arbitrajes entre el mercado oficial y el paralelo para hacer diferencias. En la jerga esto se conoce como dólar «puré». Una operación que pareció quedar sepultada después del blanqueo que dispuso Mauricio Macri.
Los futuros de anoche en el mundo no traen buenos augurios para el lunes. Las bolsas occidentales auguran caídas generalizadas. El Nasdaq en ese mercado pierde 0,72% y el S&P 500 y el Dow Jones, ceden 0,50% en Wall Street. Las Bolsas de Europa muestran retrocesos como el del CAC de Francia de 21,7 por ciento. Asia operaba en la noche de Occidente con índices en rojo. China H-Shares perdía más de 2%, el Hang Seng de Hong Kong bajaba 1,63% y el Nikkei de Tokio, 0,95 por ciento. Pero cerca de la medianoche comenzaban a recortar pérdidas y puede albergar alguna esperanza para Occidente.
El pesimismo, de acuerdo con las apuestas de futuro, podría repetirse el lunes y, si se confirman lo que presienten los inversores, la Argentina puede tener otro mal día. Queda la esperanza de que los indicadores mejoren en las horas que faltan para que abran los principales mercados del mundo.