A 11 meses vista, se descuenta una tasa del 54,9% anual. Esto es un presagio de probable suba de tasas pasivas y activas en el mercado financiero.
Por Salvador Di Stéfano
La economía busca acomodarse luego de la cuarentena. El gobierno hace esfuerzos para mostrar menos déficit fiscal, dejar de emitir pesos y refinanciar la deuda. En la coalición gobernante hay pensamientos dispares, y la intervención en la economía hace que el dólar blue sea muy atractivo. Posible suba de tasas.
La economía no logra estabilizarse, las razones políticas priman por encima de la economía. Las incertidumbres por las intervenciones en el mercado pesan y hace que el dólar blue tenga un precio irracional, mientras que el dólar oficial un precio subvaluado.
El dólar mayorista en torno de $74 es extremadamente bajo, exportar carne aviar desde el norte argentino se realiza a perdida, en primer lugar, impactan negativamente los derechos a la exportación, conocidos popularmente como retenciones, y en segundo lugar la logística para llegar a puerto.
Quienes dicen que $74 es un dólar elevado, no han gestionado o desconocen los costos de las exportaciones primarias en el interior productivo. Estos ejemplos como los de carne aviar, podríamos replicarlo para la leche en polvo, el huevo, la soja y el maíz, según la distancia a puerto en que se encuentren.
El dólar blue a $138 es todo lo contrario, el dólar que en el año 2002 se ubicaba en $4 (un precio elevado) medido a pesos del agosto de 2020 nos da un valor de $123, sin embargo, hoy el dólar blue se ubica en un nivel mucho más elevado. Las expectativas hacen que los precios se espiralizen a la suba.
En la bolsa, muchas acciones cotizan en precios por debajo de los niveles alcanzados en dólares en los años 2012 y 2015, son precios regalados para las acciones, pero si las empresas podrían ser expropiadas o atacadas por una reforma tributaria que aplique sin piedad nuevos tributos, los precios podrían ser más bajos aún.
El canje de la deuda será un éxito, pero el brillo de la operación se empalidece con las versiones recurrentes de incrementos tributarios y nuevas leyes que les dan inseguridad jurídica a los negocios.
El Banco Central es un colador, viene perdiendo reservas que están maquilladas gracias a un activo que se aprecia en su poder, el oro.
Mientras se hacen declaraciones apostando a que la economía logrará revertir el escenario actual, en los mercados de futuros el gobierno vende dólares a precios muy altos a 11 meses vista, descontando una tasa del 54,9% anual. Esto es un presagio de probable suba de tasas pasivas y activas en el mercado financiero.
La balanza comercial de julio fue positiva en u$s1.476 millones, gracias a una caída del 30% anual de las importaciones, eso implica que se nos cae a pedazos la inversión, ya que no llegan al país bienes de capital o accesorios y piezas para bienes de capital, como tampoco bienes intermedios. Las exportaciones caen el 16,3% anual, una prueba cabal de que el tipo de cambio está atrasado, pero en Capital Federal ven otro canal, lamentablemente, que ahora es servicio público y con tarifa.
Para agosto la recaudación esta llamada a recuperarse, esto implicaría la posibilidad de un menor déficit fiscal, esto suena como una sinfónica para los oídos del presidente, gobernadores e intendentes. A cuidarse, nada es para siempre. La producción se está poniendo al día con los pedidos inconclusos, podría haber faltante de mercadería transitorio, pero en términos generales, y cuando se restablezca el abastecimiento, nos quedaremos unos pasitos atrás de lo que estábamos a fines del año 2019.
¿Cómo es el escenario a futuro?
El escenario futuro está plagado de amenazas, comenzando con una sequía que podría frenar el ingreso futuro de dólares al país, una irracionalidad en el Poder Ejecutivo que desea incrementar impuestos, y con una estructura económica poco productiva, que, ante una suba de las materias primas en el exterior, tendrá que trasladar los costos a precio y la inflación dirá presente. Todo esto sin contar la mega emisión de pesos que se realizó, más el congelamiento de tarifas que nos deja una inflación reprimida para algún día futuro.
Para muestras hace falta solo un botón, la inflación mayorista nos dice que el petróleo, gas y la electricidad en el último año no aumentaron más del 5%, cuando estos precios ajusten vendrá el efecto resorte.
Conclusión
El gobierno se equivoca feo con el valor del dólar oficial, está convencido que tiene un valor alto, y nunca evalúa realizar un estudio de costo de mercadería vendida al exterior, pagando retenciones y a 400 kilómetros de puerto. Se le escapó la tortuga.
Las exportaciones hasta fin de año serán inferiores a las del año 2019, en aquella oportunidad hubo una venta de mercadería extraordinaria porque el gobierno electo podría poner retenciones, no hay tanta mercadería guardada, los dólares van a escasear.
Las subas de materias primas a escala mundial harán que los precios impacten en los costos internos, la inflación dirá presente en los meses que siguen, sacar pesos del mercado poniendo más impuestos es una pésima idea, mejor cambien la mirada porque hay elecciones pronto.
En este escenario todos los caminos conducen a activos reales o dólares en cualquiera de sus versiones, ya que son bienes escasos. Las acciones en dólares valen menos que en los años 2012/15, son precios muy acomodados, pero la reforma judicial, tributaria y la intervención en la economía en general, empalidecen los precios atractivos, al menos por ahora. El dólar Alberto en $74, el dólar Cristina $138, vale más, pero te hace desconfiar demasiado.