Pese a la compresión de spreads del primer tramo de 2016, los bonos cayeron por la suba de la tasa libre de riesgo a partir del triunfo republicano en Estados Unidos
Hoy se sabrán los resultados de la nueva incursión de la Argentina en los mercados internacionales de deuda. Los que se conocen hasta hoy en el mercado como «nuevos bonos», golpeados por el efecto de la victoria de Trump en los mercados, llegan a rendir un 8% en la parte larga de la curva sin lograr a recuperarse de los picos que alcanzó a mediados de 2016.
Hace nueve meses, el Gobierno realizaba una mega emisión histórica de u$s 16.500 millones y completaba la curva con cuatro bonos: el Bonar 2019, Bonar 2021, en los tramos cortos de la curva; y un bono a diez años, el Bonar 2026 y a treinta años, el Bonar 2046.
A modo de balance, estos «nuevos bonos» aceleraron su precio a la vez que los spreads para la Argentina se comprimían, pero frenaron ese rally en noviembre, cuando fueron castigados por el triunfo de Donald Trump en los comicios en Estados Unidos.
«Identifico dos grandes períodos para estos bonos durante 2016», dijo Nery Persichini, economista de Inversor Global. «Desde su emisión, hasta mediado de septiembre los bonos se vieron favorecidos por una comprensión en los spreads, que hicieron que la cotizaciones de los bonos subieran por la caída de las tasas de interés. Además los cupones dieron una ganancia de capital muy importante. Después en octubre no hubo compresión de spreads y en noviembre la suba de tasa libre de riesgo hizo que los bonos argentinos perdieron mucho recorrido», agregó.
Por su parte, Gustavo Neffa, de Research for Traders señaló: «Desde su emisión en abril, el Bonar 2026 llegó a subir un 7% pero la volatilidad del mercado en noviembre hizo que borrara toda la ganancia, aunque logró cerrar el año en terreno positivo, después de una depuración.»
Con una mirada puesta en la renta fija en general, Alejo Costa, jefe de research de Puente, explicó: «Lo que dejó el año es una curva de spreads que en promedio se comprimió unos 170 puntos básicos, pero con una compresión más fuerte en plazos hasta 2019, en parte reflejando el riesgo político post 2019».
Costa detalló además: «Eso deja actualmente una curva empinada entre 2019 y 2021, con cierta pendiente hasta el 2026, pero relativamente plana luego, lo que sugiere que si al Gobierno le va bien en las elecciones, el mercado podría incorporar continuidad y reducir esa pendiente pronunciada en la parte del frente».
En el mercado celebran el timing con el que el Gobierno decidió volver a salir a los mercados. «Había que buscar que la tasa del bono a 10 años del Tesoro de los Estados Unidos saliera de la zona de los 260 puntos, por eso creo que Caputo aprovechó una ventana de oportunidad para salir esta semana, no porque Trump sea bueno o malo, sino que es inestable, el mercado no lo sabe leer y eso genera volatilidad», dijo Persichini.
La exitosa colocación de Pampa Energía de esta semana sentó un buen precedente para los bonos argentinos. «No me extrañaría que el Gobierno pueda tomar más deuda de los u$s 5.000 millones que originalmente salió a buscar y que termine colocando en un nivel de u$s 7.000 o u$s 8.000 millones. Sin embargo, no creo que sea este el año en que los bonos quiebren al alza los máximos anteriores», anticipó Neffa.
El apetito por Argentina, aún en momentos de incertidumbre global, parece mantenerse. «El país ofrece tasas de retorno que hoy en día el mercado no tiene y el interés de los inversores proviene de una economía que tiene fundamentals que hablan de su potencial de crecimiento a futuro. Creo que salvo una instancia de cisne negro geopolítico, incluso la suba de tasas de la Fed me parece que ya está descontada en el precio de los bonos», dijo Anna Cohen, directora de Grupo Cohen.