La semana que viene, cuando cumpla los dos meses en el poder, Mauricio Macri pondrá en marcha una profunda ofensiva para ponerle freno a la inflación.
La suba de los precios es una de las obsesiones del Presidente y por eso relanzará la Comisión de Defensa de la Competencia para detectar y sancionar los aumentos excesivos en los precios. El Gobierno buscará evitar maniobras de monopolios, oligopolios y los empresarios que vulneren las reglas serán sancionados. Así lo confirmaron a El Cronista fuentes oficiales de la Casa Rosada.
Según esas mismas fuentes, Macri está conforme con los resultados de la reciente visita a Davos, en la que el Presidente se reunió con varios jefes de Estado y líderes empresarios. Pero las alternativas de inversiones extranjeras y algún que otro elogio a los cambios políticos en la Argentina no le impiden ver que las dificultades más urgentes están en el frente interno del país.
La salida del cepo cambiario y la liberación de precios ocurrida en las últimas semanas de la administración kirchnerista le dieron nuevo impulso a la inflación. A eso se sumó la reducción de subsidios energéticos anunciada por el Gobierno y el aumento de las tarifas públicas de elecTricidad en valores que llegarán hasta el 700%.
La inflación desatada impacta directamente en el humor social y en las condiciones de empleo.
«Tenemos que resolver la conflictividad y hay que seguir el camino del gradualismo para evitar el choque», les ha dicho Macri a sus colaboradores. Por eso, ha puesto como prioridad evitar la pérdida de más empleos, la creación de nuevos puestos de trabajo y la recuperación del salario real. Estos objetivos, en el contexto de la reducción del gasto y el freno a la inflación, no serán fáciles de conseguir.
Macri tiene la mira puesta en el accionar de los empresarios argentinos. Cree que muchos de los aumentos son excesivos. «Tienen que entrar en un proceso de reconversión porque con los aprietes del kirchnerismo se han olvidado del término competitividad», les ha dicho a los responsables del área económica. La idea del Presidente sigue siendo poder mantener la inflación de este año en el orden del 25%, meta compleja si las hay.
Las paritarias se volverán un dolor de cabeza si la suba de precios continúa y tanto empresarios como gremialistas le han hecho saber al Gobierno que los acuerdos salariales no podrán bajar del 30% anual.
Uno de los caminos que Macri ha elegido para morigerar el ardor social es reducir el impacto del impuesto a las Ganancias.
El 1 de marzo, cuando inaugure la Asamblea Legislativa por primera vez como presidente, anunciará una rebaja en Ganancias y también cambios en el IVA que puedan incidir sobre los precios y colaborar en la batalla contra la inflación. El plan de ese día es dedicarle la mitad del discurso a la herencia recibida del kirchnerismo y la otra mitad a los proyectos del Gobierno de cara al futuro.