• Prima la cautela entre bancos, aunque la demanda continúa en stand-by
Marzo envió una señal, pero abril parece ya emitir una advertencia sobre el derrumbe del crédito al sector privado. En las dos primeras semanas del mes los préstamos privados en pesos acusan una velocidad de caída de casi un 0,9% frente al mismo período de marzo. En relación con el promedio mensual de marzo la retracción suma $ 2.134 millones y de $ 3.155 millones frente al cierre de fin de mes.
Para tener una dimensión del freno que sufre la expansión crediticia, otrora motor de la pujanza doméstica, vale señalar que este año está creciendo ahora a un ritmo del 28% interanual. Se trata de una reducción de casi 12 puntos porcentuales con respecto a los niveles de un año atrás cuando crecía por encima del 40% interanual.
En marzo lo que se observó fue que los bancos adaptándose el nuevo contexto monetario priorizaron la cautela y ello se tradujo en una avalancha de casi $ 20.000 millones de colocaciones en el BCRA vía pases pasivos a una tasa del 9,5% anual, en lugar de prestar estos fondos al sector privado, por ejemplo, a tasas del 70% anual.
Para los analistas las perspectivas macro marcan un contexto recesivo, pero moderado, ni parecido a 2001 ni a 2009; aunque advierten que la caída del nivel de actividad se muestra más difundida (o sea, más dispersa entre sectores), más profunda y de mayor duración respecto de la que se dio en 2012. Todo ello debido fundamentalmente a la caída del salario real y del empleo. En ello piensan los bancos y así regulan la asistencia crediticia. Es que con el apretón de tasas que experimentó la plaza financiera, y la menor liquidez sistémica, el crédito total crecerá a menor ritmo que la tasa de interés activa (por préstamos), complicando el negocio bancario. La clave pasa por ver si la decisión de acumular semejante masa de fondos en pases pasivos es algo transitorio, hasta que la demanda privada repunte, o no. Si bien, en la primera parte de abril hubo una expansión monetaria vinculada a la cancelación de pases pasivos por más de $ 15.700 millones, en paralelo se dio también una absorción de $ 9.300 millones vía operaciones con títulos públicos del BCRA.
Por un lado la demanda de crédito se ha resentido, obviamente, por la fuerte suba de las tasas de interés que se han elevado a casi dos veces la inflación estimada anual; a lo que suma el efecto de la caída de la masa salarial real ante la aceleración inflacionaria del primer trimestre.
Por ejemplo, en el primer trimestre de 2013 el crédito privado en pesos aumentó en más de $ 16.800 millones mientras que en el primero de 2014 menos de $ 6.800 millones. El crédito a empresas pasó de crecer más de $ 6.000 millones a menos de $ 1.700 millones mientras que las financiaciones vía tarjetas de crédito venían de aumentar $ 2.400 millones y este año crecieron en $ 1.800 millones.
Por lo visto en lo que va de abril, según datos del BCRA, precisamente los préstamos que evidencian la mayor desaceleración son los vinculados a adelantos en cuenta corriente, prendarios y tarjetas. Con respecto al stock de fin de marzo las financiaciones con tarjetas caen más de $ 5.100 millones a un ritmo de casi el 6% seguido por documentos con casi $ 1.000 millones de caída (0,9% mensual) y $ 100 millones en prendarios (-0,3%).
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=737904