La brusca suba de la tasa de Leliqs a niveles máximos de 64% anual y la relativa calma cambiaria que provocó, recostando al dólar mayorista debajo de $41, despertó la codicia de algunos inversores, que empezaron a analizar dónde puede haber una oportunidad para volver a ganar con colocaciones de corto plazo en pesos.
Al efecto de la tasa, se sumó otro, además del anuncio de la autorización del FMI para vender dólares del Tesoro, que está presionando en baja del spot. Y es que empresas y bancos están financiando sus necesidades de pesos a través de las operaciones cambiarias. Venden dólares contado y los recompran a futuro. La tasa implícita entre esas dos cotizaciones es de 47% anual, sustancialmente inferior al precio del dinero en el mercado financiero donde, por ejemplo, los préstamos interbancarios cuestan arriba de 56% anual y mucho más el sobregiro para empresas.
Hay otro dato que lleva a presumir que se habría terminado la cobertura de posiciones en moneda extranjera de algún fondo del exterior, hecho que influyó presionando al alza los precios de la divisa en la primera semana de marzo. El canje entre el billete y la transferencia se redujo sustancialmente en los últimos días, desde 4% a valores de 2,5%, lo cual es un indicio de que se frenó la salida de capitales.
El anticipo del ministro Nicolás Dujovne respecto de que el FMI autorizará al Tesoro a vender u$s 9.600 millones, en licitaciones diarias de u$s 60 millones desde abril y hasta fin de año, provocó ayer un repliegue adicional del dólar. Sin embargo, aunque monto, plazo y frecuencia resultaron mejores que lo trascendido hasta ahora, no cambiaría demasiado las cosas. El instrumento sería poco gravitante para neutralizar algún eventual desborde, como los que sucedieron, para uno y otro lado, provocando fluctuaciones de 50 centavos con apenas 8 millones de dólares operados a 5 minutos del cierre de la jornada cambiaria.
Los escépticos, sin embargo, observan algunas señales que impiden sacar conclusiones definitivas. Por ejemplo, la inflación que no cede (febrero 3,8%).
La nueva herramienta puede resultar insuficiente porque representa apenas 5% del volumen diario de negocios que el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) moverá a partir del cuarto mes del año. Suma al set de la tasa la absorción monetaria y la venta de futuros. Pero no define.
En cuanto a la evolución de los precios, que habrían aumentado en torno a 10% en el primer trimestre, la comparación con el cierre de $37,70 del dólar mayorista a fin de diciembre sugiere que en $41,50 la cotización de la divisa norteamericana se habría mantenido en términos reales a fin de marzo.
A su vez, fuentes del agro relativizan el ingreso neto de divisas de la exportación de granos desde el mes próximo. Los exportadores ingresan dólares para comprar, en pesos, soja y maíz a los productores. Advierten que estos, a su vez, difícilmente se queden en moneda local. O conservan producción en silobolsas o convierten a dólares el producido de la venta.
Sin dudas, la presente cosecha será muy buena, con estimaciones de 54 millones de toneladas en soja y 47 millones para el maíz, según la Bolsa de Rosario. En volumen, 54% más que la campaña anterior y con rindes superiores al récord de 2016/17 para la oleaginosa. Pero no hay garantía de que los dólares que liquide la exportación los vayan a conservar los productores en moneda local. Lo que entrará por una ventanilla volvería a salir, al menos en parte, por otra.
En otro orden, el rendimiento que ofrecen los bancos para los depósitos a plazo fijo no está acompañando el ritmo de la suba de las Leliq, que saltaron 2.000 puntos básicos en un par de semanas y son exclusivas para las entidades. La tasa para plazos fijos a 30 días está en 38%, la Badlar, en 40,8% anual, y la TM20 para depósitos de más de $20 millones, en 42,6%. La diferencia es amplia y resta atractivo para una eventual apuesta a los pesos, en un contexto de volatilidad, en el que el clima preelectoral es un factor que cada vez tendrá más protagonismo en las decisiones de inversión.
Para quienes en este escenario estén dispuestos a poner una ficha a los pesos, entre los expertos prevalece la idea de no destinar más de 20%/25% de la cartera total a variantes como plazo fijos, o las Letras que ajustan por inflación (Lecer), las Lecap, que capitalizan mensualmente los intereses, o las que corrigen por Badlar, bajo el supuesto de que esta tasa debería converger en breve a la tasa del call.
El resto del portafolio sugieren mantenerlo dolarizado, en activos como las Letes (Letras del Tesoro) de corto plazo o los AO20 o AY24, cuyos rendimientos están arriba de 10% anual y más que duplican a la TIR de papeles regionales de similar duration, como los de Brasil, Colombia, México y Chile, que vencen en 2021.
Fuente: https://www.ambito.com/hay-margen-apostar-al-peso-n5020954