La fuerte emisión de pesos, en pleno cepo cambiario y en un contexto de alta brecha cambiaria, alienta a los argentinos a buscar ganancias fuera de los bancos y a través de otras opciones de la economía informal, como el dólar «blue». El fenómeno es una costumbre en aumento en todo el sistema financiero: el efectivo en manos del público se disparó al 37% anual, por primera vez en tres años muy por encima del crecimiento que refleja la liquidez en toda la economía (31%).
Sólo desde junio hasta hoy, el dinero en circulación aumentó $ 44.000 millones (la base monetaria). Pero, de todo este monto, apenas $ 7.600 millones quedaron como reservas bancarias y $ 36.000 millones están aún en poder de la gente. Es la evidencia de que, en los últimos cinco meses, los particulares y las empresas evitaron ahorrar por los canales formales y guardarse los pesos en su bolsillo o, presumiblemente, volcarlos en alternativas del mercado marginal que no son registradas por las estadísticas oficiales.
La estrategia del Banco Central de mantener el tipo de cambio prácticamente planchado a pesar de la fuerte suba del «blue» ($ 15,91), incentivó a la gente y a las compañías a destinar buena parte de sus ingresos al mercado informal y a aumentar el tamaño de la economía «en negro» con mecanismos diversos: cada vez más ahorristas compran dólares en las ventanillas de los bancos a través del canal que habilita la AFIP y los venden en las cuevas financieras, mediante un arbitraje que en la city llaman «puré; y las grandes empresas, simultáneamente, subfacturan exportaciones o sobrefacturan importaciones para quedarse con un excedente de divisas en efectivo y obtener mejores rendimientos en operaciones que no declaran.
La diferencia entre el crecimiento del dinero que queda en los bolsillos de la gente y el de toda la economía (con excepción de cajas de ahorro y plazos fijos) es ya de 6,6 puntos porcentuales: nunca fue tan alta, según las cifras oficiales, en los cuatro años de vida del cepo cambiario.
El efectivo en poder del público que mide diariamente el Banco Central es la parte de la base monetaria que la gente mantiene fuera de los bancos. Cuanto más grande es, aumenta con más fuerza la oferta de pesos en la economía y alimenta, con esto, el nivel de los precios y del dólar. Este efecto es el que explica en parte que, a partir de julio, se haya percibido un repunte en la inflación mensual y una disparada en el tipo de cambio paralelo. El crecimiento de la base monetaria se da ahora, además, en un contexto de caída de reservas del Banco Central que refleja una reducción en la solvencia del organismo para responder por sus pasivos.
Un indicador rudimentario de este «poder de fuego» con el que cuenta el BCRA es el llamado dólar «cobertura» (el cociente entre la base monetaria y las reservas), que en los últimos días superó los $ 16 y que mostró ser una referencia para el dólar «blue» (ayer cerró en $ 15,91).
La tendencia podría agravarse a juzgar por los pronósticos de algunas consultoras: el Central debe vender actualmente entre u$s 80 y u$s 100 millones diarios para evitar que se dispare el tipo de cambio (aún con un fuerte cepo a importadores) y no hay elementos para pensar que la dinámica vaya a interrumpirse.
«Asumiendo que no habrá cambios en la política económica, las ventas adicionales que se enfrentarían de aquí al cambio de Gobierno superarían los u$s 4.500 millones. Además, hay que agregar el pago del vencimiento del Boden 2015, por algo menos de u$s 6.000 millones, y los de otros bonos por cerca de u$s 600 millones», comentaron en Empiria consultores. Sus economistas estiman que, aún cuando buena parte del vencimiento del Boden 2015 se mantenga en el sistema financiero, la salida de reservas se acercará a los u$s 8.000 millones hasta el 10 de diciembre.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=808184