Arpenta no podrá operar en cambios hasta abril del año que viene por no contar con un local a la calle o en una galería comercial. Se suma a la suspensión a América por 60 días
El superintendente de Entidades Financieras del BCRA, el kicillofista Germán Feldman, se ha convertido en el nuevo villano de la City porteña. Todos le temen por su poder para aplicar sanciones a partir de viejos expedientes cajoneados del banco, que según denunció la presidenta Cristina Kirchner el día anterior de la renuncia de Juan Carlos Fábrega, llegan a 80.000.
El viernes le tocó el turno a la casa de cambio Arpenta, a la que el BCRA suspendió por cinco meses para operar, por no contar con un local a la calle o en una galería comercial. El regulador no le permite seguir operando en un mismo lugar sociedad de bolsa, agente MAE y casa de cambio, sino que le exige tener dividida la operación cambiaria, y con un local a la calle. Según pudo saber este diario, Arpenta quiere defender la patente para operar en cambios, así que buscará un local a la calle, para volver a operar recién en abril del año que viene. Apuestan a que en algún momento se libere el cepo cambiario y se vuelva a poder hacer operaciones cambiarias libremente, para lo cual una casa de cambios volverá a ser negocio.
Pero esta suspensión no será la última que se produzca, ya que el BCRA tiene en la mira a tres de los bancos extranjeros más grandes que operan en el país a quienes les pondría una multa de más de $ 40 millones a cada uno. También tienen en la mira a más sociedades de bolsa. Desde la autoridad monetaria aducen falta de prevención en temas de lavado de dinero, al tener legajos incompletos de los clientes. "Eso, en realidad, le corresponde a la UIF, no al BCRA. De hecho, la multa al Banco de Valores la debería haber puesto la UIF en vez del Central, que se toma atribuciones que no le corresponden", se quejan en la City.
Hay un malestar muy grande entre las sociedades de bolsa, porque pegarle al Banco de Valores es pegarle a los 133 agentes bursátiles, quienes son los dueños de la entidad, que contrató a Máximo Fonrouge, socio del estudio Cassagne, para hacer una acción cautelar ante la Justicia, con el propósito de evitar el pago de la multa de $ 160 millones.
La suspensión a Arpenta (a quien además le pusieron una multa de $ 2 millones, más $ 4 millones para sus dos directores), no fue un caso aislado, sino que el BCRA también había suspendido por 60 días a la tradicional casa de cambio América.
Estas inspecciones y allanamientos provocaron que se hayan paralizado las operaciones cambiarias en la City, y fue lo que llevó a que el billete que se venda en las cuevas descendiera de $ 16 a $ 13,10, que se achicara la brecha con el oficial de casi el 90% al 53%, y que cayera el precio del contado con liqui a $ 12,80, aunque con un volumen de apenas el 3% de las transacciones a la era pre Vanoli. "Lo mejor que podés hacer hoy es hacer la plancha: cuanto menos hagas, mejor, para no llamar la atención y que no te caiga una inspección", asegura el dueño de una casa de bolsa.
"Los nuevos funcionarios del Central quieren ganarse los laureles haciéndose los malos, aunque sepan que luego todas las multas serán apeladas y ganadas en la Justicia, pero con estas advertencias lograron su objetivo: bajar el precio del blue y del CCL", revelan.
Menos jugadores
"La caída del bille obedece a que, por temor a los controles, quedaron muy pocas manos en la cancha, que se abastecen de pesos a través de las cuatro o cinco cooperativas y mutuales líderes que quedaron en el mercado, que a su vez se venían nutriendo de pesos al comprarle el efectivo negro a tres o cuatro cadenas comerciales líderes. Por los controles de la UIF y del BCRA se asustaron y llegó la orden de cerrarle el grifo a las cooperativas", detallan los mesadineristas.
"Las cuevas, entonces, se quedaron sin pesos, parados sobre dólares. Para no desprenderse de las divisas, una de las grandes ofrecía u$s 90.000 en garantía por un préstamo de $ 1 millón, mientras otro de los big players ofrecía u$s 400.000 en garantía por un préstamo de $ 5 millones. Además, en ambos casos, pagaban una tasa del 1%. Sorprendió que tuvieran que salir a vender u$s 3,5 millones de billetes propios para hacerse de pesos, lo que hizo bajar el blue. Se corrió el proveedor de efectivo y empezó a faltar pesos en el mercado blue, al cortarse el circuito", completan.