La campaña pone al Gobierno frente al dilema de cuidar las reservas o incentivar la actividad con más pesos en la calle y presión sobre las cotizaciones alternativas
Pasado el primer test electoral del Gobierno de Alberto Fernández, faltan dos meses para las elecciones legislativas y es de esperar que la administración nacional busque impulsar medidas económicas para volver a reencauzar el voto del lado del oficialismo.
Los analistas opinan sobre el futuro de las variables financieras y qué pasará con el dólar en esta delicada transición tras el resultado adverso para el oficialismo.
1) Inyección de pesos “electorales”
La necesidad de recuperar votos llevaría a una inclinación del Gobierno por inyectar pesos a través de subsidios y bonos para los salarios públicos y haberes previsionales. Pero dicho exceso de pesos se traducirá en presión alcista para las cotizaciones libres del dólar.
Para el economista Joaquín Marque, director UG Valores, “luego de la suba del dólar blue de la semana pasada, desciende cinco pesos hasta los 182. Por el lado del dólar contado con liquidación y dólar MEP, descienden levemente respecto a la semana pasada a la espera de los inversores de cuál será la reacción del Poder Ejecutivo frente al resultado, y observando que no se poseen tantas herramientas disponibles para corregir las variables macroeconómicas tan fácilmente”.
“El mercado tiene el dilema de cómo actuará el Gobierno frente a los resultados electorales. Si virará al centro, acelerando un acuerdo con el FMI, medidas con mayor moderación y acuerdos políticos con la oposición o radicalizará su política y discurso, buscando aumentar su base electoral para noviembre con la misma receta económica y política, inyectando dinero al mercado a través de incentivos al consumo”.
“Al Gobierno le quedan dos meses para inundar de plata la calle y buscar más votos en Provincia de Buenos Aires. Creo que van a profundizar las políticas en estos dos meses, con más controles”, consideró Luis Secco, director de Perspectiv@s Económicas.
Gabriel Torres, vicepresidente Senior de la oficina de Crédito de Moody’s, aseveró que “la reacción inicial del mercado parece ser positiva, ya que los inversores consideran ese escenario como favorable. Pero una decisión del Gobierno de impulsar un mayor gasto y financiamiento del Banco Central antes de las elecciones de noviembre podría empeorar los ya severos desequilibrios macroeconómicos del país y complicar las futuras negociaciones con el FMI”, aseveró Torres.
2) Más brecha cambiaria
Los analistas coinciden en que el duro cepo para mantener una suba gradual del tipo de cambio -e inferior a la inflación- quedará fijo hasta la votación de noviembre. Pero simultáneamente habrá mayor volatilidad para las cotizaciones libres y, por lo tanto, una mayor brecha.
Joaquín Marque advirtió que “de confirmarse estos resultados en noviembre, inevitablemente se presentarán problemas de gobernabilidad para realizar cambios profundos en las políticas macroeconómicas que necesita la Argentina, razón que llevará a mayor incertidumbre en los mercados de cambios y en las variables macro para los próximos meses, de no producir acuerdos rápidamente”.
3) Lenta devaluación
Acelerar la devaluación del peso para moderar la demanda de divisas en el mercado oficial y distender la brecha cambiaria es una posibilidad en un marco de dólares escasos, aunque las necesidades políticas vuelven improbable esta alternativa.
“La pregunta que nos hacemos hoy es si el Gobierno puede post elecciones hacer un ajuste cambiario, un reacomodamiento cambiario, que sea suave, que vaya a un ritmo de depreciación del peso tal vez algunos meses un poquito por arriba de la inflación como para corregir parte de lo atrasado en estos meses, o no tiene más remedio de hacer un salto cambiario discreto de pocos días y fuerte. Esa es la pregunta. Puede pasar cualquiera de las dos opciones”, estimó Martín Rapetti, economista de Equilibra.
“Con los antecedentes que tienen, lo más probable es que se radicalicen para mantener fundamentalmente el núcleo duro. Si hacen lo que tienen que hacer, eso significa más ajuste en este caso de tipo de cambio, de quita de subsidios, equilibrio fiscal. Es poco probable que lo hagan”, expresó a Reuters Mariano Sardáns, de la firma FDI. “El mercado va a reaccionar en expectativas. Se supone que a partir de hoy tiene que reaccionar fuerte, pero es todo expectativas”, agregó.
4) Controles para cuidar reservas
Una realidad que preocupa es que las semanas a transitar hasta las legislativas coinciden con el trimestre más vulnerable para las reservas del Banco Central, entre septiembre y noviembre. La entidad monetaria es vendedora neta de dólares, ante la demanda divisas para importaciones imprescindibles para el funcionamiento de la industria, cuando merman las exportaciones del agro. El problema es que restringir los dólares para importar pondría freno al despegue de la actividad en medio de la campaña.
“Creemos que el Banco Central y la Secretaría de Comercio pueden optar por frenar las importaciones. Pero eso tendría efectos sobre el nivel de actividad y también sobre la inflación. La frazada corta de siempre”, señaló la consultora Econviews. “Otra alternativa es colocar más medidas regulatorias: alguna creatividad sobre el cepo, cambios en las posiciones de dólar financiero u otra ocurrencia del ingenio popular”, consideró.
5) Acercamiento con el FMI
Para serenar el ánimo de los agentes del mercado y disuadir a aquellos que tienen altas expectativas de devaluación, el Gobierno podría apelar a una señal de “ortodoxia” y apurar las instancias para acordar con el Fondo Monetario. Un pronto acuerdo despejaría las dudas en torno a los abultados vencimientos con el organismo en 2022.
El director de la consultora Anker Latinoamérica, Federico Furiase, sostuvo que el modelo actual es “flujo dependiente. Si la tensión cambiaria escala a un nivel más alto, el Gobierno puede dar señales retóricas de estar avanzando con el Fondo Monetario Internacional o algún otro gesto de moderación ortodoxa”.
“No necesariamente estoy convencido de que vayan a intentar moderar o hacer algo más racional en materia económica, por lo que pueden ser muy complicados los meses que vengan”, dijo Camilo Tiscornia, de la consultora C&T.