Los ejecutivos del sistema financiero opinaron que la medida fracasará y aleja el objetivo de acelerar un programa con el FMI como el que busca el Gobierno
Mientras algunas consultoras locales ya comienzan a subir su pronóstico de inflación de 2022, con el dígito 6 por delante, los pocos ejecutivos de Wall Street que observan a la Argentina afirmaron que el congelamiento de precios no servirá y sólo generará peores expectativas para después de las elecciones.
Pocos días después de que el Gobierno hiciera un primer esfuerzo para recomponer la confianza con los fondos de inversión extranjeros en Nueva York, la medida de Comercio Interior se interpreta como un paso en el sentido contrario a la prédica que dieron el jefe de gabinete, Juan Manzur, y del ministro Martín Guzmán.
De hecho, el principal reclamo de los inversores era que el gobierno primero brindara señales de “implementación” concreta de lo que promete, por la escasa credibilidad que le queda ante el mercado, antes de pedir que alguien vuelva a comprar bonos argentinos.
Al respecto, los ejecutivos y analistas de Wall Street consultados por Infobae indicaron que el nuevo congelamiento de precios fracasará y redoblará la sensación de la falta de coordinación y de metas en el Gobierno acerca del rumbo que debe adoptar, sobre todo cuando al mismo tiempo quiere tener pronto un acuerdo de refinanciación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ante los altos vencimientos del año próximo.
Guillermo Mondino, socio y fundador de Mogador Capital, señaló que “si se llega a reducir la suba de algunos precios, mínimamente, habrá una explosión de precios a la vuelta de la esquina; no sé si será en un mes, dos o tres, pero no tengo dudas de que todo congelamiento sale con un salto de precios equivalente”. Mas aun este tipo de congelamiento.
De inmediato, afirmó que “las comparaciones con el Rodrigazo son equivocadas, porque allí había congelamiento de salarios y un intento de contencion de precios de insumos también. Ahora, solo hay congelamiento de precios en góndolas de supermercados, porque ni pueden llegar a los almacenes”.
“El escenario más probable es que ni siquiera este congelamiento sea exitoso y el gobierno demuestra no tener ningún poder. Después de semejante ruido, si los precios no solo no bajan, sino que siguen en alza, tendrás más inflación, más bronca y una sensación de que el gobierno ha perdido su capacidad operativa. Me parece un muy grave error de política”, advirtió.
Además, se lamentó porque “el kirchnerismo siempre cree que el problema son los funcionarios encargados de implementar estas políticas, no sus pésimas ideas económicas”.
“Entiendo la necesidad de aparecer hiperactivos haciendo algo para bajar una inflación que se les descontrola. Lamentablemente ellos no se dan cuenta de por qué es que se les descontrola la inflación, pero con este tipo de medida, las expectativas se les desanclan aún más y la presión inflacionaria será aún más fuerte. Ni que hablar del desabastecimiento que se puede generar y de la perdida de imagen de control político”, concluyó.
Por su parte, Diego Ferro, fundador del fondo M2M Capital, expresó: “No vale la pena hacer un análisis económico, porque la medida es puramente política. Dudo que crean que funcione, pero una de las críticas más poderosas contra este gobierno es la poca competencia y debilidad, así que demostrar ‘autoridad´ es el objetivo, aunque hagan un mamarracho desde el punto de vista económico”.
Ferro, quien asistió al encuentro del viernes pasado en el consulado, se refirió a la postura de Guzmán frente a estas decisiones. “El ministro racionaliza todo como que hay un plan; él reconoce que esto no sirve como medida aislada sin estabilidad del tipo de cambio y sin emisión espuria. Nada que argumentar; el tema es que evidentemente en este caso la medida es aislada porque el objetivo es puramente político y el principal problema argentino es político. Lo económico es una consecuencia”, expresó.
En esta sintonía, el jefe de estrategia soberana de la calificadora Moody’s, Gabriel Torres, afirmó que esta decisión “es más de lo mismo; ya nadie espera nada de este gobierno. Las preguntas son si se pierde control del dólar, si habrá otro shock muy grande o si logran mantener el control hasta 2023, los desequilibrios macro se acumulan”.
“Sospecho que hay un grupo de inversores que es una buena señal porque esto significará que haya otro gobierno en 2023 y eso pueda generar una baja del riesgo país”, pronosticó.
“No se observa que hayan aprendido una lección de un cambio de las elecciones; estas son políticas que van a fracasar. El único sentido sería que hubiera una pata fiscal y monetaria y un plan integral. Un acuerdo con el FMI implicará tener en claro esos temas, pero mientras tanto malgastan la poca credibilidad que tienen, porque o no se va a cumplir de entrada o se va a cumplir por pocos meses”, advirtió Torres.
“Con todos los problemas que tuvo Macri en 2018, pese a eso se cumplió siempre el proceso gradual de reducción de déficit fiscal sí se logró y no veo que ese problema se vaya a solucionar ahora”.
“Tarde o temprano los países se dan cuenta que estas cosas no funcionan, pero tal vez Rodríguez Larreta apunte a que el Banco Central sea independiente, reducir la inflación debe ser una prioridad y hay que reducir entonces la emisión”. Frente a este panorama, consideró que “el FMI siempre va a querer ayudar, pero un acuerdo requiere metas, que hoy no están”.
En tanto, Alberto Bernal, jefe de estrategia del banco XP Securities, dijo que “todo lo que ocurre es una consecuencia directa de no tener acceso a los mercados voluntarios de deuda, que ha forzado una fuerte impresión de dinero; pese al esfuerzo de esterilización del Banco Central, el deseo de las personas es muy grande. Hay una clara caída de la demanda de dinero, hagas lo que hagas”.
“Si esto ocurre en países con una política monetaria más dura, pues entonces cómo no iba a haber esta situación cuando el Banco Central de Argentina mantiene las tasas negativas”.
“Esta decisión es como meter la mugre debajo de la alfombra; no creo que el gobierno termine con la capacidad de gestión de la Argentina, ni creo que ocurra como Venezuela, por el capital humano y su potencial en el agro y el software, pero lo que están haciendo es demorar un ajuste que tendrás que hacer te guste o no”, afirmó, tajante.
De todos modos, Bernal opinó que esto no impedirá un acuerdo con el FMI. “Estas medidas van en contra de la ortodoxia del FMI, pero esta es una entidad que tiene un fuerte componente político, como ya se vio en otros casos, más allá del staff, que quiere un acuerdo más fuerte que las autoridades argentinas”.
“El directorio escuchará al Departamento de Estado y a la Unión Europea y, en medio de la pandemia, no van a querer que la Argentina opte por tocarle la puerta a China, por lo que creo que la posibilidad de que haya un acuerdo con el FMI es alta porque la política es el juego de lo posible”.
“De hecho, hay gente que ha comprado acciones en Argentina, porque si hay acuerdo con el FMI y se mantienen las condiciones externas favorables, no se puede estar afuera de la Argentina”, señaló.
El fundador de AdCap Securities -y eje del encuentro del viernes entre el Gobierno y los inversores en Nueva York- Javier Timerman, dijo que “Guzmán está negociando con el Fondo un acuerdo que va a impactar la economía argentina durante al menos una década . También es el encargado de buscar financiamiento privad” .
“Una política como el control de precios debería ser parte del plan económico y no puede ser tomada como una medida independiente. Los inversores lo van a ver negativamente porque sospechan que el Fondo no avala estas políticas. Para cambiar la percepción sobre eso debería ser Guzmán el que lo aclare y el que lo ejecute”, indicó Timerman.
A su vez, el jefe de analistas de un banco de inversión norteamericano que optó por hablar en off the record desde Manhattan dijo que “los acuerdos de precios pueden ser parte de un plan, pero no puede ser ‘el’ plan. Y, como están planteados, es solo la agenda de un funcionario que está tratando de hacer algo mientras el resto hace nada”.
“Con los riesgos devaluatorios que existen (con el gobierno garpando dólares al FMI sin reservas y sin poder asegurar un resultado con el FMI) la inflación luce más macroeconómica que dada por procesos más micro. Y si hay temas micro que resolver en el tema precios me enfocaría más en aquellos que están asociados a la post pandemia”, aclaró.
“Que se haga una gran cosa con los controles a semanas de que se introduzca el debate sobre el gran acuerdo nacional que debería incluir conversaciones sobre precios y salarios más profundas luce medio agarrado de los pelos también”. En suma, opinó que “no traerá un alivio a los bolsillos en este punto, desgraciadamente” añadió el ejecutivo.
“Este funcionario quiere buscar una solución que el solo no puede proveer. Si el resto del equipo tuviese el mismo apuro que él para resolver el tema inflación, podríamos ver mejoras más palpables. Valoro la preocupación y el sentido de urgencia de Feletti, en contraste con la procrastinación del resto de la administración económica”, señaló, casi a modo de consuelo.