El real perdió un 7% sólo la semana pasada. El mercado espera más volatilidad mientras siga el escándalo en Petrobras. JPMorgan rebajó su recomendación de inversión en la deuda soberana y de la petrolera estatal
Castigado por los temores del mercado a los riesgos políticos que amenazan la calificación crediticia de Brasil, en línea con el fortalecimiento de un dólar que anticipa el incremento de tasas en Estados Unidos en el corto plazo, el real perdió 7% en una semana y encontró un nuevo piso en las 3,00 unidades por dólar.
Al mal clima político que vive el gobierno de Dilma Rousseff por el escándalo de Petrobras, se sumó el rechazo del senado al plan de ajuste fiscal propuesto por el oficialismo y la publicación de los últimos datos de inflación – el índice escaló en términos anuales desde 7,14% a 7,7%. La cifra, que supera ampliamente el techo oficial de 6,5%, es la más alta de la década.
El dato, que fue dado a conocer el viernes en coincidencia con las cifras positivas de empleo de Estados Unidos, hundió al real por quinta vez consecutiva hasta los R$ 3,055, tras perder 1,5%. Así, la divisa acumula una devaluación cercana al 15% en lo que va del año.
Como si fuera poco, la semana negra terminó con una rebaja en la recomendación de JP Morgan respecto a la deuda soberana y de Petrobras. El banco norteamericano recomienda una menor exposición en los títulos soberanos, que ahora se encuentran en «underweight», mientras que la calificación de Petrobas fue modificada a neutral. JP Morgan aludió a los riesgos en los fundamentos macroeconómicos agravados por la incertidumbre del impacto del escándalo de Petrobras en el soberano, lo que probablemente elevará, según el banco, los spreads respecto a sus pares en los próximos meses.
«Ciertamente, Brasil se enfrenta a una situación adversa con un intenso debilitamiento del real exacerbado por un ambiente ya negativo de estanflación que requiere aumentos adicionales en la tasa de interés para frenar la suba de precios y el deterioro en las expectativas de inflación. Mientras tanto, la restricción monetaria impacta en el crecimiento de un entorno doméstico con baja confianza de los consumidores y las empresas, alimentando la negativa del interés de los flujos de inversión internacional», analizó en un informe Kathryn Rootney Vera, estratega macroeconómica senior de Bulltick Capital Markets.
El Banco Central de Brasil (BCB) subió la semana pasada por decisión unánime la tasa referencial de interés (Selic) en 50 puntos básicos hasta 12,75%. A pesar de sostener en términos reales y nominales las tasas más altas del mundo, especialistas consideran que en el actual escenario la entidad monetaria estará forzada a continuar con las subas.
Según Alberto Ramos, director director de Goldman Sachs para América Latina, el fin de ajuste monetario estará determinado, entre otras cosas, por el comportamiento del real, la intensidad y los efectos de la actual regulación en las tarifas, las expectativas de inflación, la performance de la economía y cuán significante y rápido será el apoyo que reciba la autoridad monetaria de la política fiscal.
«Esperábamos hace tiempo otra suba de 25 puntos básicos en la tasa para la reunión de abril, pero dado el actual shock inflacionario y la presión sobre el real a la depreciación, ahora vemos una creciente probabilidad de que el Copom haga una suba de 50 puntos básicos y eventualmente deje la puerta para hacer más», dijo Ramos en un informe.
Según publicó el diario valor el viernes, fuentes que conversaron con los analistas de Standard and Poors durante la semana pasada – que se encuentran en Brasil para evaluar su calificación soberana – salieron de los encuentros con la impresión de que la agencia no rebajará la nota del país este año.
El mercado continúa expectante a las noticias que puedan surgir de la evaluación crediticia, ya que un recorte en la nota podría poner una enorme presión sobre el rendimiento de los bonos, según Rootney Vera, lo que complicaría las ya grandes necesidades de financiamiento de externo de Brasil.