Los mercados agrícolas internacionales gozan de un saludable sistema de competencia de precio que permite que el mismo surja del equilibrio entre la oferta y demanda del producto. Ahora bien, tienen ciertas particularidades que podríamos decir, demoran la respuesta ante una variación del precio, tanto de las cantidades ofrecidas como demandadas.
Entre estas particularidades referidas a la oferta podemos citar:
1. Ciclo productivo de 6 a 9 meses, por lo tanto un ajuste en los niveles de oferta no pueden darse de un día para otro ni mucho menos.
2. Atomización de la producción, por lo tanto no existe grandes concentraciones que establezcan políticas de producción en pos de generar un movimiento en los precios.
3. Los bienes sustitutos tienen una elevada correlación de precios entre sí.
Dado los elevados niveles actuales de oferta a nivel mundial y teniendo en cuenta lo comentado, podríamos decir que las expectativas de recuperación en el precio por ajuste en la oferta en soja y maíz puede provenir de un severo evento climático o una sorpresa en la intención de siembra sobre la cual el USDA emitirá un informe el próximo 31 de marzo. Para ver qué podemos esperar al respecto sirve analizar cómo está la relación soja/maíz.
Teniendo en cuenta que generalmente una relación mayor a 2,5 suele llevar a los productores a priorizar soja sobre maíz y viceversa, observamos que al viernes 20 de marzo ese guarismo se encontraba en 2,53, prácticamente sobre el nivel de equilibrio.
En relación a la demanda, esta resulta muy inelástica, es decir, la cantidad consumida no cambia a la misma velocidad que los precios, algo que ocurre puesto que se trata de productos que satisfacen las necesidades de alimento y energía de la población e ingresan dentro de la categoría de bienes de primera necesidad. Por lo tanto, una variable de ajuste podría ser ampliar el Mercado. Ya algunos productos, entre ellos se destacan la soja, se han visto impulsado por el cambio de hábitos alimenticios en China gracias a su enorme crecimiento del nivel de ingreso evidenciado en los últimos años. Actualmente no se presenta un panorama similar, por un lado China comienza a alentar su crecimiento y, salvo que la India empiece a comer más carne, cosa que lo veo bastante imposible, no se avizora un gran nicho de mercado como lo fue en su momento China.
Esta situación de (no nulas) pero bajas expectativas de drivers alcistas tanto de la oferta como la demanda, sumada a factores como la revaluación del dólar, la caída del petróleo, la devaluación del real brasileño y estando a puertas del ingreso de la nueva cosecha sudamericana, no se prevé al menos por ahora, señales de recuperación de los precios para la presente campaña.
Habrá que enfrentar este nuevo ciclo siendo consciente de la coyuntura actual, y por tal insistimos en considerar cerrar coberturas que lo cubran de potenciales caídas adicionales.
Entre las alternativas disponibles en el mercado de derivados, el viernes por ejemplo se podría haber fijado un piso de 226 U$S/tn para soja y participar de suba de precios en caso de que se produzca un escenario alcista, o mejorar el piso en 230 pero limitando un precio máximo en 252U$S/tn. En el primer caso, lo logramos comprando un Put soja mayo con precio de ejercicio 238 y prima 12; en el segundo además de comprar el Put vendiendo un call 260 a 4 U$S/tn.