Analistas consultados coincidieron en que el plan del nuevo BCRA usa bandas muy anchas para domar al tipo de cambio y que el apretón monetario profundizará el parate económico
Conocidos los términos del nuevo acuerdo con el FMI, para el mercado se destierran las dudas respecto a las capacidades de repago de Argentina en los dos años por venir. Al mismo tiempo, los analistas de la City ven en el esquema anunciado por el flamante presidente del Banco Central, Guido Sandleris, un fuerte apretón monetario que puede servir para domar al tipo de cambio y la inflación, pero que implicará un parate aún mayor para la actividad económica de corto plazo.
Además, reconocen que el esquema de agregados monetarios propuesto no tiene precedentes ni en el país ni en el mundo, ya que las bandas de flotación -que van en esta primera etapa desde los $34 hasta los $44- son muy amplias y la capacidad de intervención del Central en el mercado de cambios está acotada a u$s 150 millones, un monto bajo si se tiene en cuenta que a los inicios de la corrida cambiaria la autoridad monetaria tuvo que vender u$s 1500 millones en una sóla rueda, para frenar la suba.
El nuevo BCRA dio por muerto el esquema de metas de inflación que había adoptado desde el comienzo de la era Macri y en cambio propuso un régimen de control de la cantidad de dinero disponible. «Nunca se probó algo así en la Argentina, si bien tuvimos metas de agregados. Muchos países tuvieron éxito con este esquema pero no siempre tomando la base monetaria sino por lo general el M2, esto es, el dinero en poder de la gente», explicó Miguel Kieguel, de Econviews. «Además no se trata de bandas típicas, como las que se implementaron en Israel o Colombia. Usualmente son más estrechas, éstas son muy amplias. Y además, está muy acotada la capacidad de intervención del BCRA, que puede intervenir dentro de la banda y además no tiene límite cuando se llega al techo», agregó.
Al mismo tiempo, el Central anunció que va a buscar que la expansión de la base monetaria no crezca en términos nominales a partir del próximo primero de octubre. «De una primera lectura, da la impresión de que el nuevo programa del FMI busca a lo bruto que arranque la economía argentina. La ampliación y el adelantamiento de fondos va en esa dirección, que arranque la economía implica que se reduzcan los temores de un default», afirmó Henrán Hirsch, director ejecutivo de FyE. «Desde el lado monetario se ve mayor practicad. Aunque no se explicitaron las metas monetarias de diciembre, da la impresión de que vamos hacia una política monetaria muy contractiva que va a implicar tasas de interés muy altas», añadió.