Analistas y operadores interpretaron que el BCRA propició la baja para postergar el momento en el que el dólar toque el piso de la banda de no intervención y permita inyectar pesos.
La tasa de las Letras de Liquidez (Leliq) con las que el Banco Central (BCRA) conduce su política monetaria cayó más de 10 puntos porcentuales desde su pico del mes pasado, tras cortar ayer en 63,291% promedio. Según operadores y analistas, con el dólar coqueteando con el piso de la zona de no intervención, la entidad conducida por Guido Sandleris propició la reducción de las tasas -ayer el piso de 65% que sostenía desde el inicio del nuevo régimen monetario se redujo a 60%- porque no pone en riesgo su objetivo de mantener a raya la cantidad de dinero y posterga la necesidad de comprar reservas para sostener a la divisa, algo que relajaría en exceso la política monetaria.
El dólar mayorista bajó 15 centavos ayer a $ 35,90 (ver tapa de Finanzas & Mercados), a casi 43 centavos del límite inferior de la zona de no intervención dentro de la que el BCRA deja que cotice sin intervenciones en el mercado cambiario.
La baja del dólar se dio a pesar de que la tasa de referencia, la de la Leliq a una semana, se redujo 175 puntos básicos para quedar a 63,29%. Es el nivel más bajo para el rendimiento de esa letra desde que arrancó el nuevo esquema monetario, el 1° de octubre pasado. Y está más de 10 puntos por debajo del máximo de 73,524% alcanzado el 8 de ese mismo mes.
«El central prefiere que el dólar no toque la banda hasta diciembre», dijo Juan Manuel Pazos de Puente, en referencia al límite inferior de la zona de no intervención que, en caso de ser rebasado, permitiría al BCRA una excepción a su compromiso de expansión cero de la base monetaria hasta junio de 2019: emitir pesos para comprar reservas, evitar que el dólar se atrase y relajar las condiciones monetarias.
«Comprar ahora implica bajar la tasa más rápido. Y ellos van a mantener cerca entre 60% y 65% la tasa en lo que queda de noviembre porque quieren garantizar que la inflación de noviembre dé abajo de 3% y quieren poner la de diciembre lo más cerca de 2% posible; no es lo mismo intervenir y aumentar la base con expectativas de inflación de más de 3% mensual como hoy, que con expectativas de 2% mensual», agregó Pazos.
A diferencia de un régimen de metas de inflación, en el que la autoridad monetaria fija una tasa y la cantidad de dinero se ajusta en consecuencia, el esquema monetario actual apunta a contener la cantidad de dinero y es la tasa la que ajusta en consecuencia. Así, en bancos entendían ayer que la calma cambiaria, el crecimiento de los depósitos a plazo fijo (que aumentan la demanda de entidades financieras por Leliq) y la caída en la colocación de préstamos hacían que se necesitara menos tasa para alcanzar el objetivo. Pero, aun así, entendían que Sandleris propició la baja en los rendimientos.
En la mesa de un banco interpretaban de manera similar los movimientos del BCRA en el mercado de pesos. «Bajó más rápido la tasa para que ajuste el dólar», dijeron. «Pienso que en lugar de correr el riesgo de emitir para después tener que esterilizarlo, teniendo que emitir, eso genera el riesgo de que esos pesos le peguen un viaje abrupto al dólar, me parece que bajar la tasa antes para evitarlo es más prudente», agregaron.
Algo de aire
La baja de la tasa de referencia le da algo de aire al financiamiento de corto plazo al que recurren empresas de todos los tamaños. La tasa de adelantos de más de $ 10 millones, usada por empresas grandes pero de referencia para todo el financiamiento de capital de trabajo, cayó ayer a 73,18%, después de haber tocado 79,2% a principios del mes pasado.
El costo del financiamiento empresario es una de las quejas más frecuentes al esquema monetario de emisión cero.