Finanzas personales. Tras la implementación del nuevo programa monetario, el dólar cayó casi 13%, lo que abre algunos interrogantes en términos de inversiones. ¿Hay a desarmar posiciones defensivas? ¿En qué medida?
Ha sido (y aún sigue siendo) un año súper enrevesado para las carteras de los inversores, que debieron lidiar con la megadevaluación del peso, una altísima inflación, otra recesión de la economía, y marchas y contramarchas en la política monetaria, lo que desembocó en el regreso al FMI. Desde el más conservador hasta el más arriesgado, todos los jugadores del mercado fueron sorprendidos no solo por la magnitud y la velocidad con la que se espiralizó la suba el dólar (+112,8% en un año), sino también por lo prolongado del proceso que amagó con un corte en varias oportunidades. La llegada de octubre marcó el inicio de un duro y ambicioso programa monetario implementado por el BCRA, que buscar secar la plaza de pesos con las tasas más altas del mundo (del 74%), en pos de estabilizar las variables macro. Pese a los costos en términos de recesión, el plan estaría comenzando a mostrar incipientes indicios de que la acelerada marcha devaluatoria habría llegado a su fin (al menos por ahora): demanda más débil de divisas (en atesoramiento y turismo), bajas -simbólicas- de tasas, menor déficit comercial. Aún con altas dosis de incertidumbre, no solo por el ámbito local (Presupuesto; impacto de recesión), sino también por el global (Brasil; tensión Fed-Trump), el dólar acumuló en poco más de dos semanas una contracción del 12,7% frente al peso, lo que abre algunos interrogantes en términos de inversiones: ¿Qué actitud debe tomar el inversor? ¿Es momento de comenzar a desarmar posiciones defensivas? ¿En qué medida? ¿Cuánto espacio hay para los pesos? ¿Las acciones tocaron un piso? Damián Zuzek, Head Portfolio Manager de SBS Fondos parte de la premisa de que «hoy es un momento muy difícil para recomendar una cartera, dado que hay que rebalancearlas constantemente». Remarca que a partir de mayo «empezamos a estar muy cautos, desarmando posiciones largas, por más cortas, y hoy mantenemos esa idea, debido a que todavía no tenemos los detalles del acuerdo con el FMI para determinar cómo puede impactar en la economía real». Sobre esa misma línea, Diego Demarchi gerente de Wealth Management de Balanz, aconseja «ser conservadores al momento de tomar posiciones y decidir muy bien qué porción de la cartera estará en dólares y cuál en pesos». El analista financiero Christian Buteler, en tanto, considera que «aún estamos lejos de dejar atrás las turbulencias», y más aún, redobla la apuesta: «Podemos incorporar nuevas fuentes de inestabilidad, como una toma de ganancias del mercado americano».
ACTIVOS DOLARIZADOS
Los analistas coinciden en que las carteras promedio deben privilegiar aún las posiciones de renta fija en dólares de corto plazo, y algunas otras opciones puntuales, como bonos más largos en moneda dura y ciertas Obligaciones Negociables. Zuzek sugiere las Letes con tasas de 4 o 5% para el tramo más corto, y el Bonar 2024, uno de los bonos más líquidos». Además de los Bonar 2020 y 2024, Demarchi encuentra valor en el Bonar 2025 (AA25), «que está desarbitrado en la curva». Y para aquellos que se animen a inversiones en el mundo corporativo, recomienda el Panamerican 2021, un bono con un cupón atractivo y precio cercano a la par. «La cartera que hoy está en dólares debe seguir invertida en esa moneda», sostiene Buteler, quien destaca a las Letes, y al DICA, que la semana pasada «volvió a mostrar rendimientos interesantes».
LOS PESOS GANAN ESPACIO
La abrupta baja del dólar, y sobre todo las altísimas tasas en un contexto inflacionario alentaron un mayor interés por los activos en pesos de renta fija, aunque no más del 20%-25% del total de la cartera. Los expertos aconsejan que todas las operaciones que se hagan en pesos deben ser a corto plazo aprovechando los altos retornos y con diversificación en Lecap (rendimientos de entre el 48% y el 55%), Lebac (tasas en torno al 48%), o bonos CER (inflación). También puede ser un «plazo fijo en UVA, o deuda corporativa en UVA. Para los próximos tres meses tendrán rendimientos más que atractivos», subraya el Head Portfolio Manager del SBS Fondos. Demarchi además recomienda un par de FCI: el Fondo Balanz Ahorro, y el Fondo Subsoberano en pesos.
¿ACCIONES BARATAS?
Desde hace meses se debate en el mercado si las acciones tocaron un piso en sus cotizaciones. Lo cierto es que cuando estos activos parecían detener su drenaje a la baja, volvieron a marcar nuevos mínimos. Los especialistas creen que la volatilidad continuará en esta plaza dado un contexto global más hostil. «Es un mercado chico que sufre todo impacto», recuerdan. «Si bien hay precios atractivos, es momento de cautela y de buscar valores de ingreso, monitoreando la inversión en pos de captar ganancias frente a algún rebote del mercado», puntualiza Demarchi. Para Zuzek, «teniendo Argentina el soporte de parte de organismos multilaterales, y con la normalización que puede convalidarse, los activos argentinos volverán a ser muy atractivos. Hay empresas muy sanas, con historias muy interesantes. Hoy nos gustan las generadoras y transportadoras eléctricas, que cuentan con proyectos que van a empezar a generar flujos positivos».
Fuente: http://www.ambito.com/936676-mercado-sugiere-cautela-pero-con-actitud-proactiva-hacia-pesos