La aceleración de la inflación evaporó la competitividad que generó la devaluación de 2014 y profundizó las diferencias con el resto de los países de la región
Autóctono, el atraso del tipo de cambio no sólo se encuentra en el medio del debate económico. También se inscribe en una larga serie de desequilibrios que enfrenta la economía en forma cotidiana y que tiene un impacto inmediato en la competitividad. En Argentina, la inflación –hoy en 2% mensual–, tuvo un impacto serio en la pérdida de la competitividad, momentáneamente atenuada cuando el ex titular del BCRA Juan Carlos Fábrega decidió devaluar la moneda en enero de 2014. Sin embargo, posteriormente el mismo BCRA –incluso con la conducción de Alejandro Vanoli– decidió congelar la divisa y sólo apuró una devaluación interanual del 8%, insuficiente contra la inflación del 35% medida por los privados. El dato apenas alcanza a mostrar el impacto, máxime si se tiene en cuenta que en el resto de los países que son socios comerciales de la Argentina, sucedió –y sucede– exactamente lo contrario, es decir, que ganan competitividad por depreciar sus monedas frente al dólar sin registrar gran inflación.
Un informe de Economía y Regiones (E&R) pone la lupa sobre lo acontecido el último año. Señala que como consecuencia de la devaluación del 23% en enero de 2014, el tipo de cambio real (TCR) entre el peso argentino y el dólar saltó de 1,07 a 1,23, ampliando marginalmente la competitividad local. Huelga decir que el TCR es el precio de los bienes del país extranjero expresado en términos de bienes locales y ambos llevados a una misma moneda mediante el tipo de cambio de las divisas.
«Si bien el alza permitió abaratar transitoriamente los productos locales frente a una canasta de bienes de EE.UU., posteriormente el avance de la inflación y el dólar cuasi fijo dilapidaron en sólo nueve meses el avance de ese TCR profundizando la apreciación real del peso contra el dólar a niveles más bajos y cercanos al promedio de 2001 (1,04 a enero de 2015)», señala el informe.
El escenario cambia drásticamente cuando se habla de la región. Los socios comerciales de la Argentina dejaron de depreciar sus monedas frente al dólar como respuesta a una caída en los precios de los commodities y un menor ingreso de capitales. Según el reporte, Brasil es el que más depreció su moneda frente al dólar: desde enero de 2011, el real brasileño acumula una depreciación de 57,9% mientras que le siguen Colombia (27,8%), Chile (27%), Uruguay (25%), México (21%) y Perú (7,5%). «Más importante aún es destacar que las devaluaciones no se trasladaron a precios en un 100% y por ende ganaron competitividad frente a Estados Unidos. En este sentido, desde enero de 2011 Brasil incrementó su competitividad un 33% al tiempo que Colombia (20%), Chile (17%), México (10%) hicieron lo propio. En dirección contraria Argentina se encareció un 15% debido a que la inflación se aceleró y el dólar se mantuvo cuasi fijo», sostienen. Desde la consultora Ledesma también señalan que «el Tipo de Cambio Real (TCR) local continuó apreciándose durante el primer mes de 2015, marcando nuevos mínimos para la serie post crisis de 2001».
Pero, ¿qué sucedería con la competitividad local de aquí a fines de 2015 si se asume que el Gobierno procurará contener el valor del dólar hasta fin de año aunque con una tasa de inflación del 30% mientras que el resto de los países de la región deprecia sus monedas en términos reales? Argentina terminaría con un tipo de cambio real 10% más caro que en 2001.