Analistas consultados por Infobae afirmaron que si bien la tasa de interés no alcanza de forma aislada como instrumento para bajar la inflación, si es importante para desincentivar la dolarización de carteras y ahorros en un contexto en el que faltan divisas
Ante una inflación que apunta a terminar 2021 en torno al 50%, según las estimaciones de las consultoras, el Banco Central estudia su primer aumento a la tasa de interés en más de un año, según confirmaron fuentes de la entidad monetaria a Infobae. Si bien todavía no está decidido, las fuentes señalaron que seguramente se analizará “a la luz de la inflación de noviembre y el cambio de ritmo devaluatorio que se viene registrando, siempre en el marco de la armonización de tasas que se llevó adelante desde el inicio de la gestión”.
Sucede en un contexto en el que se busca acercar los costos de los préstamos a la inflación en medio de conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un nuevo programa financiero. Y también en un ámbito en el que la Reserva Federal de Estados Unidos decidió mantener sus tasas de referencia entre 0% y 0,25%, aunque anunció que terminará antes de lo previsto su programa de compras de activos en medio de presiones inflacionarias, abriendo así la puerta a tres aumentos de su tasa de referencia en 2022.
Economistas consultados por Infobae afirmaron que si bien la tasa de interés no alcanza de forma aislada como instrumento para bajar la inflación, si es importante para alentar el incentivo a la demanda de pesos y desincentivar la dolarización de carteras y ahorros en un contexto en el que faltan divisas.
Asimismo, destacaron que la suba de tasas se está dando no sólo se va a dar en Estados Unidos sino que ya hay países de la región como Brasil y Chile que la están elevando para tratar, junto a otras medidas, de controlar a la inflación en un contexto donde hubo muchos incentivos para morigerar las consecuencias de la pandemia de coronavirus.
“Ante la suba de la inflación, todos los bancos centrales del mundo están subiendo la tasa de interés como mecanismo para controlarla. De hecho la Reserva Federal de Estados Unidos un programa para subir la tasa de interés el año que viene”, dijo a Infobae Diego Martínez Burzaco, Head of Research de Inviu.
“Además, muchos países de la región están subiendo fuertemente la tasa de interés como Brasil y Chile para controlar la inflación. Argentina debería al menos imitar eso. Sobre todo porque los problemas estructurales del país en cuanto a la demanda de pesos, es decir la confianza de la población sobre el peso, debería comenzar a estabilizarse con algún tipo de ortodoxia en lo monetario, algo que implica desacelerar la emisión para financiar el déficit, subir la tasa de interés para alentar el incentivo a la demanda de pesos y desincentivar la dolarización de carteras y ahorros en un contexto en el que faltan divisas”, analizó.
Para el especialista, la suba de la tasa de interés aislada, sin un programa monetario y económico pragmático “no va a solucionar nada”.
“La tasa de interés tiene que ser una señal para empezar a revertir esta desconfianza que hay contra el peso argentino y sobre todo para atacar la inflación como parte de un programa integral”, aseguró.
En ese sentido, dijo que el nivel de tasas debería alinearse en función de la inflación. “Si se va a alinear en función del presupuesto, con una inflación del 33%, no tiene ningún sentido. Hay que fijarla con la inflación de este año e ir corrigiéndola”, añadió. Cabe recordar que la tasa de referencia de Argentina se encuentra hace 13 meses en 38%, muy por debajo de la inflación anual del 51%, lo que deja al país con una tasa real negativa de alrededor de 13 puntos porcentuales, una de las más grandes del mundo.
Gustavo Ber, economista del estudio homónimo, dijo que el Banco Central debería ir subiendo la tasa en busca de recortar los actuales rendimientos reales negativos y a fin de apuntar a “despertar un mayor apetito hacia colocaciones en pesos”.
“La velocidad de la suba de tasa posiblemente sea relativamente gradual ya que dicho reacomodamiento genera efectos adversos sobre la actividad económica. Una política monetaria más restrictiva resulta condición necesaria para intentar ir corrigiendo los desequilibrios acumulados, y seguramente estará dentro de la hoja de ruta económica consensuada con el FMI”, planteó.
En tanto, el posible cambio de estrategia del BCRA, tras 13 meses sin cambios en los costos del endeudamiento, se daría a una semana de que el FMI pidiera al país que adopte una “política monetaria adecuada”, incluidas tasas de interés que excedan la inflación.
Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso dijo a Infobae que “usar objetivos de tasas positivas o nominales con la intención de contener la inflación no tiene ningún sentido en un país donde la inestabilidad es fenomenal y la incertidumbre también”.
Las tasas de interés deberían fijarse libremente. Y se deberían fijar metas de inflación que han quedado devaluadas por el mal manejo de la gestión anterior. O más bien, metas cuantitativas de emisión de dinero”, aseguró al tiempo que destacó: “Tratar de manejar la inflación con metas detasas de interés no sirve”.
En tanto, el economista de Eco Go, Juan Pablo Albornoz, dijo: “Levantar la tasa de interés para atacar el problema inflacionario es una recomendación de manual: al subirla se encarece el costo del crédito, cae la demanda de crédito privada y deprime la actividad económica. La reticencia a subir la tasa de interés por parte del oficialismo va justamente en esta línea, porque atenta contra la recuperación económica”.
“Si bien es necesario levantar la tasa de interés para contratacar la inflación, más prioritario aún es reducir la dependencia del Tesoro del financiamiento monetario del Banco Central”, remarcó. Y agregó que la magnitud de la suba dependerá de la velocidad que cobre el tipo de cambio oficial y las expectativas de inflación futuras.
Por último, Claudio Caprarulo, de Analytica Consultora, explicó que “la tasa de interés de referencia en la Argentina es considerablemente más negativa en términos reales a la de otras economías comparables”. Y en ese sentido, afirmó que “ante una inflación muy rígida a la baja, la respuesta lógica es que el Central aumente la tasa nominal”.
Sin embargo, dijo que a diferencia del resto de los países, la Argentina atraviesa una crisis de deuda externa y cuenta con restricciones cambiarias muy profundas, lo que implica que un aumento de tasa es menos efectivo.