La competencia de monedas que pretende el Presidente se parecería a la flotación administrada de Uruguay o Perú, según el Fondo. El gobierno pretende una divisa libre, sin intervenciones, una vez que elimine el excedente de pesos
El presidente Javier Milei anticipó este martes, durante su discurso de cierre en las Jornadas Monetarias del Banco Central, que su intención es que la Argentina tenga un tipo de cambio flexible una vez que consiga eliminar el cepo cambiario, paso previo para que no dio una fecha pero sí condiciones necesarias. El Gobierno espera que el precio del dólar pueda flotar sin sobresaltos una vez que consiga eliminar el excedente de pesos en la economía, más allá de la disponibilidad de divisas.
Esa definición va en línea con las definiciones que realizó el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre lo que podría ser el régimen un régimen de competencia de monedas, semejante a la flotación administrada de Perú y Uruguay. La próxima semana las discusiones sobre el actual acuerdo con el país y el futuro del programa económico, que incluye el esquema cambiario, se mudarán a Washington.
El Presidente primero comentó que no sabe cuándo se dará la salida del cepo que volvió a imponerse en 2019 durante la crisis que tuvo Mauricio Macri y que se endureció sistemáticamente hasta finales del año pasado con la gestión de Alberto Fernández. “El tiempo es de dios, porque todas las operaciones las hicimos a mercado y eso significa que va a depender de la decisión de los agentes”, dijo.
Inmediatamente después Milei dio una pista de cuál podría ser el esquema cambiario en una eventual liberación de las restricciones cambiarias: “Cuando se eliminó el money overhand, no hay exceso de oferta de pesos. Y si no hay exceso de oferta de pesos, puedo abrir el seco aún cuando no tenga dólares, porque voy a un sistema de tipo de cambio flexible”.
En el obierno entienden que las condiciones para avanzar en ese camino no están dadas todavía, pero saben que el rumbo es un relajamiento gradual que no implique poner en peligro la estabilidad y, más concretamente, la desaceleración de la inflación. “Es muy difícil pensar que abrir el cepo te permite tener automáticamente equilibrio cambiario”, sintetizó este martes el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, en las Jornadas Monetaria de la entidad.
El anticipo de Milei sobre el futuro del dólar es una definición clave de cara al futuro, pero el futuro de esa política de tipo de cambio flexible deberá pasar algunas pruebas. En el esquema ideal del gobierno la flotación de la divisa sería libre porque no habría presión por parte de los pesos sobrantes en la economía, si es que tiene éxito el programa de estabilización oficial.
La intención tiene, en general, el visto bueno de los analistas. “El norte del Gobierno de ir hacia un tipo de cambio flexible es correcto, siempre que se mantengan políticas macroprudenciales para mitigar riesgos, y también la gradualidad para alcanzarlo. El interrogante es cómo transitar ese camino y a que velocidad. La estrategia oficial se resume en que si no hay dólares tampoco habrá pesos”, dijo Claudio Caprarulo de Analytica.
En su última revisión del programa argentino, en junio, el FMI planteó la necesidad de avanzar hacia un tipo de cambio más flexible y que “la eventual competencia de monedas dentro del régimen podría asemejarse al sistema de flotación administrada que prevalece en Perú y Uruguay. La estabilidad de precios seguirá siendo un objetivo primordial del Banco Central, en un contexto en el que los individuos son libres de ahorrar y realizar transacciones en las monedas que elijan”.
El futuro de la política cambiaria será parte de las discusiones que tendrán la próxima semana en Washington el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, y las autoridades del FMI en la Asamblea Anual. En el organismo plantean algunos reparos sobre algún posible retraso del tipo de cambio y la continuidad del dólar blend, ya que el tipo de cambio diferencial a exportadores sirve para mantener la brecha a raya pero implica menos ingreso de divisas para un BCRA que tiene reservas netas negativas por unos USD 4.000 millones. El esquema de emisión cero, por el cual la autoridad monetaria vende reservas en los mercados financieros para “limpiar” pesos también está en evaluación.
En el equipo económico señalan que existe una mirada equivocada entre los analistas y que las intervenciones no son un tema “tabú” para el Fondo. Resaltan que el organismo discutirá la semana que viene una actualización de sus criterios. A grandes rasgos, el FMI asegura que las intervenciones cambiarias en momentos de shock pueden ayudar a economías que experimentan situaciones disruptivas en el flujo de capitales, principalmente a las que tienen tipos de cambio flotantes.