Como en las buenas películas de terror, el dato no hace más que alentar el suspenso.
En un escenario de acceso al mercado internacional y liberación gradual de los «cepos», las necesidades financieras en dólares para 2016 ascienden a u$s 44.000 millones. Un informe de la consultora Elypsis hace las cuentas: son u$s 14.100 millones de déficit de cuenta corriente sumado al pago de deuda documentada por u$s 15.100 millones (incluyendo unos u$s 11.000 millones del swap chino). También habrá que considerar el flujo neto de positivo de dólares privados por u$s 1500 millones y el pago de intereses bloqueados por Griesa por u$s 2800 millones. A ello habrá que sumarle otros rubros: por un lado, unos u$s 4000 millones de la deuda flotante con los importadores y u$s 9000 millones del pago a los holdouts.
El informe también pone el foco en otro aspecto: ¿cómo se consiguen esos recursos? Por un lado, se especula que los u$s 11.000 millones del swap chino sean refinanciados. Por otro, que el pago a holdouts se realice con emisión nueva a lo que podría sumarse otra emisión de unos u$s 6000 millones. La hipotética fórmula también incorporaría unos u$s 1000 millones de organismos multilaterales y se tendría más emisión ?esta vez de deuda privada? por u$s 10.000 millones, donde se cuenta u$s 4000 millones de cartera; u$s 6000 millones en deuda comercial con casas matrices y proveedores.
También podrían incorporarse u$s 7000 millones de inversión extranjera directa y la apuesta es a un saldo de u$s 9000 millones que podría financiarse con reservas o emisión adicional. Un ejercicio que contemple un escenario sin arreglo con holdouts ni levantamiento del cepo implicaría u$s 17.500 millones menos en las necesidades, pero la contracara son menores fuentes de financiamiento (rollover con China, organismos, Inversión Extranjera, por u$s 4000 millones) dejan aproximadamente unos u$s 11.000 millones sin financiar y obligando profundizar el cepo o a un ajuste mayor de la cuenta corriente.