Es la cotización que el Gobierno no quiere escuchar. Aún cuando los negocios en el segmento paralelo sean irrelevantes, influye en el comportamiento de los consumidores y en los precios de la canasta familiar
Pudo haber sido peor. El contado con liquidación tocó $205 y luego se acomodó en $200,10 cuando cotizó frente al GD30, el bono que no tiene límites de compra y venta, y en $200,85 cuando se hizo contra acciones del Banco Galicia.
El dólar MEP, a su vez, cuando operó contra el GD30 cerró a $192,60 (+$ 2) y se ubicó en un precio récord. Esta vez no intervino el Banco Central en los últimos minutos, porque el mercado ya le tomó la mano y lo estaba esperando para comprarle lo que ofreciera.
El Banco Central, en cambio, intervino como nunca antes desde las nuevas regulaciones para frenar al MEP en la plaza oficial, donde utiliza el bono AL30D. Mantenerlo en $179,24, le costó USD 14 millones de sus reservas. En esta plaza, las operaciones por cliente no pueden exceder los USD 50 mil nominales (USD 18 mil cash) por semana. El contado con liquidación, con un monto irrelevante de operaciones, cerró a $179,34.
El “blue” reaccionó y mostró que la baja de $1 del lunes fue un respiro. La divisa subió $2 a $196 y volvió a instalarse en el récord histórico. Está a $4 de los $ 200, un valor que el Gobierno no quiere escuchar porque psicológicamente, aunque los negocios en este mercado sean irrelevantes, influye en el comportamiento de los consumidores y en los precios de la canasta familiar. También afecta al consumo porque los excedentes de la gente no van a productos que no sean de primera necesidad sino a cubrirse con la divisa de Estados Unidos.
Lo que no tomó en cuenta el Gobierno es que poner plata emitida y sin respaldo en la gente no alienta el consumo, aunque se congelen los precios. Por el contrario, cada vez que el secretario de Comercio Interior habla de cierres y multas, la demanda de dólares se agiganta porque todos los argentinos han atravesado etapas similares que comienzan con desabastecimiento, siguen con devaluaciones, suba de tasas y un destino de hiperinflación. Un resultado adverso en las elecciones puede acelerar este camino; por eso las coberturas de manos grandes y chicas en dólares. Las manos grandes acceden en forma más ventajosa al MEP y las manos chicas al “blue”. Los que fugan el dinero a través del contado con liquidación, pagan el costo del cable de 4,10% que lo eleva por encima de los $200.
Por las intervenciones, de la compra de USD 21 millones que hizo en la plaza mayorista, solo USD 12 millones terminaron en las reservas que quedaron en USD 43.069 millones.
El problema es que estas compras se hacen sacrificando importaciones y se nota en la falta de neumáticos, repuestos de autos, computadoras, envases de vidrios y otros insumos. En las góndolas de los supermercados, los productos con precios oficiales están ausentes de las góndolas no solo porque son los más demandados, sino porque directamente el supermercado no los recibe ya que el proveedor no lo abastece.
A cuenta de una mayor inflación, los bonos que ajustan por el CER subieron hasta 1,46% como fue el caso del TC23.
Hubo una gran demanda del bono dollar linked que la secretaría de Finanzas está canjeando. El resto de los bonos que ajusta por el dólar oficial, tuvo retrocesos para reacomodar el precio porque están sobrevaluados y su rendimiento es muy bajo.
Los bonos en dólares tuvieron una leve suba y el riesgo país cedió 6 unidades a 1.661 puntos básicos.
La Bolsa siguió concentrando la atención de los inversores y el volumen en acciones se mantuvo elevado. Se operaron $1.569 millones y la volatilidad hizo que el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, bajara 0,54% y cerrara cerca de los mínimos de la rueda. Hasta el mediodía, el promedio de las acciones estuvo 1,33% arriba.
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- fueron el objeto del deseo de los inversores. Sus negocios por más de $4.000 millones demuestran el encanto que ejercen por las subas de las acciones en Wall Street y del dólar en la Argentina. Estos certificados se compran en pesos y cotizan al valor del contado con liquidación. En otras palabras, aunque el certificado no subiera, es una inversión de cobertura contra una devaluación o suba del dólar.
Los ADR’s argentinos sumaron mayoría de bajas, pero no fueron pocos los que hicieron operaciones de contado con liquidación con estas acciones. La caída más importante fue la de Macro (-3%), seguida por Central Puerto (-1,9%) y Grupo Galicia (-1,8%).
Para hoy se espera el resultado de la licitación. El Gobierno cree que podrá captar $275 mil millones para quedar con excedentes después de pagar los vencimientos de octubre. Para eso apostó fuerte a los dos bonos atados al dólar oficial (dollar linked) y a los bonos en CER. De subir la tasa de interés, en los demás bonos, ni hablar.