Se lanzarían luego del acuerdo con el FMI. Sería parte de la reestructuración total del actual stock de Lebac. Se emitirían a largo plazo y a tasas atadas a la inflación.
El Gobierno estudia, además de una extensión en los plazos de las Lebac ya emitidas (y en proceso de recomposición total), un relanzamiento de las Notas del Banco Central (Nobac). Se trata de un mecanismo «estrella» de la década del 90, pero especialmente utilizado luego de la salida de la crisis del 2001, con Eduardo Duhalde como presidente, como mecanismo para absorber pesos y extender los plazos de liquidación. Eran los tiempos en los que la presión inflacionaria por la salida del uno a uno era acuciante, y se necesitaba despejar de moneda local los vencimientos para que no hubiera mayores ruidos en el mercado financiero local, de los que ya había generado la megadevaluación del fin del uno a uno.
Ahora la intención sería diferente, pero el instrumento similar. La estrategia es desmantelar la bola de nieve generada por la emisión de Lebac en los últimos años, que llega a los u$s48.000 millones en vencimientos máximos de cinco meses. Desde el Banco Central se estudia una extensión de los plazos a las Lebac de más de 270 días, y la emisión de Nobac a más de un año. En ambos casos, en pesos.
La diferencia fundamental de las Nobac, es la posibilidad de extenderlas en los plazos de vencimientos; y, para el inversor, organizar mejor la administración de su rentabilidad. Se extienden en promedio a un plazo de 3 años, con pagos de intereses semestrales; y ajustados con tasa fija o ajustable por el CER. Esto quiere decir que dependerían directamente de las posibilidades serias del Gobierno de controlar la inflación en el mediano y largo plazo. O más específicamente, en la credibilidad que genere el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las políticas del Gobierno de Mauricio Macri para los próximos años. Si desde el Ejecutivo se lograra esta credibilidad ante el mercado, la tasa de interés de las Nobac seguiría la evolución inflacionaria pactada con el FMI para lo que dure el acuerdo; la que debería ubicarse por debajo del 15% el próximo año (para este, obviamente, ya es un caso fallido). El interés debería así ir bajando sustancialmente del acuciante 40% actual al que el mercado obliga al Central para absorber pesos que, de otra manera, alterarían la política monetaria y cambiaria.
Para el inversor la posibilidad de las Nobac sería garantizarse una rentabilidad por arriba de la inflación en moneda local, y con liquidaciones semestrales acordadas y respaldadas con las reservas. El inconveniente sería la especulación contra las verdaderas posibilidades del Gobierno de vencer la inflación; y, aún más importante, la garantía de la gestión que suceda a Macri en 2019 (su reelección o su reemplazo), mantenga la disciplina fiscal y monetaria pactada con el FMI en el acuerdo que se firmará en los próximos días. Otra desventaja para el inversor, sería que el dinero en pesos, estaría inmovilizado por un lapso temporal mayor a la que otorga las Lebac; lo que permitiría menor capacidad de acción y reacción ante movimientos bruscos del mercado de capitales local. La contrapartida, para el Gobierno, es una mayor estabilidad ante una liquidez menor de los privados ante alteraciones financieras importantes.
El estudio del lanzamiento de las Nobac es uno de los capítulos que desde el Ejecutivo y el Banco Central se analizan para cumplir con la segunda parte del relanzamiento que Mauricio Macri quiere hacer de su política económica y luego del acuerdo con el FMI. Si los tiempos se cumplen, la entidad que maneja Federico Sturzenegger podría comenzar a aplicar el nuevo instrumento antes, durante o días después del próximo megavencimiento de Lebac del 19 de junio. Mientras llega a esa fecha, el BCRA continúa con su estrategia de coyuntura de recompra de Lebac para reducir al mínimo posible el monto final de ese vencimiento. Inicialmente eran $663.000 millones; mientras que ayer (luego de una recompra de unos $10.000 millones), el stock se ubicó cerca de los $575.000 millones. La idea es llevar el monto lo más cercano posible a los $500.000 millones; y extender los plazos al máximo. En paralelo se lanzarán nuevas letras a plazos mayores incluyendo una posible nueva colocación a 9 meses (270 días).
Mientras se estudian estas nuevas emisiones, el Gobierno, tal como adelantó este diario, planea el desmantelamiento total de la montaña de Lebac bajo la consigna «radical, de mercado y 100% voluntaria», tal como será el compromiso al que se llegará con el FMI. El Gobierno se comprometerá a desmantelar u$s48.000 millones, tenencias que aumentarán sustancialmente con la aplicación de la tasa actual de 40%. La idea es que los vencimientos pasen a otros instrumentos consensuados con el mercado y que las Lebac vuelvan a ser un instrumento de regulación y control, y no la «inversión estrella» del mercado de capitales argentino y un resguardo nacional y popular contra la inflación.
Fuente: http://www.ambito.com/923772-nobac-instrumento-estrella-que-tiene-en-mente-el-gobierno